XXX dio un grito feliz. —Ooo, buena comida esta noche. Traigo a un Daimon para barbacoa. ¿Puedo ir ahora, XXX? ¿Puedo? ¿Puedo? ¿Puedo, por favor? —. XXX bailó por todos lados como un niño pequeño, feliz en una fiesta de cumpleaños.
XXX clavó los ojos en XXX. —Depende enteramente de ti, XXX. Él vive o muere por tu palabra.