Aqui les va otro pedacito emot024 emot024 emot024 emot024 emot024 emot024
Dimitri ignoró el comentario de Tiberius. Sabía muy bien lo rebelde que era. Nunca obedeció órdenes de nadie y ciertamente no iba a comenzar a hacerlo ahora.
Una vez que se hubo en el exterior, Dimitri colocó salvaguardas alrededor de su mansión. Una prisión invisible para Skyler. Nadie entraba y nadie salía. No era por ser cruel, pero él no iba a arriesgarse a que su compañera volviera a seguirle como había hecho antes. No volvería a ponerla en peligro mientras viviera.
Eres cruel, Dimitri. Dejarme encerrada aquí mientras tú sales a hacer de héroe. Como si no hubiera sabido que ibas a poner salvaguardas.
Al menos admites que para ti soy tu héroe y más te vale no intentar hacer nada. Quédate tranquila y espérame. Si los lobos dicen que algo anda mal llámame de inmediato.
Skyler frunció el ceño. Finalmente aparecía el mandón hombre de los cárpatos. Tu verdadera naturaleza al fin se pone de manifiesto, cariño.
Dimitri le gruño ligeramente e ignoró el comentario. Se movía a grandes pasos por el bosque, evitando las ramas caídas de los árboles y las piedras pequeñas. Mientras de aproximaba al lugar en dónde los no-muertos se encontraban, sintió la presencia de Tiberius acercándose hacia él con una velocidad que le dejó pasmado. No te dije a caso que no te acercaras. Es peligroso para ti Tiberius, no pondré en juego tu alma cuándo tú salvaste la mía.
Hubo un silencio que se prolongó durante varios segundos. Dimitri se quedó quieto en medio del salvaje bosque y suspiró profundamente.
-¿Y que pensabas que haría?_dijo una voz burlona desde las alturas_ ¿Obedecerte?
La mirada azulada del cárpato se dirigió a lo alto en dónde un hombre se encontraba apoyado sobre el tronco de un árbol con los brazos cruzados y con gesto perezoso mientras le sostenía la mirada. Sus fríos ojos negros llamaban al miedo, al peligro, a una muerte segura y su cabello café oscuro ondeaba al viento, dándole la típica apariencia salvaje que un cárpato tenía. Su rostro era una máscara inexpresiva, alguien que no conoce las emociones ni sabe ya para que vive. Su cuerpo de pesados músculos y anchos hombros le hacían parecer poderoso, indestructible, una máquina de matar.
Tiberius saltó desde lo alto y giró en el aire de manera elegante para aterrizar en frente de Dimitri.
Dimitri le sonrió.
-También me alegra mucho verte, amigo mío.
Ambos se saludaron sosteniéndose de los antebrazos, el saludo de los guerreros.
-Ojala pudiera decir lo mismo, Dimitri _ le miró inexpresivo, cansado, con unos ojos que ya habían visto suficiente _ sí no encuentro a mi compañera pronto, estaré perdido.
Dimitri bajó la mirada.
-Por ésa razón te dije que no intervinieras en esto. Puedo hacerlo solo ahora que no hay peligro de que me convierta y no permitiré que tú alma se vaya al infierno.
Tiberius le alzó una ceja.
-¿Bromeas? Esos malditos no son pocos, es un grupo bastante numeroso según pude ver desde lo lejos _ su mirada se enfocó en Dimitri_ Dimitri por primera vez en tu vida, deja que te echen una mano _ acaricio la empuñadura de una espada que traía en el cinturón_A veces no es tan divertido jugar solo _ le colocó una mano en el hombro _ no te preocupes por mi, estaré bien. He sobrevivido mucho tiempo así.
Dimitri bajó la mirada a la espada.
-¿Aún sigues cazando utilizando tú método personal?_Dimitri sabía muy bien que Tiberius torturaba a los vampiros y los decapitaba antes de arrancarles el corazón. Él tenía la costumbre de susurrarles en el oído a todo aquel que estaba destinado a morir en sus manos justo antes de que los matara. Les infundía pánico, terror inclusive. La espada que traía en su cinturón era una especial que solo se hacían en la época en que eran utilizadas. Hecha de diamante y otras piedras preciosas. Era dura, totalmente imposible de doblar o romper y resistente a la sangre ácida de los vampiros.
Tiberius se encogió de hombros.
-Siempre he sido bueno con las armas, creo que lo sabes_suspiró_Gregori Daratrazanoff siempre me hacía practicar con él para mejorar mi agilidad, sin embargo un día le hice un corte en el brazo sin querer. Él me persiguió por todo el pueblo durante horas para darme una paliza por mi error.
Dimitri frunció el ceño.
-¿Fuiste alumno del oscuro?
Tiberius sacó su espada de la funda y la observó.
-Por supuesto_afirmó_La mayoría de los cazadores hemos sido alumnos de Gregori. Él nos ha enseñado todo lo que necesitamos saber, lo básico y después cada uno le da a su estilo de caza su toque personal.
-Entonces ¿Por qué nunca te vi ahí? En el pueblo me refiero. Yo te conocí cuándo te encontré mal herido en el bosque no antes _ Dimitri había sido al igual que Tiberius alumno de Gregori junto con Julian, pero cuándo conoció a Tiberius se dejó enseñar por él atraído por su manera más agresiva de matar producto de la muerte de su madre.
-Yo te conocía de antes Dimitri _ confesó él _ pero solo de lejos cuándo éramos jóvenes cerca de perder nuestras emociones. Tú eras un solitario y muy pocos se acercaban a ti. Solo Julian Savage según recuerdo_como olvidar a los Savage. Eran los únicos cárpatos que habían nacido con el cabello rubio y los ojos dorados. Características como esas permanecen en tu mente para siempre _ además Gregori no me solía entrenar con los otros. Lo hacía de manera privada. Me daba un entrenamiento especial debido a mi rebeldía según él. Quería doblegarme infundiéndome miedo pero nunca lo consiguió _ se pasó las manos por el largo cabello café apartándoselo de la cara_Luego de ver que no conseguiría nada si me quedaba me marché a corta edad, cuándo perdí mis emociones y por eso nunca llegué a conocerte personalmente hasta ése día en que salvaste mi vida. Aún estoy en deuda.
Dimitri cruzó los brazos a la altura de su musculoso pecho.
-Tú ya no tienes ninguna deuda conmigo Tiberius. Ésa deuda está saldada luego de todo lo que hiciste. Así que no tienes porque ayudarme en ésta batalla.
Tiberius cargó la espada contra su hombro
-¿Y perderme toda la diversión? Ni pensarlo y no intentes detenerme porque no lo conseguirás.
Dimitri suspiró derrotado. Sabía que tenía razón. Cuándo a Tiberius se le metía una idea en la cabeza no había nada que lo hiciera retroceder de alcanzar su objetivo. Lo único que podía hacer para ayudarlo era acabar con la mayor cantidad de no muertos posibles antes que él lo hiciera.
¡Dimitri!
El grito de su compañera le sacó de golpe de sus pensamientos y concentró todos sus sentidos en ella. Skyler, ¿Qué sucede?, ¿me necesitas?
No tonto. Estoy leyendo las cartas que Jason te trajo. Tendremos visitas en unas cuántas semanas más.
Dimitri dejó escapar el aire fastidiado. ¿Para eso armaba tanto escándalo? Casi lo mata de un susto. ¿Quién vendrá si se puede saber?
Mis padres, además de los Trovadores Oscuros que darán un concierto en San Petersburgo, Gregori y Savannah también.
Que bien. Fantástico. Más dolores de cabeza, aunque pensándolo mejor le haría bien hablar con Julian y decirle que Tiberius estaba de vuelta.
Dimitri clavó su mirada en Tiberius.
-Creo que a Gregori le agradará volver a verte.
Tiberius dejó escapar un resoplido.
-Si, que no le agradará _ siempre burlón tal como Dimitri lo recordaba_¿Vendrá acaso?
-Mi compañera me lo acaba de asegurar _ Dimitri le envió a Skyler su amor y confort. Odiaba estar lejos de ella, siempre lo odiaba.
Tranquilo Dimitri. Todo está bien aquí así que no debes preocuparte. Ve a hacer lo que tienes que hacer y regresa pronto.
Skyler cortó la conexión para dejar a su compañero en paz.
-Conque el oscuro vendrá a dejarse caer por aqui_Tiberius se frotó el puente de la nariz_Bien, supongo que tendré que estar preparado para recibir unos cuántos gruñidos.
-Dudo que Gregori te vaya a recibir con un gruñido aún con los dolores de cabeza que debiste hacerle pasar. Tiene mejores cosas en que prestar su atención ahora_le comentó Dimitri
-¿Ah si?
A lo lejos se escucharon chirridos espantosos y sonidos cuya frecuencia aguda era tan espantosamente intensa que destrozaba los oídos.
El aire se bañó de un olor a sangre animal mezclada con sangre podrida y entonces se escuchó el triste lamento de un lobo.
-Maldición _ bramó Dimitri entre dientes apretados al mismo tiempo que se echaba a la carrera para dirigirse hacia el lugar desde dónde provenían los lamentos.
Tiberius sonrió despiadado.
-Ya era hora de que esto se pusiera interesante.
Tiberius dio un salto hacia la rama alta del árbol y siguió a Dimitri por el intrincado bosque saltando de árbol en árbol, escudándole desde las alturas.
Besos niñas emot024 emot024 emot024 emot024