Bueno lo hice posible y aqui esta :emot020: :emot020: :emot020: :emot020: Gracias lucesita de mi inspiracion. Antes que nada añadire algo: Este capitulo es uno de los más largos que voy a hacer y ahora solo les publicare la mitad de el por ahora y la otra mitad cuando acabe. Asi q aqui tienen para q no se coman las uñas. Que lo disfruten y van a ver que le ocurrio a Skyler. Les dije q era facil, aqui les va:
Capítulo 10
-¿Como que estoy............_Skyler se detuvo al ver que Dimitri se arrodillaba ante ella, soltándole el brazo.
¿Por qué hacía eso?. Ella no estaba herida. Los vidrios no alcanzaron a llegar a donde se encontraba aún con la intensidad de la explosión provocada por la furia desbocada de él que lanzó a través del aire.
De pronto notó que la mirada de él estaba en sus piernas que quedaban al descubierto. El vestido solo le llegaba hasta las rodillas. Parecía concentrado. Estiró una mano hacia sus miembros inferiores y colocó la palma sobre la piel interior de su pierna derecha.
Por un segundo a ella se le olvidó respirar. La mano de él se movió posesivamente hacia arriba, por debajo del vestido, deteniéndose en su muslo.
Skyler se sostuvo de los anchos hombros de él, ahogando un jadeo que de seguro él oiría. Sus piernas se le debilitaron y tuvo q cerrar los ojos para concentrarse en otra cosa que no fuese lo que Dimitri estaba haciéndole.
-Dimitri, porfavor_suplicó ella casi con desesperación, pero su cuerpo anhelaba aquel toque tan posesivo. Se sintió más húmeda e incomoda que de costumbre y esto logró desviar sus pensamientos en esa dirección. Realmente se sentía demasiado húmeda, casi mojada, lo cual era mas que raro.......a menos que_Ay no_jadeó ella.
De un saltó sé hecho hacia atrás. Dimitri retiró su mano apenas Skyler se alejó y alzándola hasta el nivel de sus ojos la miró. La palma estaba completamente bañada en sangre.
-Estás herida_dio un paso al frente para acercarse a ella
-¡Detente ahí mismo! ¡No des un paso más!_ante el grito desesperado de su compañera Dimitri se detuvo a medio camino aunque no pudo evitar mirarle serio. Se observo nuevamente la palma de su mano y luego se la mostró a ella para que pudiera verlo tambien_No es nada, Dimitri, no es nada grave_se apresuró a decir ahora algo más calmada.
-Pues lo que tengo en la mano no me parece que no sea grave en lo absoluto, Skyler_sus manos se volvieron dos puños sumamente apretados_Esta ves no te voy a pedir porfavor que me digas que te pasa, ¡exijo que me lo digas!
Skyler retrocedió unos pasos asustada a más no poder. Nunca le había visto tan furioso en la vida, pero sabía muy bien que él no iba a comportarse siempre amablemente con ella. En éste momento no estaba furioso por algo sino que escondía su preocupación en ello. Los cárpatos odiaban demostrar la debilidad ante otros.
-Es sólo mi menstruación, Dimitri. Las mujeres humanas las tenemos todos los meses_dijo vencida. No quería discutir con él y al parecer no estaba informado de ello. Iba a tener que explicarle.
-¿Y que es eso?_preguntó él sin deshacer su tono de enfado o mejor dicho de preocupación.
Skyler sonrió por lo bajo. Era más adorable cuándo se mantenía ignorante de algunas cosas. Ahora sabía con certeza que en una materia ella iría siempre un paso delante de él.
-Sabiendo que yo era tu compañera debías haber aprendido algo sobre los seres humanos, Dimitri. Las mujeres humanas tenemos la menstruación desde que cumplimos trece años de edad, algunas antes otras después, varía en cada mujer. Se presenta como un sangrado. Dura aproximadamente tres días o puede que más en algunos casos, al menos en el mío son sólo tres días_explicó como si estuviese dándole clases a un grupo de adolescentes ignorantes.
-¿Y porque os ocurre eso?_Francamente estaba interesado en el tema. Skyler había hecho bien en darle una reprimenda por no haber aprendido sobre las mujeres humanas cuándo tenía tiempo. Se había enojado con ella sin razón, todo por culpa de su ignorancia y sabía que le debía una disculpa, pero ahora se iba a dejar enseñar por ella todo lo que necesita aprender.
-Entre los humanos se le conoce como el salto que se da de ser niña a una mujer. Ocurre cuándo nuestro cuerpo puede darse el trabajo de lograr una fecundación y así poder tener hijos, en el caso de que no ocurra una fecundación aquello que se usa para lograr hacer un bebe se desprende y cae, surgiendo la sangre que mes a mes se presenta durante un tiempo prolongado hasta los cincuenta años más o menos en dónde se detiene y ya no continua más sangrado, eso significa que ya no puedes tener más hijos_concluyó su explicación sintiéndose orgullosa de si misma aunque algo avergonzada de que Dimitri se hubiera percatado de ello, pero la culpa había sido solamente suya por no darse cuenta de que los días estaban pasando y que eso sucedería tarde o temprano_¿Como te diste cuenta de que......._su cabeza se giró hacia un costado para ver si había manchado el vestido. Sería una lástima si fuese así, sabiendo que la sangre no saldría de ahí.
-Cuándo te giraste y te alejaste de mí, noté que una gota de sangre se deslizaba por tus piernas, por eso lo supe. No te preocupes por el vestido, pequeña, que no se ha manchado.
Skyler dejó de observarse el vestido y asintió.
-Gracias, Dimitri, pero ahora necesito cambiarme y darme una ducha. ¿Me permites?.
-Por supuesto_le aseguró él y se inclinó haciendo una pequeña reverencia_Y disculpadme por lo de unos instantes. No sabía que te sucedía y no estuvo bien de mi parte haberte tratado así.
La sonrisa de ella iluminó por completo su rostro.
-No importa, tú no sabías_Skyler le guiñó el ojo y entró al baño dejando a Dimitri sólo en la habitación sin más compañía que el pequeño cachorro de lobo que acababa de despertar.
El lobo movió la cola de un lado a otro, mirándole con sus grandes ojos castaños.
Él le lanzó una sonrisa cautivadora y girándose en redondo abandonó la habitación. Su vida con Skyler a su lado estaba resultando más agradable de lo que creyó que sería, no obstante había comenzado a descuidar ciertas necesidades propias que debían satisfacerse y pronto.
Tenía que salir a alimentarse antes de que el hambre le hicieran coger a la primera presa que estuviese cerca, en especial una adolescente de 17 años, con un traumático problema y con un cuerpo pequeño y frágil. Eso no se lo perdonaría jamás.
La poderosa figura del cárpato salió al exterior de la enorme casa, respirando el puro aire de la noche. Con una velocidad sorprendente, Dimitri se echó a la carrera cambiando de forma al gran lobo negro de ojos azules.
Mientras buscaba a su presa le asaltó un pensamiento que hasta el momento no había querido considerar.
Skyler era una adolescente, sólo tenía 17 años de edad y por mucho que ella le aseguraba que le aceptaba, no resistiría a su reclamo. De eso estaba completamente seguro ahora. La chica no era interiormente débil pero físicamente carecía de fuerza para pasar por algo tan doloroso como la conversión. Podría inclusive morir en medio del proceso y si eso ocurría, estaría perdido para siempre.
Según lo que había recopilado de la mente de su compañera, Skyler había cumplido los 17 años hace sólo 4 meses y esperar otros 8 meses hasta que ella cumpliese los 18 años probablemente le mataría y no solamente en el sentido de perder su alma si volvía a mancharse las manos con sangre del no-muerto, sino que también por el deseo y la lujuria que se apoderarían de su cuerpo entre más tiempo pasase.
Sólo había pasado tres días con Skyler y su cuerpo ya le había jugado malas pasadas al entrar en el llamado “limbo del placer y el dolor” cada vez que le tenía entre sus brazos.
Para la mayoría de los cárpatos y de los humanos en general, Skyler podía ser una simple adolescente por la que sólo un hombre de su misma edad podría despertar deseos por ella, pero para él ella ya era una mujer, su mujer, el objeto de sus fantasías y deseos más eróticos, la única que despertaba al hombre escondido tras su máscara de guerrero y llenaba su ser de un hambre que sólo ella saciaría.
Podía percibir desde ahí que su compañera ya había abandonado la ducha y que ahora se estaba cepillando el cabello.
Aunque sus habilidades mentales estaban algo oxidadas por no haber mantenido contacto con nadie de su gente o alguien con habilidades telepáticas, Dimitri se enorgulleció de saber que aún podía “ver” si quería, sin embargo no sabía que provocaría en él si espiara desvergonzadamente a su compañera ignorando si tenía la ropa puesta o no.
El lobo se detuvo sobre un tronco a medio camino de un pueblo cercano. Una confusión de dos personalidades distintas batallaban dentro de aquel animal en dónde el hombre se escondía. Una parte de sí decía que lo hiciera y la otra lo alejaba de ése camino.
Al final la curiosidad ganó la batalla y concentrándose lo más que pudo siguió la senda mental que lo conducirían a ella.
Ahí estaba, frente al espejo del baño cepillándose el cabello como sabía. Miraba su propio reflejo en el espejo enfocándose sólo en su rostro sin prestar atención a su cuerpo porque lo aborrecía.
A Dimitri se le secó la garganta y su cuerpo dentro del lobo, se estremeció al ver que su compañera no traía nada sobre su juvenil cuerpo todavía y estaba totalmente desnuda.
El cárpato quedó prendado de la hermosura que veían sus ojos. Nunca se habría imaginado algo tan apetecible y perfecto para él que eso.
El cuerpo de Skyler era delgado, pero las suaves curvas le daban la forma femenina que debía tener el de una mujer. Su piel era de un color albaricoque suave, que daban ganas de saborearla por siempre y no parar nunca. Tenía una pequeña cintura que resaltaba la plenitud de sus dos pechos, que aunque ella fuera una adolescente en una etapa de crecimiento, poseían un tamaño relativamente grandes, perfectos para sus manos.
Su vientre era plano y sus caderas eran anchas, dando el paso definitivo de una jovencita a una mujer.
Dimitri no prestó mayor atención a las cicatrices o a las quemaduras, eso era sólo un mínimo detalle que no tenían ninguna importancia para él, pero su mirada quedó sobre una marca en el cuerpo de ella, la evidencia de su linaje.
Justo bajo el abdomen, en el lado derecho el tatuaje de un dragón descansaba grabada sobre su piel. La marca de los Buscadores de Dragones. Las suposiciones de Natalya eran correctas después de todo.
El lobo clavó sus garras en la madera del tronco dejando marcas para siempre en el. Skyler era más de lo que podía desear. Una mezcla de compasión, alegría, generosidad, valor, fuerza, luz y un cuerpo tan deliciosamente hermoso.
La adolescente dejó de cepillarse al escuchar aquellas palabras en su mente. Era la voz inconfundible de Dimitri, pero no entendió que quería decir con ello.
Skyler cogió la toalla que estaba colgada y se la envolvió alrededor del cuerpo cubriendo su desnudez con ella. Había pasado mucho tiempo desnuda y se estaba sintiendo algo incomoda. Gracias al cielo. Otra vez Dimitri.
La chica ya no sabía que pensar al respecto. No entendía porque le decía todo eso.
Dimitri, ¿estás bien?
El lobo negro sacudió la cabeza ante la voz de la joven como si le hubiesen despertado de un trance y continuo su carrera. Estaba excitado, ardía en deseos y temía el no poder controlarse estando cerca de ella. Estoy bien, pequeña, mejor de lo que crees. Le envió su cariño y afecto para que le sintiera con ella aún cuando se había alejado un poco de su hogar.
Dimitri resolvió en no regresar a su hogar durante unas horas mientras apaciguaba a su bestia hambrienta ahora de algo que no era sangre precisamente.
A lo lejos pudo divisar el pequeño pueblo entre los árboles. La fría Rusia no había logrado mantener a sus ciudadanos dentro de sus hogares, sino que la mayoría recorrían los caminos disfrutando de sus vidas.
El lobo se quedó observando cuidadosamente los alrededores, como un depredador al acecho a la espera de atacar.
Su presa debía ser hombre, no soportaría tocar el cuerpo de una mujer estando tan excitado.
Un joven hombre caminaba solitariamente en dirección a los bosques. Fumaba un cigarrillo y Dimitri logró percibir la necesidad de aquel humano de estar solo.
El lobo cambió nuevamente surgiendo el hombre de los cárpatos más hambriento que nunca. Los glaciales ojos azules siguieron a su presa y sin previo aviso, salió de su escondite para ir en dirección a su presa ya divisada.
Eso por ahora mis niñas. Trtare de escribir el resto pronto que no quiero q se coman las uñas q despues em envian la cuenta para pagarles la manicure :emot002: :emot002: :emot002: :emot002: Besos, las quiere, Darky :emot008: :emot008: :emot018:
