Asunto: organizar las colecciones
¿COMO SE LEE UNA COLECCIÓN?Pues igual que si no fuera una colección. Que cada cual busque como mejor le parezca: sus autores predilectos; las reseñas más prometedoras; las recomendaciones de algún conocido. Entrar en una colección no requiere cambiar de hábitos.
- ¿Guías de lectura?
Innecesarias, pues en toda colección hay libertad de lectura.
Pero también hay gente para todo... De no haber clientela para las guías no las publicarían.
- Lo que debe quedar claro es que una COLECCIÓN es la agrupación de novelas de mayor nivel jerárquico. Dentro de cada colección puede haber tanto "novelas sueltas" como "lotes de novelas". Y son de libre lectura, es decir que entre sus novelas y lotes no hay más relación que la de compartir el mismo universo de ficción; por lo que vienen siendo como macro-antologías.
- Para poder reconocer a los archivos de una colección conviene nombrarlos poniéndole delante de todo un "sobre-título de colección"; así quedan reunidos todos los materiales que la componen, y no se dispersan alfabéticamente con el resto de archivos del disco duro. A continuación irá o bien el título de las "novelas sueltas", o bien el "sobre-título del lote" de aquellas novelas que ya estén agrupadas (antologías, series, sagas y n-logías).
La alternativa de no poner dicho "sobre-título de colección" y en su lugar juntarlas en una carpeta tiene el fallo de que los archivos cuando viajan por internet (en descargas) o a otros dispositivos (tablets, eReaders) dejan atrás a las carpetas donde estuvieran, con lo que el material de una colección volvería a dispersarse.
LA NATURALEZA CAMBIANTE DE ALGUNAS COSASResulta molesto el tener que andar cambiando el nombre de los archivos (sus sobre-títulos) a medida que, con el paso del tiempo, surgen "expansiones" que establecen nuevas relaciones con un material que ya teníamos ordenado. Por ello, para curarse en salud, el método de nomenclatura que empleemos ha de ser capaz de manejar esa TRANSITORIEDAD. El método de los delimitadores
''colección(fecha)''''lote número''--título-- es cómodo en ese aspecto: no requiera cambiar ni reordenar nada de lo ya escrito, solo irle acumulando por delante la NUEVA información... Si empezó siendo una trilogía, pues siempre retendrá la numeración 1de3 etc; y si posteriormente se convierte en lote mixto, pues delante puede anteponérsele sus fases en números compuestos 1x1de3, 1x2de3, 1x3de3, 2x01, 2x02, etc; y si finalmente acaba convertida en colección, pues delante de todo irá otro sobre-título. Las cosas de gran envergadura no suelen nacer de golpe, aunque así se lo parezca a quienes se las encuentran después ya hechas.
Un afán extremo por el orden podría llevarnos a buscar un planteamiento más potente y definitivo... quizá el considerar ya de entrada a
toda novela como una colección en potencia y por ello ponerle un "sobre-titulo de colección" en el que bautizaríamos ya a su universo de ficción implícito, y así ahorrar retoques posteriores. Pero para acertar con tal anticipación habría que ser adivino, pues cada novela puede recorrer diversos derroteros (o, como hace la gran mayoría, ninguno) e igualmente habría que andar re-nombrando, aunque fuera menos. Además, si ni siquiera habrá consenso al interpretar su situación a medida que evolucione, mucho menos puede haber un "método anticipatorio total": no hay forma de saber que nuevas relaciones se establecerán entre, digamos, una inicialmente "novela suelta" y futuras compañeras aún no escritas.
Tampoco vale pensar que si una "novela suelta" (o cualquier lote) ha nacido dentro de una colección ya establecida quedamos por ello vacunados contra cambios. Ciertamente una colección siempre será colección; pueden variar matices (de personal a multi-autor, o también de uni-verso a multi-verso de ficción) pero su estructura "libre" siempre será la misma. Sin embargo, el caso es que DENTRO DE ELLA sus lotes pueden evolucionar igual que si estuvieran fuera de ella. Un ejemplo: La trilogía
"DnD(Reinos olvidados)()""Moonshaes 1de3" en el momento que se publicó (1898) era una trilogía dentro la colección "Reinos olvidados" y así se imprimió en sus portadas; y así constó en los archivos digitalizados. Pero tiempo después el mismo autor publicó otra trilogía secuela (mismo sitio, islas Moonshaes, y mismos protagonistas), por lo cual su nombre de archivo AHORA ha de ser el de un lote mixto:
"DnD(Reinos olvidados)()""Moonshaes 1x1de3" Incluso aunque los nuevos títulos no estén aún traducidos ni escaneados.
Y otra cosa.. Visto que
"nada permanece escrito en piedra", a la hora de almacenar archivos de novelas conviene elegir un dispositivo que nos permita irlas renombrando a medida que sea preciso. Nada de CDroms y DVDs de "solo una escritura"; en su lugar hay que usar memorias, discos duros extraibles, o almacenes-nube de internet. Y si usamos archivos comprimidos, entonces elegir aquellos formatos que permitan renombrar sus contenidos interiores (nada de ZIPs, en su lugar úsese RARs y similares).
LA ESENCIA ARBITRARIA DE ALGUNAS COSASTodo convencionalismo suele construirse muy por encima de las cuestiones terrenales a las que ha de dar servicio. Para lograr un
"montaje teórico perfecto" hay que hacer simplificaciones, abstracciones, generalizaciones, etc; y muchas veces el resultado va distanciándose del terreno hasta alturas estratosféricas, y el aplicarlo es cada vez más difícil hasta el punto de cuestionarse el si
valió la pena haberlo montado.
El andamiaje teórico sobre agrupaciones de novelas aquí usado es simple... Tres niveles de complejidad: novela, lote de novelas y lote de lotes. En el segundo nivel, sus variantes se atienen a la relación de mayor a menor libertad entre las novelas del lote (libres, autónomas, continuaciones y particiones), con la opción de poder combinarse. En el tercer nivel, la relación entre lotes (lo sustancial) es libre y las variantes han de basarse en cuestiones no esenciales, accesorias: un autor frente a varios autores; uni-verso frente a multi-verso. Además, previamente, quedan separadas el RELATO de la NOVELA; y dentro de las novelas quedan también separadas las JUVENILES.
No encuentro un modelo mejor, así que manejo este pese a no ser perfecto. Es fácil encontrarle puntos débiles:
-- La distinción entre "relato" y "novela" es cuestionada por existencia de
novelas fix-up.
-- La distinción entre "novela" y "lote de novelas" es cuestionada por las
n-logías.
-- La distinción entre "lote de novelas" y "lote de lotes" es cuestionada por los
lotes mixtos.
-- La consideración de las colecciones como desarrollo máximo de un "uni-verso de ficción" se queda corta ante la existencia de
"multi-versos de ficción".
Pero, pese a todo, es preciso decidirse por algún modelo que le de estructura al montón material disponible. De no tenerlo... habría que escaquearse de los casos difíciles, o el resultado acabaría siendo un "pupurri" de parches, excepciones y hasta contradicciones; y también dificultaría toda futura "automatización".
De esas zonas grises, dos afectan a las colecciones. Entrando en detalle:
-- LOTE MIXTO:
Si a las n-logías las subimos de nivel (las consideramos lotes pese a ser una única narración), ¿por qué no hacer lo mismo con los lotes mixtos? ¿acaso el que combinemos lotes no implica que ya hemos subido al nivel "lote de lotes"?
La respuesta es doble. Por un lado es aplicable la misma justificación:
no oponerse radicalmente a la percepción del público... de las n-logías la gente tiene la (necia) impresión de que son "varias novelas"; de la misma forma está muy implantada la percepción de los lotes mixtos como algo íntegro, hasta el punto de que se los suele vender como sagas.
Por otro lado ¿qué pasaría con el modelo si subimos de nivel al lote mixto? Pues que no ganaríamos nada en detalle (el
"qué se relaciona con qué") y perderíamos mucho en sencillez...
Spoiler for "hipoteticamente":
... Veámoslo:
-- en el tercer nivel, junto a las colecciones (lotes de lectura libre entre ellos), ahora tendríamos a las macro-sagas (llamémosle así a los lotes mixtos, por ser lotes con orden de lectura entre ellos);
-- y a partir de ahí surge un 4º nivel y encima ramificado: una rama para atender reuniones de macro-sagas en ultra-lo-que-sea, y otra rama para atender aquellas colecciones en las cuales algunos de sus lotes formasen lotes-mixtos.
-- También se perdería la auto-recurrencia (que había antes en el 3º nivel, a modo de final de la escalera), pues ahora algunas re-combinaciones podrían reclamar un 5º nivel, o más.
Tarde o temprano habría que o abandonar el modelo, o de alguna manera podarle ramas... y el tijeretazo maestro es precisamente considerar al los "lotes ensamblados" como UN lote (sin más), y a los "lotes sueltos" como VARIOS lotes que solo se perciben como grupo subiendo de nivel (colección).
O, sino, también está la opción de los editores... todo lo que vaya adquiriendo organización compleja se le llama "saga" y listo. Parece broma, pero resulta tan atractivo que estuve tentado de usar la etiqueta "_saga_rara_" en vez de "_lote_mixto_".
-- COLECCIÓN
MULTIVERSO (o multi-colección):
Venir a decir que algo pueda ser a la vez UNO y MUCHOS, es jugar con las palabras. Pero responde al hecho de que hay lectores de esos multiversos-de-ficción que insisten en diferenciarlos totalmente, y hay otros lectores que insisten en unificarlo todo. De las dos posturas, la primera es más cómoda pero también conlleva des-información. Aquí me puedo permitir un ambiguo "punto medio" dado que las colecciones (de todo pelaje) no sirven para ETIQUETARse en conjunto, solo a sus novelas y lotes se les puede entrar al detalle, así que da lo mismo la concepción que cada cual tenga.
EL AFÁN DE ORDENARLO TODOA muchos lectores les intimidan las grandes colecciones, en parte por la CANTIDAD de material que llegan a acumular. Suena a compromiso:
"hay mucho que leer", como si fuera un trabajo. En principio no debería ser problema, salvo que se le añada la falsa impresión de INTEGRIDAD: que todo ese material está interconectado formando
"un gran todo" que hay que ir ensamblando mentalmente con esfuerzo. Tonterías. Lo repito una vez más: leer una novela de colección es lo mismo que leer una novela cualquiera; lo único que te garantiza es que hay más material ambientado en ese universo de ficción. Es poquita garantía, apenas nada, y no se centra en lo importante: acertar en elegir una lectura acorde al gusto de cada cual, pues dentro de una colección multi-autor suele haber tanta variedad de estilos como fuera de ella. Juzgar a una colección por la primera novela que leamos solo es aceptable (y malamente) si se trata de una "colección personal" (de un único autor); pero tanto esas valoraciones
"iniciales" como las de
"en conjunto" están fuera de lugar cuando se trate de colecciones multi-autor, o de multiverso.
Gran parte de los prejuicios sobre colecciones vienen, como dije, de la falsa impresión de integridad: de que sería como meterse en una especie de gran saga. Y la culpa de eso la tienen los mal-llamados "órdenes de lectura" que suelen adosárseles... todos ellos son bulos falsos, pues LAS COLECCIONES SON DE LIBRE LECTURA, empiezas por donde quieras y continúas por donde te de la gana, sin miedo a perderte nada ni dejar de entender nada. Aunque el seguir cualquiera de esos ordenes de lectura no sea, en sí mismo, algo pernicioso (pues de seguirlos te quedas igual que si no lo hicieras, no ganas nada); su problema está en que, por un lado, generan esa falsa impresión de integridad que espanta a potenciales lectores, y, por otro lado, dan pie a montajes delirantes en aquellos fans que se ponen a ensamblar mentalmente obras que de suyo son independientes.
En consecuencia,
aquí toca echarse otra tarea sobre los hombros: conseguir una mentalidad más abierta y menos temerosa sobre las colecciones y (para ello, junto a ello, por ello) combatir esos "órdenes de lectura". Un plan de batalla con dos fases:[1º]
Organizar cronológicamente todo el material de las colecciones. De entrada parece contradictorio: tanto quejarse de los órdenes de lectura, y todo para acabar montando uno. Ciertamente. Pero es que para prevalecer hay que ser pragmático y aceptar los hechos... si esos órdenes de lectura purulan tanto es debido a que satisfacen una necesidad natural: el afán de ordenarlo todo. Nuestros cerebros son mecanismos especializados en buscar esquemas en el caos que nos rodea; no podemos ni mirar a una nube sin acabar encontrándole semejanzas con alguna otra cosa. Siempre nos GUSTA MÁS más todo lo que tenga apariencia de ordenado. Teniendo eso en cuenta, para desalojar a todos los ordenes de lectura se precisa un sustituto universal que los suplante, gracias a que también satisfaga esa necesidad básica en aquellos lectores incapaces de resistirse.
Ya que todas las novelas y lotes de una colección comparten un mismo universo de ficción, entonces tenemos garantizada la existencia de una cronología interna, solo es cuestión de fechar la narraciones (su comienzo). Y luego trasladar las fechas a los archivos de tal forma que el listado se vuelva cronológico en vez de alfabético. Para ello, obviamente, han de ir dentro del "sobre-título de colección", hacia su final y demarcándolo de alguna forma. En este método se usa el de "fechas convertidas en letras", e irá delimitado con paréntesis, al final del sobre-título, pero dentro.
[2º]
Cuestionar y criticar TODOS los ordenamientos de las colecciones. Empezando por el nuestro, el cronológico, y pese al trabajo invertido en montarlo. Habrá de repetir las veces que haga falta:
que los archivos sean organizados en un listado cronológico no obliga a que haya que leerlos en ese orden. Las colecciones no tienen orden de lectura (ni cronológico ni ninguno), hay libertad de lectura para todas sus "novelas sueltas" y "lotes de novelas"; solo ha de seguirse el orden interno en aquellos lotes de novelas que lo tengan. La cronología solo sirve para lograr una presentación agradable de los archivos, que satisfaga la "necesidad de orden" sin serlo de verdad. Solo nos da una información accesoria sobre la época en que sucede la narración dentro de ese universo de ficción.
Para confeccionar listados cronológicos hay que hacer muchas simplificaciones, y por ello resultado contiene tanta información como des-información. Y es que las cronologías (de lo que sea) no suelen forman un camino, ni un árbol, sino más bien algo parecido a una RED. No hay un único recorrido lineal, sino que hay que recorrerlas de un lado a otro, e incluso hacer lecturas simultaneas. Ahí va una imagen cualquiera de un CRONOGRAMA que representa varios sucesos:

Para convertirlos en un listado habría, por ejemplo, que quedarnos con la fecha inicial de cada uno. Eso los proyectaría como puntos sobre una recta (lo que equivale a una lista), pero oculta hechos como que habrá narraciones que, dada su longitud, empiezan antes que otras y pese a ello terminan después que esas otras. Para algún ultra-fran (friki) de una colección resultará insuficiente y en su lugar preferirá un ORGANIGRAMA con flechas de flujo interconectado narraciones. Y no es broma ni exageración, como ejemplo ahí va uno de esos organigramas, el de la colección de ciencia-ficción "Star Trek":

Uff, seguramente ni siquiera cabe en pantalla; por si acaso lo pongo también como enlace:
Diagrama de la colección Star Trek.
Cuando se llega a esos extremos lo que se arriesga es ya la propia cordura... y todo para nada. Pues todas las cronologías son organizaciones PROVISIONALES, ya que cuando se publica nuevo material este habría que insertarlo dentro de esos organigramas, alterándolos a veces radicalmente. Y, salvo en las colecciones rematadas (si es que existen), novedades editoriales las hay todo el tiempo. En resumen, que ese diagrama de ejemplo ya quedó obsoleto al poco de dibujarse. Además, también está la cuestión de que en España dependemos de las traducciones que se hagan, lo que provoca muchísimos huecos en esos diagramas de las colecciones originales.
Bueno. Creo que con lo dicho ya quedan bastante desacreditadas las organizaciones cronológicas. ¿Entonces, para qué hacerlas? Pues, como ya dije arriba, por ser MEJORES que la alternativa: los "ordenes recomendados de lectura" que pululan en torno a las colecciones. Su mera existencia combatirá los demás montajes que se intenten (algunos de ellos con la desfachatez de auto-calificarse como cronológicos sin serlo).