Lo bueno de ser jefe en el trabajo es que tengo mi propia oficina y puedo pasar un tiempo en el foro. :emot008: He ahí la dedicación. Aquí va la mía.
Él empezó a desabrochar los botones de la camisa de ella, soltando cada uno de ellos cuidadosamente del hojal. Sus dedos rozaron cálidamente la suave piel, dejando atrás diminutas llamas danzarinas.
Ella le cogió las manos, deteniendo su acción.
– ¿Qué crees que estás haciendo? – Intentó parecer ultrajada en vez de sorprendida y horrorizada por la reacción de su propio cuerpo ante él.
– Te estoy quitando la ropa mojada. No te hacen ningún bien, cariño, si tu intención es esconder tu cuerpo de mí. La camisa empapada por la lluvia es ahora completamente transparente. – Señaló lo obvio sin la más mínima inflexión en su voz de suave terciopelo. – Estás muy fría, y necesitas calentarte. Pensé que esta era la mejor forma de hacerlo. Pero estaría más que feliz de escoger otra, si así lo deseas.
Ella empujó la pared de su pecho, poniéndose brillantemente roja ante su implicación. Él tenía razón; la camisa mojada lo revelaba todo.
– Largo. No voy para nada a tomar un baño contigo en la habitación.
Él estudió su cara. Estaba muy pálida. Toda ojos. En su mente había confusión y temor pero no auténtica resistencia. No era del tipo de las que se tiraban por la ventana.