Perdoooooooon...no me había dado cuenta que era yo la que seguía... :emot018: :emot018:
Aquí va:
*** apenas podía mirarla. Estaba furioso... y con razón, después de un ataque semejante. No le había llamado. El corazón de *** todavía intentaba recobrarse. La visión de ella, cubierta de diminutos puntos de sangre, le enfermaba. Podía sentir al demonio en él rugiendo pidiendo liberación, luchando por la supremacía, necesitando protegerla, necesitando destruir cualquier cosa que amenazaba con poner en peligro su seguridad. Mantuvo la cara cuidadosamente vuelta lejos de ella, sabiendo que sus ojos traicionarían su lucha interna.
Era su compañera, y más que ninguna otra cosa, su salud, felicidad y protección le importaban. Aunque con toda seguridad su felicidad y protección parecían ser dramáticamente opuestas la una a la otra.