Bien volvimos al sistema de las gotitas. Se lo merecen después de la larga espera que tuvieron asi que no escribiré parrafos inmensamente largos antes de subirles sino lo que lleve escrito. Aqui vamos emot024 emot024 emot024 emot024 emot024
En fin. Suponía que iba a tener que conocerse mejor.
-No te preocupes, Skyler_habló Tiberius de repente_Sé que estas pensando en Dimitri. No necesito entrar en tu mente para darme cuenta. Él estará bien. Se repondrá muy pronto y antes de que te des cuenta lo tendrás de pie frente a ti dándote el regaño de tu vida.
Skyler dejó escapar un jadeo.
-¿Está enojado verdad?_ya le parecía que la artimaña de decirle que no estaba enojado con ella por su pequeña demostración de poder era un simple truco para encubrir la verdad. Dimitri seguía siendo un carpatiano sin importar lo dulce que fuera. Carpatiano en su diccionario personal estaba unido a palabras tales como: sobreprotección excesiva con las mujeres, arrogancia extrema, seguridad en sí mismo y muchos otros que ahora no era capaz de recordar, pero era el hecho de ser sobreprotector lo que iba de la mano con el regaño_Soy una tonta_reinició ella _ no debí haber hecho eso. Él solo trata de protegerme y todo, pero…no deseaba que hiciera esto solo aún teniéndote a ti para ayudarle _ su mirada grisácea se perdió en las llamas que crepitaban en el fuego _ sentí el momento en que fue herido, en mi propio cuerpo, como si me lo hubiesen hecho a mi y en ése instante supe que debía hacer algo. No pensé en nada a excepción de una cosa: Llegar a él como fuese y ayudarle.
-Fue ése deseo de estar junto a Dimitri lo que despertó a tú dragón _ conjeturó Tiberius_Yo he compartido los recuerdos con mi amigo y sé que nunca te habías convertido hasta solo hace unas horas. No dudo que debió haber sido eso.
Skyler sonrió sin ganas impresionada de la rapidez mental de un carpatiano que aún no recupera sus colores ni sus emociones.
-Pues no deseo volver a transformarme durante un muy buen tiempo. Destroce completamente el balcón_suspiró_Creo que tendré que comenzar a leer libros de carpintería para reparar el daño _ rió de su propio comentario
Tiberius le observó fijamente y no hizo ningún comentario al respecto. Skyler le recordaba mucho a alguien. A alguien a quién hacía mucho tiempo perdió. Su hermana mayor cuándo tenía su edad. Entonces Skyler bostezó de repente con una expresión de cansancio.
La voz de Tiberius fue amable.
-Creo que estas agotada, Skyler_ondeó las manos en el aire y luego le acercó la manta suave de color violeta que acababa de crear _ duerme un poco y descansa. Lo necesitas después de lo que sucedió.
Skyler intentó decirle a Tiberius que no tenía sueño. No quería dormirse. Quería esperar a Dimitri, velar junto a él, pero fue imposible. Sus ojos habían comenzado a traicionarla y a los pocos segundos se quedó dormida acurrucada contra el sofá. Tiberius le cubrió con la manta. Se ve que confías bastante en mí, mi amigo.
La voz de Dimitri llegó lenta y un tanto lejana. Con mi vida. Fue lo único que pudo decir.
Es más de lo que merezco. Le respondió Tiberius y luego se alzó al vuelo cuándo estuvo fuera de la propiedad, en busca de un sitio dónde descansar, hasta la próxima puesta de sol.
-¿Papá?_Skyler observó en todas direcciones. El hielo a su alrededor parecía cernirse sobre ella, casi al punto de caerse. Se abrazó a si misma como si estuviese hecha pedazos y aquello le ayudaba a que las piezas permanecieran en su lugar.
Observó su reflejo en el muro de su izquierda. Una niña de no más de cuatro años le devolvió la mirada. Tenía el cabello hasta los hombros y una expresión inocente en su mirada pero empañada de un frío miedo y en sus brazos cargaba a un conejo de peluche. No sabía porque eso no le parecía raro. El verse tan pequeña. Giró su cabeza hacia el frente_¿Mami? ¿Papi? ¿Dónde están? Estoy asustada.
Su voz salía seguida de un leve vapor blanco, amortiguada y débil.
Siguió su camino temblorosa de pies a cabeza como si en cualquier instante fuera a aparecer un monstruo para devorársela.
Miró con cautela cuándo giró por el pasillo. Caminó lentamente por los fríos suelos con solo el sonido del castañeo de sus dientes acompañándola.
Pasó de largo junto a un muro en cuyo interior se hallaban dos majestuosos dragones congelados y siguió adelante.
¡No! ¡Skyler vete, no te acerques!
Ésa era la voz de su padre. Estaba segura de ello, pero ¿Por qué le decía que no se acercara? ¿Es que acaso no la quería? Skyler, mi palomita, mi vida, no vengas, por favor. Yo nunca te quise, ¡yo te amo! Por eso no quiero que vengas. Papá está bien, princesita. Regresa. Tú madre está conmigo.
Skyler dio un paso atrás. La voz de su padre sonaba triste y dolida. Quiso acercarse a él para abrazarle como solía hacerlo siempre.
Esta vez no le hizo caso a sus advertencias y corrió por el pasillo sin importarle nada más que llegar junto a su padre.
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