La oscuridad reinaba a su alrededor. Skyler dio vueltas en círculos buscando una luz que pudiera apagar el color negro que sus ojos veían. Espero y espero durante mucho tiempo. Se sentía sola, tan sola como si fuese la única persona sobre la faz de la tierra. No recordaba cuándo ni como había llegado hasta ahí, pero lo que si sabia con certeza es que deseaba salir pronto. Nunca había sentido un vacío similar al que invadía su corazón en aquellos infernales momentos. Un lobo aulló a la distancia y la cabeza de ella giró instantáneamente hacia dónde lo había oído con claridad. Fue entonces cuándo a lo lejos, el silencio se escurrió como el agua entre los dedos al escucharse una bella melodía hecha con algo como un instrumento de viento. Una flauta se acercaría a la respuesta más exacta. Skyler cerró los ojos dejándose llevar por la música. Se le hacía tan familiar. Poco a poco se le vinieron imágenes ante esa oscuridad. Una mujer, alta, de largo cabello negro, muy hermosa, con ojos grandes y verdes le cantaba dulcemente. La letra de la canción pareció surgir de pronto desde su garganta y sin que se lo propusiera, comenzó a cantar, siguiendo a la mujer frente a ella. Su mirada era dulce, sincera y podía ver la bondad que emanaba. Era como un ángel. Skyler le sonrió al mismo tiempo que ella lo hacia. Entonces sonó un fuerte estruendo y la mujer instintivamente desvió la mirada, dándole la espalda con los brazos extendidos hacia los lados, como lo hacen las personas cuándo desean proteger a alguien, entonces todo se volvió oscuro nuevamente.¡Alejate y no miréis hacia atrás!
- ¡No!_se alzó con aquel grito despertador. Se pasó una mano por el rostro, sentía la frente cubierta de pequeñas gotas de agua. La cabeza le dolía de un modo espantoso y aún sentía algo de frío.
Skyler se alzó, sentándose sobre el colchón, pero como estaba tan a la orilla se fue hacia al lado. Antes de que cayera al suelo, unos fuertes brazos le envolvieron alrededor de su cintura y su cuerpo chocó contra otro más duro, fuerte y caliente.
- Cuidado, pequeña. Casi te haces daño_la voz de Dimitri fue suave y amable al decir estas palabras. Tomó a su compañera en los brazos, volviéndola a recostar sobre la cama, cubriéndola con las mantas.
Skyler tragó saliva sin poder creérselo. Era él. Por un momento se olvidó de su dolor de cabeza y se alzó nuevamente apoyándose contra el colchón. La mirada de ambos se encontró.
- Dimitri_susurró ella con lágrimas en los ojos. Sin pensarlo dos veces, hizo las mantas a un lado y le rodeó el cuello con sus brazos. Las lagrimas cayeron por sus mejillas, dando en el ancho hombro de él cubierto por la camisa que usaba.
La mirada de él se mostró sorprendida ante la reacción de su compañera. Nunca le había tocado de aquella manera tan impulsiva. Sus brazos quedaron tiesos durante unos instantes, sin devolverle el abrazo por temor a hecharlo todo a perder. Ella era muy frágil, el sólo tener su cuerpo contra el suyo era suficiente como para darse cuenta de ello, pero más era su necesidad de consolarle por el susto vivido hacia unas horas, que la rodeó fuertemente por la cintura correspondiéndole al abrazo.
El aroma de ella ingresó a su cuerpo llenándole de deseo. Sus músculos se contrajeron lentamente y sus manos recorrieron toda la plenitud de su espalda sintiéndola, tocándole y deleitándose con tenerla finalmente contra su cuerpo.
Podía sentir lo aterrada que estaba. Creía que él le había dejado abandonada en medio del bosque y aquello era insoportable. Le acarició el cabello lenta e íntimamente y enterró la cabeza en el hueco del hombro de ella, plantándole un beso en su piel expuesta.
Skyler suspiró y casi por instinto se separó de él, tratando de poner algo de distancia entre ellos. Ahora caía en la cuenta de que estaba con su compañero, en un lugar que no conocía, sobre una cama y lo peor era que a solas. La idea de que él les haya unido pasó por su mente como un haz de luz. Sus manos vagaron por la piel de su garganta en busca de alguna marca que indicara que él ya le había reclamado. Estaba asustada de toparse con alguna sorpresa. No sabía por cuánto tiempo había estado dormida y Dimitri bien se podría haber aprovechado de la situación.
La mirada de Dimitri se ensombreció y delicadamente le detuvo el recorrido que hacían las manos de su compañera por su cuello. Se llevó una a los labios dejando un beso en el.
- Se ve que no confías en mi aún, Skyler_dejó que la mano de ella se deslizara de entre sus dedos_ No soy tan canalla como para reclamar a mi compañera mientras esta duerme.
Skyler tragó saliva, ahogando un pequeño grito que pudo ser considerado como de sorpresa o de terror. Eso era exactamente lo que Gabriel había hecho con Francesca: La unió a él mientras ella dormía.
- Perdóname, Dimitri_susurró ella, tratando de desviar su mirada de la de él_ No es mi intención desconfiar de ti, pero esto es nuevo para mi y es muy difícil tratar de comportarme contigo de una manera distinta, cuándo siempre he sido de una forma. No suelo confiar mucho en los demás.
Dimitri sonrió. Era tan adorable que le llegaba incluso hasta doler. Sabía que no la merecía.
- El tiempo resolverá eso, Skyler. Trabajaremos juntos en tú problema y lograremos que el pasado se quede atrás_se inclinó hacia delante, limpiándole el sudor de la frente con palma de su mano y cuándo finalizó, le dejó un tierno beso sobre su piel_ Lo único que necesito es que me des una oportunidad, pequeña, nada mas y no me temas porque no hay razón para ello.
Skyler asintió y le miró con algo de nerviosismo. En sus ojos podía ver el miedo de ella ante el futuro que le esperaba. Dimitri sabía que ella no había estado nunca con un hombre por su propia voluntad, lo cual agradecía profundamente, pero las marcas de los abusos infringidos hacía Skyler aún estaban ahí, en su mente y también en su cuerpo en forma de cicatrices, como un recordatorio de su tortura. Su trauma era algo complicado y el curar aquello iba a ser sin duda alguna lo más difícil, sin embargo, por ella Dimitri estaba dispuesto a pasar siglos si fuese necesario ayudándola hasta que todo su pasado quedara atrás. Pero había un problema mayor en todo eso y él era precisamente quién estaba involucrado. No sabía cuánto tiempo iba a resistir su cuerpo antes de que este le exigiera poseerla. Sabía muy bien que los hombres de los cárpatos tenían sexo con una intensidad salvaje y él no salía de ése patrón, pero Skyler era muy frágil e inocente para pasar por aquella clase particular de apasionadas relaciones amorosas, al menos mientras aún estuviese saliendo de su trauma. Debía recordar que por muy madura que fuese en su interior, seguía siendo una adolescente de 17 años. El cuerpo de ella debía ser tratado con respeto, delicadeza y sobretodo amor, porque eso era precisamente lo que le faltaba, pero el que ella le dejase hacerle el amor iba a ser el desafío más grande de todos y debía unirla a él pronto antes de que ya no tuviera elección. Eso aceleraría aún más sus instintos. Al reclamarla, ambos sentirían una necesidad poderosa de estar con el otro, tocarse y sentirse mutuamente.
Dimitri se levantó de la cama desviando la mirada de la de ella. Hacía tanto tiempo que deseaba hacerle el amor. Demostrarle lo hermoso que podía ser si se estaba con la persona correcta. Iba a tener que estar preparado para tratarle con ternura y amor, o sino ella no le volvería a mirar a la cara nunca más. Sólo deseaba que Skyler no viera aquella necesidad en él.
- Puedes usar esta habitación si te gusta, cariño, pero si no, te la cambiaré por una más grande_dijo Dimitri. Se movió por la habitación con elegancia, deteniéndose en el marco de la puerta_Te confesaré que esta la hice especialmente para ti, pero es decisión tuya si la quieres o no_Salió de la habitación hacia el pasillo y volvió segundos después con algo bajo el brazo_Creo que esto te pertenece_estiró el brazo para entregarle el lobo de peluche.
Skyler saltó de la cama como si se le hubiera inyectado energía y lo cogió velozmente para estrecharlo contra su pecho. El alivio y la paz le inundaron al instante.
- Gracias_murmuró bajito_Y, me gusta esta habitación, Dimitri, no te preocupes.
Dimitri sonrió por segunda vez. Se le estaba haciendo habitual aquello. Adoraba tenerla en su hogar, respirar su perfume y disfrutar de su presencia ahí.
- Me alegra oírlo. Si estás mejor puedes recorrer toda la casa y mirar lo que te plazca. En el armario encontraras toda la ropa que necesites. Ponte algo abrigador, aquí en Rusia el invierno es sumamente frío_Dimitri se sorprendió de sí mismo. Hacía tanto que no hablaba de aquella manera tan fluida, que inclusive se le había olvidado la última vez que lo hizo_ No salgas de esta casa mientras yo no este.
- ¿Adónde vas? _odiaba tener que admitirlo, pero en el interior todo le decía que no quería volver a pasar por algo similar a lo vivido en el bosque estando sola y no deseaba que él le abandonara cuando acababa de verlo
- No voy a abandonarte, Skyler. Eso nunca_caminó unos pasos hacia ella y se arrodilló frente a su cuerpo_ Lo que pasó en el bosque no se volverá a repetir jamás, lo prometo. Ahora está amaneciendo y debo bajar a la tierra por eso deberé dejarte hasta la próxima puesta de sol. Si estás asustada o tienes problemas, toca mi mente y yo vendré a ti. Cuándo regrese responderé a todas tus dudas. Hasta entonces, que pases un buen día_le cogió delicadamente las mejillas, acercando su rostro al suyo. El aliento de ella, fresco, le golpeó sobre la piel cuándo se pegó a su boca. Le besó delicadamente, disfrutando del momento, pero ahí estaba el demonio en su interior, rugiendo, tentándole a tomar más de lo que pretendía. A su pesar, Dimitri se separó de ella. Skyler bajó la mirada, tenía las mejillas ruborizadas y su cuerpo había adquirido el calor que le hacía falta. El útero se le tenso y su corazón latió velozmente. Era increíble lo que Dimitri podía provocar en ella con solo un pequeño beso. Se tocó los labios, sintiendo el sabor de él, la intensidad de su pasión. Todo su ser se estremeció sin poder evitarlo.
- Este....b-bueno, yo....._le daban ganas de golpearse a si misma para reaccionar. Eso era ridículo_Estaré bien, Dimitri. Nos veremos mañana. Ve a descansar.
Dimitri cogió su mano, dejándole un beso en la parte de arriba, como un gesto del viejo mundo. Aunque era anticuado, a ella le agradó de sobremanera.
Skyler no lo sabía pero por dentro su compañero se retorcía de rabia. Le dolía dejarla aunque fuese por un día. Quería estar junto a ella, tenerla entre sus brazos, abrazarle y besarle hasta quedar físicamente agotado. Le soltó la mano y se levantó para marcharse.
-A proposito_dijo antes de salir_cantas muy bello, lyubofmaya_le guiñó el ojo y se marchó.
Skyler cayó de rodillas al suelo con el lobo entre los brazos. ¿Había cantado en voz alta mientras dormía?. No podía ser
- Dios mío_susurró sintiendo vergüenza. Dimitri había estado junto a ella mientras dormía, eso era lo más seguro y al hacerlo había escuchado todo. Su mirada vagó de pronto por la habitación.
Observó hacia todas partes maravillándose de la estructura de esta. Era amplia, con las paredes lisas y de color durazno, lo que daba una agradable sensación de relajación. El vidrio estaba echo de un mosaico de varios colores que al entrar en contacto con la poca luz de la luna que estaba por acabar reflejaban una iluminación parecida a la aurora boreal que sólo se encontraba en el polo norte. La cama era de dos plazas, hecha de madera, con una enredadera de flores tallada en ella y las mantas que la cubrían eran de suave satén.
En un rincón de la habitación había un espejo largo con un marco de oro, a un lado habían varios estantes repletos de libros y un armario antiguo de color café claro.
Dimitri se toma tantas molestias, pensó ella, la trataba como a una princesa. Es lo que debo hacer, pequeña. Tú eres mi princesa y no es ninguna molestia para mi, sino al contrario, me alegra que estés aquí y no sientas vergüenza. Realmente cantas maravilloso y disfrutaría que lo hicieras sólo para mí algún día.
Skyler se encontró sonriendo ante el comentario y sin esperar a más, decidió que dormiría al igual que él. Se subió a la cama, cubriéndose con las mantas. El tejido de estas contra su cuerpo era sumamente suave, casi como una caricia. La adolescente se acurrucó con el lobo entre sus manos, al mismo tiempo que Dimitri bajaba a la tierra.
Ambos cerraron los ojos al mismo tiempo y descansaron juntos en corazón pero separados físicamente.
Bueno ahi ta que lo disfruten. :emot008: :emot008: :emot008: :emot008: :emot008: