Estoy de acuerdo contigo, más que buscar una literatura de azotes, dolor o humillación, se busca que el protagonista en su papel de dominante lo desempeñe en busca del máximo placer de su patner, claro que a veces me he topado tanto con protas femeninos como masculinos, en donde el sumiso verdaderamente disfruta de la humillación erótica y de esa "entrega" por el Amo en que todo podría hacerlo. Con la saga de la Bella Durmiente, me pasó que podía entender que el dolor conlleva al placer, pero las humillaciones y vejaciones a las que Bella era expuesta, como también los otros príncipes, me resultó demasiado fuerte. Hay una reseña, un poco comanche lamentablemente, y homoerótica, donde el sumiso asume su homosexualidad y a la vez que es sumiso, siendo entrenado por un Amo que le explica e introduce, ahí tratan un tópico que no he visto mucho, dado que se da por supuesto, y es que el "amor" si puede existir en una relación amo-sumiso. Que no necesariamente ser un sumiso/esclavo 24/7 te hace mejor "esclavo". También se resalta de que es responsabilidad del amo saber los límites del sumiso, saber hasta cuánto puede soportar y cuánta intensidad es la que necesita. El protagonista dominante es un personaje muy especial dado que es psicólogo, y por tal sabe "leer" a las personas y qué es lo que necesitan. 
Sobre mi firma, esta declaración se hace en Amante Consagrado, que es uno de los libros en donde más Qhuay se ve. Exactamente lo leerás en el capítulo 42.