Uff al fin acabe el siguiente avance viva io emot027 emot027 emot027 emot027 emot027 Bueno como siempre espero que les guste emot024 emot024 emot024 emot024 emot024 emot024
-¿Qué te hace pensar que tú tienes el control en esto?_preguntó ella cuándo se separó de él. Sus pequeñas manos se deslizaron hacia su bajo vientre para coger la dura evidencia de su deseo por ella entre sus dedos cálidos, comprobando su peso.
Dimitri gimió roncamente y echó la cabeza hacia atrás mientras ella seguía acariciando su erección con sus manos, deslizando la palma de arriba abajo una y otra vez, tanto que creyó que se iba a volver loco.
Ella acercó su cuerpo al de él, haciendo que sus pechos presionaran contra su musculoso pecho sin dejar de sostener su miembro entre sus manos. Sus labios se acercaron hacia su oído y susurró:
-Mereces sufrir un poco. Quédate quieto y no te atrevas a tocarme mientras hago esto. Deseo ver que tanto resistes_la sensualidad en su voz hizo que el cuerpo de Dimitri se endureciera aún más casi al punto del dolor.
Entonces observó lo que nunca creyó que vería. Al menos no después de un largo tiempo.
Skyler había caído sobre sus rodillas. Sus manos ahora se deslizaron por las piernas de él hasta que alcanzó sus caderas. Sostuvo con fuerza, arañando ligeramente la piel expuesta.
Sus grisáceos ojos le dedicaron una última mirada a su guapo rostro excitado antes de enfocarse en su nuevo y excitante objetivo.
No sabía muy bien que hacer. Nunca lo había hecho. Pero sabía que no podía hacerle esperar más.
Lentamente deslizó las manos hacia su miembro, acariciándolo tal como lo había hecho antes. Los dedos siguieron su camino hacia sus testículos, acariciándolos igualmente sintiendo como el cuerpo de él se estremecía ante su toque. Ella sonrió sabiendo que ahora había descubierto que en éste momento tenía un poder sobre Dimitri. Ése pensamiento la excitó aún más.
Se relamió los labios y acercó su cabeza para recorrer la dura extensión con sus labios mientras le cogía el trasero con las manos y lo atraía contra su boca.
Dimitri gimió roncamente. Sus manos tan desesperadas por tocarle, por sostenerle del cabello, tenían que mantenerse al margen porque ella se lo había pedido. Era una deliciosa y ardiente tortura.
Su respiración fue más rápido a medida que Skyler le acariciaba con su boca. Estaba haciendo un trabajo excelente, prolongando el momento lo más que podía y él lo estaba disfrutando como un pobre diablo, pero ¡a quién le importaba!
Aún no cabía en su mente lo que ella le estaba haciendo. El solo bajar la mirada para mirarla era suficiente como para que el corazón se le fundiera y la excitación explotara al interior de su cuerpo. La manera en la que le estaba dando placer le estaba volviendo loco.
Entonces sintió la humedad de su lengua recorriendo su miembro lenta y sensualmente por toda la extensión. Él echó la cabeza hacia atrás permitiéndose a sí mismo gemir, disfrutando de aquello como nunca lo había hecho en su vida. Sus uñas se enterraron en la pared para mantenerlas ahí y cumplir la única petición que Skyler había pedido de no tocarla pero le estaba resultando casi imposible. No podía soportar no ponerle las manos encima.
Escuchó la suave e incitante risa de ella en su mente. Recuerda que no puedes tocarme, mi amor. Así que no te atrevas.
Skyler alzó la vista para mirarle y luego, introdujo en su boca el duro miembro de él todo lo que era capaz.
Chupó la extensión tan ansiosa como una niña que chupa su primera paleta. No quiso apartar la mirada de él. Estaba adorando mirar la satisfacción en su rostro, el como el placer tocaba sus facciones, su deseo y la lujuria en sus hermosos ojos azules.
Maldita sea, pequeña. Me vas a matar.
Susurró él roncamente excitado en la mente de ella siendo incapaz de hablar o de articular cualquier sonido coherente. En verdad lo estaba matando. Ya no podía soportarlo más. Quería estar en su interior y lo quería ya.
Sus manos abandonaron la seguridad de la pared y le cogió el rostro entre sus manos, haciendo que la boca de ella le abandonara para poder besarla ardientemente. Dándole la vuelta para que quedara en la posición dónde él estuvo: de espaladas contra la pared.
-Coloca tus piernas alrededor de mi cintura, pequeña
Skyler dejó escapar un jadeo y entonces dio un pequeño salto y enroscó ambas piernas alrededor de la cintura de Dimitri. Entonces él la penetró con una sola y dura estocada.
Fue como si un fuego abrasador le hubiese envuelto de pies a cabeza cuándo sus cuerpos se unieron.
Dimitri le volvió a besar con intensidad mientras sus caderas se movían a un ritmo frenético contra ella. Llevándola a nuevas alturas, avanzando un paso más en su relación. Uniéndose finalmente sin restricciones, sin inhibiciones. Ardiendo juntos y con una misma fuerza.
Transformó cada gota de tristeza que sentía en deseo y en amor aumentando la excitación de su propio cuerpo más allá de sus propios limites.
Su amor, su pasión, su deseo, su lujuria, todo se mezcló aumentando sus sensaciones hasta que no quedó razonamiento en sus mentes. Solo el instinto de sus cuerpos que se acoplaban al otro como el más perfecto de los rompecabezas y que se entregaban a si mismos todo el placer y el amor que siempre necesitaron, que siempre anhelaron y que luego de años finalmente lo estaban obteniendo.
Skyler gimió con fuerza sintiendo la boca de Dimitri trabajando en sus pechos sensibles y pesados dándoles el alivio que buscaban.
Las contracciones en su centro aumentaban cada vez más y más envolviéndose alrededor de Dimitri tan ardientemente que deseó llorar debido a lo hermoso que se sentía estar unida a él. Se sentía en casa. Finalmente se sentía en casa. No necesitaba nada más. No quería a nadie más. Solo a él.
-Dimitri, por favor…_gimió su suplica desesperada creyendo que no lo iba a soportar un segundo más.
Dimitri le volvió a besar y con las manos le atrajo aún más las caderas contra su cuerpo, embistiendo con fuerza, largas y duras estocadas, una y otra vez hasta que ambos alcanzaron un orgasmo violento y casi destructor.
Con sus cuerpos temblando pero satisfechos, ambos se sostuvieron descansando finalmente contra el otro. Solo el sonido de sus respiraciones acompañándoles. El latido de sus corazones yendo en perfecta sincronía.
Dimitri envolvía fuertemente a Skyler, con su cabeza apoyada contra su hombro mientras que Skyler apoyaba su cabeza en el hombro de él.
Él no podía creer la intensidad del amor que sentía por ella. Era casi abrumador. Quiso llorar de pronto por el simple hecho de tenerla. De que estuviera viva, de que respirara, de que su corazón latiera a un ritmo frenético.
-Te amo, Skyler. Te amo más de lo que puedo expresar_sus labios recorrieron su pecho bañado en sudor y siguió su camino hacia arriba para alcanzar su boca. Ella lo recibió dulcemente aún estando agotada sin ser capaz de negarle nada. Estaba tan feliz. Tan, tan feliz que no sabía si su felicidad tenía un límite.
-Dimitri…no puedo moverme_susurró contra su piel hablando en serio pero con cierta diversión en su voz.
El ojiazul rió contra su piel y a regañadientes abandonó su cuerpo y la sostuvo de pie contra su pecho, estrechándola y acunándola con amor unos instantes.
Skyler se separó de pronto y se alejó de él, avanzando hacia el sofá de cuero negro con toda la intención de sentarse para controlar el temblor en su cuerpo.
Antes de que ella pudiera colocarse sobre el sofá, Dimitri llegó por detrás, sosteniéndola de la cintura y dándole la vuelta para que el mirara.
-Te deseo de nuevo_ dijo sensualmente en su oído y de ahí no pudo decir más.
Su boca tomó posesión de la ella y luego la recostó en el sofá, tomándola nuevamente. Fue tierno y cariñoso esta vez. Prolongó el momento todo lo que fue capaz. Iba lento, disfrutando cada precioso segundo en que sus cuerpos danzaban juntos. Como el placer se extendía en su interior. El fuego lamiendo sus pieles sensibles. El amor envolviendo sus corazones. Todo en conjunto haciendo un acto hermoso, puro, correcto y perfecto.
Dimitri besó cada centímetro de la piel de ella, maravillado por su reacción como si nunca lo hubiera visto. Sus caderas moviéndose contra su cuerpo mientras ella llevaba el ritmo que él marcaba. Ambos rieron juntos de tanta felicidad. Se besaron y tocaron como si nunca lo hubieran hecho tomándose todo el tiempo del mundo. Y entonces todo terminó.
Skyler alzó un poco su rostro para rozar con sus labios la frente de Dimitri que se encontraba bañada en sudor, esperando que sus corazones volvieran a la normalidad.
Sus manos se deslizaron por sus fuertes brazos que temblaban ligeramente al intentar soportar todo el peso de Dimitri estando tan agotado.
-Recuéstate. Estas temblando _ susurró ella con la respiración entrecortada, pero abriéndole los brazos, dando a entender que hablaba en serio.
Dimitri se inclinó para besar su frente.
-Te aplastaría, amor. No soy precisamente la persona más ligera.
-No me importa. Siempre me apoyo en tu cuerpo y ahora quiero que tú te apoyes en el mío. Ven a mí. Pon tu cabeza sobre mi pecho y descansa.
Dimitri sonrió ligeramente, agradecido de la bondad de su pequeña compañera y acto seguido, colocó su cabeza contra el pecho de Skyler y dejó que su cuerpo, unido aún al de ella, se quedara sobre su delgada y hermosa figura. El alivio de su propio cuerpo ante el cansancio fue totalmente instantáneo.
Skyler rodeó los hombros de su compañero con los brazos, acariciando su cabello con sus delgados dedos, intentando controlar su agitada respiración para que volviera a la normalidad.
Su delgado cuerpo estaba temblando ligeramente de tanto éxtasis junto así que supuso que tardaría un rato en volver a recuperar el control de si misma. Sin embargo, deseó sentirse tan sensualmente magullada durante un par de horas más siendo que por primera vez se sentía más viva que nunca.
Había hecho lo que siempre había deseado desde que Dimitri la reclamó: Igualar la intensidad de su pasión y amor por ella en un acto lleno de vida.
-Sabía que llegaría el día en que acabarías aprovechándote de mí, pequeña _ dijo él de repente con un humor en la voz, sacándola de sus cavilaciones _ pero nunca creí que sería tan pronto.
Skyler lanzó una risita nerviosa.
-¿Te desagradó?
-Para nada. Desde que te vi por primera vez he estado deseando muchas cosas y una de ellas era que te aprovecharas de mí. Hiciste realidad una de mis muchas fantasías.
-¿Fue como esperabas?_preguntó ella incapaz de ocultar su curiosidad.
-No _ respondió él simplemente.
Skyler suspiró decepcionada. Creyó que lo había hecho excelente. Por primera vez había hecho lo que muchas veces se le había intentado obligar a hacer pero que nunca habían conseguido hacerlo: Darle placer a un hombre.
-Skyler_él susurró su nombre con la sensualidad devastadora habitual_Fué más de lo que esperaba.
Skyler bufó
-Lo dices solo para hacerme sentir mejor, Dimitri. Así que sé sincero.
-Estoy siendo sincero contigo, pequeña. Soy incapaz de mentirte y menos con algo así_su boca se movió a uno de los pechos de ella y atrapó el pezón en su húmeda cavidad, mordisqueándolo suavemente. Ella lanzó un jadeo _ Eso es para que aprendas a confiar en mí. De verdad nunca creí que serías capaz de tanto, aunque lo agradezco. La próxima vez me tocará a mí aprovecharme de ti.
Skyler rió y su mirada se dirigió a su derecha.
-Tú siempre te aprovechas de mi, Dimitri_dijo ella burlándose de él y le besó la frente, entonces lanzó un jadeo.
Dimitri frunció el ceño y se alzó un poco para poder observarla a la cara. Ella estaba mirando hacia el suelo a su derecha con los ojos abiertos y sorprendidos.
-¿Qué sucede?_preguntó él.
Ella suspiró
-Dimitri eres un salvaje_le reprochó ella y luego le apuntó hacia unos trozos de tela blancos en el suelo alfombrado del estudio_ Mira como dejaste mi vestido favorito. Lo destruiste.
Dimitri lanzó un jadeo y luego se puso a reír hasta que su cuerpo se estuvo sacudiendo de risa.
Skyler frunció el ceño.
-¿Qué es lo gracioso, animal?_exigió saber ella.
Dimitri trató de contener la risa para responderle.
-Es irónico esto, pequeña. Me dices a mí salvaje cuándo tu tampoco fuiste muy amable que digamos con mi ropa_entonces apuntó al rincón opuesto dónde trozos de tela negra se encontraban esparcidos por doquier_Ésa era mi camisa favorita y tu la hiciste pedazos con tus dedos, así que ahora estamos a mano_se inclinó para besarle en los labios_Al parecer estabas algo ansiosa, Skyler. Me gusta ésa parte desenfrenada tuya. Deberías sacarla más a menudo_le guiñó el ojo y se volvió a recostar en el pecho de ella.
Skyler se mordió ligeramente el labio y se ruborizó. A su mente llegó un vívido recuerdo del momento en que sus ropas quedaron reducidas a simples trozos de tela y se sorprendió de sí misma. Verdaderamente se había comportado como una salvaje desesperada por el cuerpo de un hombre. Eso no era normal en ella. Nunca había sido normal. Después de haber sido una prostituta una vida entera lo último que esperaba ver mientras viviera era el cuerpo de otro hombre, tendido sobre ella, respirando agitadamente contra su hombro. Pero aquí estaba, tendida contra un sofá con un hombre dominante, salvaje y guapo entre sus piernas y su cabeza apoyada en sus pechos. La vida si que podía ser muy rara.
Entonces se oyó el suave gruñido de Dimitri al captar el eco de sus pensamientos. Ella tragó saliva asustada y el ojiazúl la cogió en brazos, alzándola con él hasta que ambos quedaron sentados uno al lado del otro.
Dimitri le cogió el rostro entre sus grandes y cálidas manos, forzándola a mirarle.
-No quiero que jamás vuelvas a llamarte a ti misma como lo hiciste_le enseñó los colmillos para enfatizar que iba en serio. Solo sus ojos reflejaban el intenso amor que le profesaba_Tú nunca fuiste una prostituta, Skyler. Tú no elegiste vender tu cuerpo a ése grupo de miserables sino que era tu padrastro el que lo hacía. Lo he visto, pequeña. Sabes que yo fui testigo. Te defendías siempre que abusaban de ti aún sabiendo el resultado que ibas a obtener. Intentabas huir. Jamás te rendiste aún estando tan herida, sola y desesperada. Una prostituta no se comporta de ésa manera, amor_le besó en la frente y la estrechó entre sus brazos como si fuera a retenerla para toda la eternidad ahí_ Al único hombre a quién has entregado tú cuerpo con plena libertad y conciencia es a mí y a nadie más. Te amo más que a mi vida y sé que tú también me amas. Así que nunca quiero volver a escuchar que te llamas a ti misma una prostituta, ¿me has entendido?
Skyler asintió ligeramente incapaz de abrir la boca para decir algo. Él tenía razón. Ella nunca fue una prostituta. Solo fue la caja registradora de una pobre imitación de ser humano.
-Te amo tanto, Dimitri _ susurró contra los pesados músculos de su pecho para luego acercarse más contra él. Se alzó un poco y apoyó la cabeza contra su hombro permitiéndose a si misma relajarse mientras se hundía en su calor y su cariño. Y yo a ti, pequeña. Para siempre.
Las manos de él le acariciaban toda la plenitud de su espalda. Entonces ella cerró los ojos concentrándose en la caricia. Imaginándosela en su mente. Siguiendo su camino de abajo hacia arriba. Entonces su boca se abrió ligeramente y dejó escapar un sonido que sonó entre un suave gruñido y un ronroneo.
Dimitri se detuvo y al darse cuenta del sonido que había producido, Skyler gimió y se cubrió la boca con ambas manos sintiendo la sangre agolparse en sus mejillas.
-¿Y ése ronroneo?_preguntó Dimitri con una sonrisa en el rostro.
Skyler miró abajo abochornada y se dio la vuelta para que él no le mirara. Dios, no podía sentirse más avergonzada. En su interior su dragón estaba inquieto, pero no debido a un vampiro sino porque estaba endemoniadamente feliz de tanto ser mimada por Dimitri.
-Lyubofmaya. ¿Te ruborizas solo por un pequeño ronroneo después de todo lo que hemos compartido juntos?_le rodeó la cintura con los brazos y dejó pequeños besos en su cuello.
Compartió con ella las imágenes de todas las veces que ambos habían hecho el amor. Cada una más excitante que la anterior. Todo para darle un pequeño recordatorio que le ayudara a darse cuenta que él tenía razón.
Lamentablemente el efecto que quería provocar Dimitri en ella resultó ser el contrario a lo que esperaba. Skyler se ruborizó aún más, tanto que creyó que la sangre escaparía de su cuerpo.
-¡No me estás ayudando!_se volteó y le enfrentó. Se abanicó con la mano para bajarse a sí misma el súbito calor que se posesionaba de su cuerpo_Si lo que buscas es que vuelva a tener sexo contigo, déjame decirte que no lo conseguirás. Ya es suficiente por ahora.
-Jamás tendré suficiente de hacerte el amor, Skyler. Creí que sabías muy bien eso_se deslizó hacia atrás, recostándose perezosamente en el sofá con ambas manos tras la cabeza sin dejar de mirárla_Te deseo todo el tiempo. Y si de mí dependiera, créeme que tú y yo pasaríamos en una cama el resto de la eternidad_dijo sin inmutarse_Me agrada estar dentro de tú cuerpo y lo que siento cuándo lo hago.
Skyler le alzó una ceja.
-¿Hablas del placer?
Dimitri sonrió y estiró una mano para acariciarle la mejilla.
-El placer es el placer, pequeña. Es fantástico poderlo sentir luego de tantos siglos sin sentir nada. A todos nos gusta el placer, pero no hablo de eso precisamente.
Ella le observó extrañada.
-¿Entonces a que te refieres exactamente?_preguntó curiosa de saber.
Dimitri suspiró.
-Tú sabes que yo siempre he sido un solitario desde me infancia. Conoces muy bien las razones y sé que me entiendes muy bien. De hecho eres la única que puede hacerlo_su mirada descendió como si se hubiera deprimido de pronto y entonces volvió a alzarse. Su rostro era una máscara inexpresiva_Por muchos años vagué solo por éste mundo sin familia y sin nadie a mi lado luego de la muerte de mi madre. Estando sin emociones era más fácil resistir la soledad pero al fin y al cabo he llegado a la conclusión de que no me hizo ningún bien. Jamás me sentí en un hogar. Ni siquiera cuándo construir ésta casa y me instalé aquí en Rusia. Pero eso solo fue hasta que llegaste tú_volvió a alzarse para quedar sentado. Sus ojos azules brillaban de emoción_Cuándo estoy unido a tú cuerpo. Enterrado profundamente en ti. Más allá de la perfección de tú cuerpo, de nuestra unión. Más allá de todo el placer y todo el amor que siento por ti. Lo que más me quita el aliento es sentir que finalmente llegué a casa_se inclinó para besarle en los labios sin capaz de resistirse a la tentación de hacerlo. Estaba tan hermosa que le dejaba sin respiración_Tu cuerpo me acoge con ansias dándome la bienvenida. Me rodea de tu calidez y suavidad. Simplemente me siento en casa. En el hogar que siempre busqué.
Skyler sonrió con los ojos vidriosos. Ella se sentía igual cada vez que su cuerpo tan duro y ardiente estaba en su interior. Era el paraíso en la tierra. Su pequeño pedazo de cielo.
-Lamento el ronroneo. Es que…mi dragona se pone algo cariñosa cuándo la mimas demasiado.
Dimitri sonrió.
-No lo lamentes. Sabía que tenías una voz hecha para noches apasionadas en un dormitorio y ése ronroneo fue uno de los muchos sonidos sexys que oigo de ti _ estiró el brazo para coger de su escritorio el pendiente de su madre_Mimaré más seguido a tú dragona para volver a oír ése ronroneo. Y ni pienses que te escaparás de que lo consiga.
Skyler rió nerviosamente y bajó la mirada. Al momento en que Dimitri cogió el pendiente en su palma, gruñó en voz baja y lo dejó caer rápidamente. El pendiente cayó al suelo a un lado del sofá.
-¿Qué sucedió?_preguntó Skyler preocupada y se acercó para mirarle la mano.
Dimitri le mostró la mano. Una delgada y pequeña línea roja había aparecido en el centro de la palma.
-Tranquila, es solo una pequeña herida. Debí clavarme la punta del corazón cuándo lo cogi.
-Debes tener más cuidado.
Skyler inclinó la cabeza a su mano y le pasó la lengua suavemente por la pequeña herida cerrándosela con su saliva sanadora. Entonces alzó la cabeza para mirarle.
Entonces Dimitri le observó sorprendido. Frente a sus ojos la imagen de Skyler había sido reemplazada por la de una niña de no más de cinco años. Tenía un largo cabello ondulado con algunos rizos poco definidos que caían por sus hombros. Vestía un pequeño vestido celeste. Su piel era blanca como la nieve, sus pequeños labios rojos y hermosos. Pero lo más aterrador eran los enormes ojos azules con los cuales le miraba con cierta inocencia y calidez.
-¿Estás bien, Dimitri?_preguntó la niña.
Dimitri tragó saliva en total shock. La voz de la niña era dulce, pura, como el más fino soprano. Por alguna razón llegó a su mente una respuesta que no salió de sus labios y que no sabía porque lo decía.
Lo estoy ahora que estás aquí. Muchas gracias por curarme, Rosie.
Dimitri cerró los ojos y sacudió la cabeza sin saber que sucedía. Por alguna razón comenzó a dolerle la cabeza como si la estuvieran golpeando con un martillo.
Lentamente abrió los ojos y se encontró con la cara de Skyler quien le miraba fijamente con la preocupación marcada en el rostro.
-¿Qué sucede, Dimitri? De pronto te quedaste como una estatua con la expresión vacía_Ella se le acercó y le colocó las manos sobre los hombros.
Dimitri comenzó a respirar agitadamente. No sabía porque de pronto se sentía tan perturbado después de ver la imagen de ésa niña. Era extraño. Nunca había visto a ésa niña en su vida y aún así su mente le había traído una respuesta. Una respuesta salida de su propia voz. Rosie la había llamado.
Al volver a recordar ése nombre, Dimitri volvió a sentir el horrible dolor de cabeza de unos instantes pero ésta vez mucho más fuerte. Pronto, comenzó a escuchar débiles susurros en su mente que poco a poco comenzaron a aclararse ya convertirse en sonidos comprensibles.
-¡Dimitri mira que bonitas flores! ¿Podemos recoger algunas?_preguntó una voz dulce e infantil como la más fina melodía.
-Las que tú quieras, cstiri_respondió una voz masculina. Su voz.
La niña corrió hacia él y le cogió la mano entre sus pequeños dedos y tiró de ella.
-Vamos rápido. Quiero muchas para dárselas a mami.
-Tranquila, Rosie. Estás muy ansiosa y no quiero que te tropieces y te caigas.
-No me caeré_la niña le hizo un puchero_No soy tonta
-Claro que no lo eres. Nunca lo has sido.
El diálogo cambió a otro súbitamente.
-¿Dimitri?
-¿Qué sucede, cstiri?_preguntó él mirando a la pequeña que estaba con sus grandes ojos azules vidriosos.
-Tengo miedo, ¿puedo dormir contigo?_preguntó ella sollozando, con un oso de peluche entre sus brazos
Él se sintió a si mismo sonreír e inclinarse, cogiendo a la niña entre sus brazos antes de lanzarse a la tierra junto a ella. La recostó sobre él, apoyándola contra su pecho, estrechándola con sus brazos. Le dio un beso en la frente y acarició sus rizos.
-No tengas miedo, Rosie. Nadie va a hacerte daño nunca. No mientras yo esté aquí.
La niña le acarició el pecho con sus pequeñas manos.
-¿Nunca vas a dejarnos, Dimitri? ¿Siempre estarás para mí y para mami?
-Si, mi pequeña. Siempre. Ahora descansa. Duerme tranquila y en paz. Ten sueños hermosos. Te quiero, Rosie.
La niña cerró sus ojos y susurró antes de dormirse:
-Yo también te quiero….hermano
Bien quiero coments, mxos coments. Besos a todas las quiero emot024 emot024 emot024 emot024 emot024 emot024 emot024 emot024
