- Estás intentando protegerme de nuevo, ***. - Sacudió la cabeza. No hubo sonrisa en su cara, pero estuvo en su corazón todo el tiempo. Nadie había nunca pensado en protegerle; nadie había ni siquiera considerado el peligro que corría como cazador. Incluso ahora, esta pequeña y frágil mujer con sus enormes ojos estaba envolviéndose a si misma tan firmemente alrededor de su corazón porque genuinamente deseaba su seguridad. - No necesito protección de esta gente. Ellos son los que deben tener cuidado. Si tiene que ser en su terreno, que así sea. *** me ha dado la suficiente información como para no entrar en esto a ciegas.