ahi va
La boca de **** se deslizó desde el hombro hasta encontrar el loco latido
del corazón de **** bajo sus apetitosos pechos. Su lengua acarició un
pezón endurecido y trazó sendas de placer a su alrededor. Clavó
profundamente los dientes y bebió, se alimentó de ella, la hizo suya de
nuevo en un frenesí sexual que era totalmente incapaz de saciar.
Su sabor era dulce, limpio y muy adictivo. Anhelaba todavía más y más, su
cuerpo empujaba una y otra vez, cada vez más profundo, poderoso y fuerte,
llevándola de nuevo a sentir aquella explosión de placer.
**** luchó consigo misma porque era incapaz de reconocer a **** en
aquel animal sensual y voraz. Su cuerpo respondía a sus demandas, incapaz
de sentirse saciado. **** torturaba la piel de su pecho, la hacía arder y le
enviaba espirales de placer que parecían no tener fin. Sentía como se iba
debilitando mientras una euforia totalmente desconocida la dejaba lánguida
bajo él. Tomó la cabeza de **** entre sus manos y la acunó, entregándose
por completo para que saciara su hambre mientras su cuerpo se
convulsionaba una y otra vez.