Regresé, me extrañaron. Aqui va el cap casi completo, falta un poco más emot024 emot024
Capítulo 23
Los siguientes cinco días fueron los más agotadores y extenuantes tanto para Skyler como para Dimitri. No había un solo instante en que no permanecieran con sus cuerpos unidos, pero valieron la pena ya que los resultados se lograron ver.
Gracias a la poderosa sangre cárpato de Dimitri incluyendo además las largas sesiones sexo a cada hora, lograron que Skyler fuera capaz de resistir los orgasmos sin desmayarse, pudiendo así acabar estando completamente consciente. El remedio de Francesca había dado resultado.
Pero nada evitó que acabados los cinco días se presentaran los conocidos dolores musculares producto del abuso descontrolado del sexo que los mantenía a ambos casi tan inmóviles como una estatua.
Skyler suspiró en la cocina, incapaz de creer que todavía siguiera con vida luego de tal “luna de miel”. Le dolía absolutamente todo su cuerpo, y para rematar las cosas, apenas si era capaz de mantenerse en pie por más de veinte minutos. Las únicas dos cosas que rescataba de su condición actual eran que: primero, su problema con los desmayos quedó en el pasado y segundo, Dimitri estaba sufriendo exactamente lo mismo que ella. Sin embargo, lo que más deseaba en este momento era no sentirse como si la hubiese arrollado un tren, sobretodo sabiendo que en solo unas cuántas horas más su familia se presentaría de visita y ella estaría obligada a disimular una expresión de simpatía que se vería poco creíble gracias a las punzadas que sentía por todo el cuerpo.
Solo rogaba que a Gabriel no se le pasara por la mente revisar sus recuerdos, en especial aquellos de los últimos cinco días.
Lentamente, rogando que su cuerpo le tuviera un poco de misericordia, Skyler se movió por el salón hasta lograr tomar asiento en el sofá junto a su compañero que parecía la viva imagen de la estatua de “el pensador” de Rodin. Llevaba un buen rato sin mover un solo músculo. Skyler pasó una mano frente a sus ojos y se sorprendió de que ni siquiera parpadeaba. Su mirada azulada permanecía fija en el fuego que crepitaba en la chimenea. Tanta quietud era sencillamente desesperante.
-Dimitri, ¿te importaría dejar de ignorarme?
El susodicho sonrió por lo bajo y giró su mirada hacia ella.
-No te estoy ignorando_aclaró_Aunque lamento si te di ésa impresión. Estaba pensando.
Ella negó con la cabeza al mismo tiempo que se daba cuenta de lo que acababa de hacer.
-No te preocupes, disculpa que te haya interrumpido, es solo que…estoy algo nerviosa y necesito algo de apoyo _ sonrió.
Él no tardó ni un segundo en moverse de dónde estaba, restando los pocos centímetros que los separaban para lograr envolverle con sus brazos. Estaba nerviosa porque sus padres vendrían a visitarle después de tanto tiempo sin verles y ella tendría que darles la noticia de que ambos serían muy pronto abuelos. Leyó la necesidad de tenerlo cerca en su mente sin importar lo mucho que le dolía el cuerpo. Aquello le enterneció como nada.
Trató de ser lo más delicado posible mientras la mantenía entre sus brazos para evitarle más dolor, aunque su ser chillaba por tenerla lo más estrechada posible contra él, transmitiéndole sin palabras que siempre la apoyaría y que no se preocupara por lo que sucedería.
Skyler se acurrucó contra él. Leyó en su mente la gran determinación que tenía de no hacerle daño y aquello causó que se ruborizara.
-¿Compartirás conmigo eso que pensabas?_preguntó inocentemente mientras le rodeaba el cuello con los brazos, y acercaba su rostro hacia el con toda la intención_Me lo dirás, ¿verdad?_preguntó al no haber repuesta por parte de él.
Dimitri sonrió. En los ojos de ésta pequeña criatura podía ver como intentaba seducirle para sacarle toda la información posible. Quería saber cada mínimo pensamiento formulado por su mente mientras estuvo meditando y estaba haciendo un excelente trabajo en su plan de conseguir lo que quería.
De algo si estaba completamente seguro ahora; esta mujer era la mismísima tentación en persona. Su fruto prohibido y en estos momentos se veía lista para darle una mordida….
Skyler abrió la boca y frunció el ceño.
-¡Dimitri!_le reprochó ella al leer sus pensamientos y luego le dio una palmada en el pecho.
Dimitri dejó escapar un gruñido cuándo el dolor se extendió por cada uno de los rincones que conformaban su gran constitución. ¿Por qué tuvo Skyler que elegir precisamente el lugar más delicado de su cuerpo para golpearle?
-¿Como puedes seguir pensando en sexo cuándo ya lo hicimos demasiadas veces?_hizo una pausa un tanto larga_Batimos el record. Perdí la cuenta luego de las primeras quince veces y por si no lo has notado, en cinco días tú casa se llenó de historia_dijo apuntando a su alrededor_ Lo hemos hecho en todos los lugares posibles excepto en el patio y que no se te vaya a ocurrir proponerlo ahora_le advirtió_ Además estoy preocupada por mi bebé.
-¿Porque?_preguntó él con los dientes apretados. El dolor aún persistía en su cuerpo y lo menos que quería era agravarlo más con movimientos bruscos innecesarios_Nuestro hijo está bien, Skyler. Caliente y a salvo en tu interior_le aseguró.
-Lo digo porque tú_dijo apuntándole de manera acusatoria _ haz estado entrando y saliendo por el camino del bebé sin el menor respeto. ¿Qué sucede si lo lastimamos?_sus manos se deslizaron por los anchos hombros de él hasta descansar sobre su propio vientre en dónde su hijo se hallaba resguardado. Acarició suavemente por encima de la tela de su ropa queriendo sentir alguna respuesta por parte de su pequeñito a sabiendas que eso aún no podría ser posible. Pero de algo si estaba segura y era que se moriría si algo le ocurría a su bebé.
Dimitri suspiró y se inclinó para besar el vientre de Skyler.
-Tranquila, pequeña. Nuestro hijo es fuerte y no lo lastimaremos por hacer el amor.
-Pero….
En ése instante, un coro de aullidos de lobo se elevó a la distancia, interrumpiendo la conversación.
Tanto Dimitri como Skyler cerraron los ojos para escuchar mejor el mensaje que sus amigos querían trasmitirles. Cuándo el sonido cesó, ambos dijeron al unísono:
-Han llegado.
-Ya era hora de poder saludarte cara a cara_dijo Julian ligeramente emocionado al saludar a Dimitri sujetando sus antebrazos al modo de los guerreros.
-Igualmente, mi amigo _ coincidió Dimitri.
Skyler permaneció muy cerca de su compañero mientras era saludada por toda la banda de los Trovadores Oscuros a medida que ingresaban al recinto. Su corazón latía desbocado de solo pensar que se encontraría con su familia luego de un tiempo tan largo.
Julian fue el primero en percatarse, al saludar a Skyler del gran cambio en ella. La última vez que la vio, Skyler parecía una jovencita muy retraída, tímida y con una mirada de angustia que era capaz de romperte el corazón, sin embargo, la mujer frente a sus ojos, porque ya no podía decir que era una jovencita, era todo lo opuesto a la que recordaba del año anterior. No solo se había vuelto físicamente más hermosa, sino también su rostro y su mirada irradiaban alegría, felicidad y encanto. Definitivamente Dimitri había hecho un buen trabajo con ella y viceversa, ahora Dimitri le parecía más abierto y feliz que antes lo cual le alegraba bastante. Su amigo de infancia y ahora amigo en la adultez se lo merecía. Bienvenido al club de los dominados, Dimitri. La membresía es gratuita.
Dimitri trató de parecer serio e ignorar el comentario de Julian aunque por dentro rugía de la risa.
Julian y Desari fueron los primeros en entrar, seguidos de cerca por Barack y Syndil, junto a Lucian y Jaxon.
Luego Dayan y Corinne, para a continuación dar paso a Gregori y Savannah quienes cargaban por separado a dos preciosas de niñas de no más de un año y medio.
Dimitri suspiró y dio un paso atrás en cuánto vio la figura de Francesca acercarse a pasos agigantados para estrechar a Skyler entre sus brazos.
Los ojos de Skyler se llenaron de lágrimas cuándo correspondió al abrazo de su querida madre sin importar la punzada de dolor que sintió en el cuerpo debido a la manera tan brusca en que la atrajo contra si. La había extrañado más de lo que podía expresar con simples palabras,
-Mamá, me alegra tanto que estés aquí _ murmuró ella contra su hombro forzando a sus lágrimas a quedarse al interior de sus ojos.
Francesca, en cambio, no fue capaz de reprimir su reacción al tener a su hija nuevamente junto a ella. Podía sentir la felicidad emanando por cada uno de los poros de su piel. Ya no había un solo rastro de tristeza en ella ni de desesperanza.
Dimitri tragó saliva y su expresión cambió súbitamente a una de sorpresa, cuándo Francesca le dirigió una clara mirada de agradecimiento. Podía ver la aceptación en sus ojos, su cariño hacia él por haber ayudado a Skyler a salir del profundo agujero negro en el que se encontraba. Su corazón no pudo evitar dar un vuelco ya que instantáneamente la imagen de su madre se le vino a la cabeza. Solo ella le había mirado de la manera que Francesca lo estaba haciendo ahora y aquello era más de lo que podía soportar.
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La mirada de Francesca sobre mí me estaba haciendo retroceder demasiado a la época en la que mi madre aún se encontraba con vida, a mi lado. Por un instante, me estremecí en el interior y no tuve más opción que desviar la mirada, aunque no quería hacerlo. No deseaba que Francesca lo considerara como una forma de evasión a su gesto de agradecimiento, que en verdad valoré.
Observé entonces al resto de los cárpatos y a sus parejas en el interior de mi hogar y no pude evitar sentirme raramente incómodo ante tanta compañía.
El tener a Skyler a mi lado me resultaba más que suficiente. No necesitaba más y no lo quería tampoco, dado que mi personalidad está marcada por eso. Siempre estuve solo. La soledad había sido la única forma de vida que conocí desde que mi madre hubo abandonado éste mundo y el tener de pronto a mi gente de pie en el salón de mi casa me parecía un cambio demasiado radical y no menos brusco.
Me mantuve inexpresivo como de costumbre para evitar que los demás se percataran de mi actual incomodidad, pero lamentablemente no me duró lo suficiente cuándo Gabriel ingresó a los dos segundos después que Francesca dejó de abrazar a Skyler, con la pequeña Tamara en sus brazos.
Un alivio momentáneo para mí, ya que podría apostar a que me habría atravesado ahí mismo de no ser porque tenía las manos ocupadas con algo mucho más importante. Aún podía sentir sus firmes dedos alrededor de mi garganta de solo recordar el fabuloso saludo de bienvenida a su familia que me había dado el año anterior cuándo me encontré con Skyler por primera vez.
Me crucé de brazos al mismo tiempo que él giró sus ojos negros hacia mí. Su mirada resultaba fría e intimidante, tanto que habría asustado a cualquiera que no estuviera acostumbrado a que lo mirasen de ésa manera tan hostil. Las palabras no eran necesarias porque sus ojos se estaban encargando de hacer el trabajo que sus cuerdas vocales habrían hecho. No había que ser el hombre más inteligente del mundo para percatarse que el cárpato frente a mis ojos, mi suegro, me detestaba más que cualquier cosa viviente en la faz de la tierra y que el verme muerto sería el mejor regalo que le podrían dar.
Entonces se me vino a la mente lo mucho que le temía cuándo era un niño. Los hermanos Daratrazanoff tenían una habilidad innata de infundirte pánico empleando solo su presencia, que conmigo resultó bastante efectiva la mayoría de las veces en que les vi. Me parecía extraño que ahora, luego de tantos años y aún manteniendo su misma esencia intimidadora, ya no me provocaba absolutamente nada más que una profunda antipatía. Solo a mí me tocaba la mala suerte de ser yerno de un Daratrazanoff.
Gabriel entonces desvió la mirada súbitamente de mí y se la dirigió Francesca que le miraba con el ceño ligeramente fruncido pero con ojos suplicantes al mismo tiempo.
Supuse que ella le había hablado mentalmente cuándo se dio cuenta de cómo me miraba para desviar su atención.
No te preocupes por Gabriel, Dimitri. De él me encargo yo.
No quise responder a Francesca porque sinceramente no estaba preocupado en lo absoluto. Esto para mi prácticamente se había convertido en una tradición.
Skyler observó a su padre y luego me observó a mí y luego a su padre nuevamente.
Dios, ¿no habrá un solo día en el que ustedes se lleven bien? Escuché en mi mente sus palabras y evité responder a su pregunta cuya respuesta era más que obvia. No, nunca nos llevaríamos bien y menos ahora cuándo se entere de que será abuelo.
Skyler suspiró resignada y entonces se acercó a abrazar a Tamara, cogiendola entre sus brazos mientras le decía lo mucho que la había extrañado. No pude evitar sonreír cuándo le contemplé, pero pronto me percaté del largo rato que llevábamos, tanto la familia de Skyler como yo a un lado de la puerta sin reunirnos con los demás que aguardaban en el salón.
Pequeña, lleva a tú familia con los otros. Me reuniré con ustedes pronto.
¿Que vas a hacer?
Esperaré a que llegue nuestro último invitado. Ve, tú y tus padres tienen mucho que contarse.
Escuché su suave risa en mi mente y aquello despertó mi cuerpo aún adolorido. Justo en estos momentos en los que necesitaba mantenerme lo más centrado posible ella se proponía tentarme. Seguí a Skyler con la mirada mientras guiaba a su familia hacia dónde se encontraban todos y entonces me propuse a buscar al último invitado para desviar mis pensamientos del rumbo poco ético y moral que estaban siguiendo.
¿Te reunirás con nosotros Tiberius?
Tiberius me respondió con un resoplido.
¿Ya arribó la tropa carpatiana?
No pude evitar sonreír ante su comentario. Aún estando al borde de la locura, aguardando por su compañera, Tiberius podía seguir haciendo ésos comentarios bromistas de siempre. En verdad que era increíble.
Así es. Y será mejor que vengas o me veré obligado a arrastrarte aquí personalmente.
Traté de que la desesperación no se me notara mucho cuándo le dije eso. La sola idea de tener que hacer de anfitrión para un grupo un tanto masivo era suficiente como para reducir la poca cortesía que me quedara en el cuerpo a polvo. Y sabía de antemano que Julian no me sería de mucha ayuda ésta vez por lo que necesitaba una distracción mayor en el que los demás posaran su atención, y Tiberius resultaba perfecto para eso.
¿Tengo otra opción?
No, no tienes.
Entonces, iré. Creo que a Gregori Daratrazanoff le encantará verme y a propósito, no tenía idea de que la palabra amistad implicará usar a tus amigos como medio para ciertos fines.
Entonces, Tiberius me cortó. Ignoré lo último y reprimí una carcajada de solo imaginarme teniendo a Tiberius y a Gregori en la misma habitación. Eso es, alegrémosle el día al oscuro trayendo a ex alumnos rebeldes del pasado para que recuerde sus buenos días como maestro. Como si ya no necesitara más de que preocuparse siendo padre de gemelas que en un futuro próximo serían reclamadas. Supuse que Tiberius estaría aquí en unos pocos minutos más dado que su localización actual no era muy lejana y no me equivoque.
Tiberius ingresó a través del umbral y cerró la puerta tras de sí. Le saludé como de costumbre al mismo tiempo que las últimas palabras que me dijo volvían a mi mente haciendo que me sintiera culpable. Tenía razón, lo estaba usando.
Él suspiró
-No pienses en eso. De todas maneras quería ver a mí gente. Ha pasado ya mucho tiempo _ aclaró con voz inexpresiva.
Yo sabía que mi amigo necesitaba una compañera pronto y no había otra cosa que yo deseara más que la encontrara. Haría lo que estuviera a mi alcance, mientras haya esperanza, para mantener a Tiberius lo más alejado posible de la oscuridad.
-¿Estás listo para una pequeña reunión de ex alumnos?
-Siempre lo estoy _ me respondió secamente
¡Dimitri ayúdame! ¡Mis padres, tía Jaxon y Julian no paran de hacerme preguntas! ¡Me están volviendo loca!
Los gritos de desesperación de Skyler me dejaron estático por unos instantes. Oh, genial, fantástico, como si ya no estuviera sintiéndome completamente incómodo. Que hermosa manera de empezar la velada.
Dimitri, trae tú humanidad completa al salón ¡ahora mismo!
Muy bien ya iban dos veces y no permitiría que ocurriera una tercera.
-Acompáñame Tiberius. Skyler ya está teniendo problemas en controlar a los invitados _ dije reprimiendo un suspiro al mismo tiempo que comenzábamos a movilizarnos por el vestíbulo hacia el salón. Ésta iba a ser sin duda alguna la noche más larga de toda mi vida.
El ruido de la conversación cesó y un silencio estremecedor se hizo cuándo Dimitri se presentó en el salón junto a Tiberius.
Skyler sonrió y se levantó del sofá en dónde mantenía la discusión con su familia para ir junto a su compañero que era dónde debía estar, agradecida de que hubiera respondido a su llamada, no muy amable por cierto, pero en verdad no sabía que hacer. El estar junto a tantas personas con su atención puesta sobre ella era algo abrumante y molesto que era incapaz de soportar.
Su mirada se dirigió entonces a Tiberius que se había quedado de pie a un lado de Dimitri observando a la multitud quienes le devolvían la mirada sorprendidos. Ahora era él quién estaba captando toda la atención.
¿Lo trajiste porque en verdad querías que los demás lo vieran o para que te ayudara a que la atención que te iban a dar la desviarán hacia él?
Dimitri frunció el ceño unos instantes, pero luego le dirigió una mirada de maligna diversión.
Un poco de ambos.
Skyler soltó una risita por lo bajo.
Pero que mentiroso me has salido.
-¿Cómo estás, Tiberius?_Skyler saludó a Tiberius con la finalidad de que Dimitri no se atreviera a reprocharle su último comentario_Días sin verte.
Creo que es un poco obvia la razón por la que no me han visto estos días. Mi conexión con Dimitri resulta tan fuerte que si permanezco demasiado cerca de él acabo escuchando todo lo que piensa y eso resulta a veces perjudicial para mi salud. Los últimos cinco días por ejemplo fueron una tortura.
Skyler soltó un jadeo que afortunadamente nadie logró percibir y desvió la mirada de él con las mejillas ruborizadas. Al parecer Dimitri había pasado por alto ésa conexión mientras saciaban sus instintos más bajos.
Julian fue el primero en cortar el silencio que envolvía el ambiente.
-¿Tiberius? Dios, no puedo creerlo _ dijo sin reprimir su emoción. Aunque le costó reconocerlo al principio por su apariencia, ésa mirada fría y burlona era única e irrepetible.
Julian se acercó a Tiberius y le dio un abrazo el cuál solo se da entre aquellos que han sido excelentes amigos.
Tiberius correspondió a su abrazo de manera mecánica y entrecerró los ojos, deseando poder sentir algo ahora que finalmente volvía a estar cerca de sus amigos de infancia, aunque fuera por unos instantes.
De pronto, el sonido entusiasta de un bebé llenó el ambiente que nuevamente se había vuelto silencioso.
-Parece que a mi sobrina algo le está alegrando _ opinó Lucian mientras dirigía una mirada llena de ternura hacia su derecha.
Tiberius abrió de golpe los ojos al sentir como el sonido inocente y dulce atravesaba sus oídos, viajando por cada terminación nerviosa de su cuerpo frío y sin vida, llenándolo momentáneamente con una ligera calidez que pronto se desvaneció.
Su corazón pareció dar un vuelco cuándo logró percibir en él cierto gramo de emoción cuándo Julian dejó de abrazarle.
-Tranquila, Ashley_dijo una voz de mujer. El sonido entusiasta del bebé volvió a oírse junto con el ruido de un sonajero_Te ves algo contenta, ¿quieres decirle a mamá que es lo que te emociona tanto?
Tiberius pronto se dio cuenta de que había comenzado a moverse, apartándose de Julian y Dimitri en dirección hacia la mujer que había oído. Pero su negra mirada no estaba puesta en ella sino en los bellos ojos plateados del bebé que cargaba en sus brazos la cual le miraba inocentemente.
Gregori frunció el ceño cuándo vio a Tiberius acercarse hacia Savannah, ignorando a todos los que se encontraban a su alrededor. Se levantó de dónde estaba con la pequeña Genevieve entre sus brazos, manteniéndose erguido en una postura claramente amenazante. Le entregó la niña a Jaxon antes de volverse hacia Tiberius. De su garganta salió un gruñido de advertencia que fue silenciado por la voz de Savannah en su mente. ¡Gregori basta!
Savannah suspiró ante la mirada asesina que él le lanzó y observó a Tiberius con curiosidad a través de sus largas pestañas cuándo él se arrodilló para quedar a la altura del bebé quién movía ahora su sonajero contenta hacia todos lados mientras le sonreía al hombre de los carpatos que tenía en frente.
En ése momento para Tiberius ya no hubo pasado, sino un presente y un futuro, que veía claramente en los ojos de la pequeña frente a él. Inhaló su delicioso aroma a bebé y se dejó embriagar por el, grabándolo en su memoria para siempre.
El mundo pareció desvanecerse a su alrededor, al igual que aquellos que se encontraban en su entorno, dejándolo solo con la pequeña frente a él.
A lo largo de su vida, Tiberius había visto muchos bebes, pero nunca uno le había parecido tan bello a sus ojos. Ella era, sencillamente…..lo más hermoso que había visto nunca.
Su corazón dio un segundo vuelco. La mano de él viajó instantáneamente hacia su pecho, dónde una calidez extraña recorrió sus venas y alcanzó su alma. No, no, eso no podía ser.
Respirando entrecortadamente, Tiberius se alzó en toda su estatura y se retiró del salón a grandes zancadas en dirección a la cocina. Sentía las miradas de todos a sus espaldas pero no le importó. Necesitaba estar solo.
Entonces un llanto de bebé le forzó a detenerse en seco justo frente a la gran ventana que daba al patio trasero.
-Ashley, cielo, ¿Qué tienes?_preguntó Savannah preocupada.
Tiberius tragó saliva y se giró en redondo rápidamente al sentir verdadera preocupación en su cuerpo, aunque no era del todo fuerte. Lo que captaron sus ojos lo dejó helado.
Ashley estiraba sus pequeños brazos en dirección hacia él mientras las lágrimas corrían por sus blancas mejillas. Su mirada era de una suplica verdadera, genuina, aún a su corta edad.
Dimitri dio un paso al frente junto a Skyler sin dejar de observar la escena con curiosidad al igual que todos los demás presentes mientras se preguntaba que demonios estaba pasando. Entró en la mente de Tiberius para ver que sucedía y se sorprendió al encontrar solo caos y confusión cuándo la mente de él siempre era ordenada y de un razonamiento impecable. Algo no andaba bien.
Savannah alzó la mirada hacia Tiberius quién aún se mantenía quieto, sin moverse un solo centímetro y luego la bajó hacia Ashley, su hija.
-Creo…..creo que le agradas Tiberius_concluyó Savannah con una sincera sonrisa en sus labios.
Gabriel se alzó entonces cuándo sintió de pronto una negra amenaza emanando de los poros de la piel de su hermano menor.
Gregori mantenía la mirada en Tiberius para luego bajarla hacia su pequeñita y luego hacia Tiberius nuevamente. Se concentró lo suficiente para lograr detectar que sucedía, pero la mente de su ex aprendiz era toda confusa y no era capaz de decir a ciencia cierta que pasaba.
Fue entonces cuándo se enfocó en su mirada. La manera en como él miraba a Ashley, era…..protectora y con una muy clara emoción junto con….un deseo poderoso de asegurar su felicidad sin importar lo que sucediera.
El brillo en sus ojos, era como el de un no creyente que acaba de presenciar el milagro más grande de toda su vida...
-¡No Gregori!_gritó Lucian cuándo vio a su hermano menor embestir contra Tiberius, saliendo ambos disparados por la ventana que había detrás de éste último haciéndola añicos.
Ashley comenzó a llorar con más fuerza al ver la escena lo cual sorprendió a Savannah. Ahora se daba cuenta de que su hija era muy perceptiva aún siendo un bebé y que al parecer era capaz de reconocer todo lo que estaba en su entorno.
Dimitri salió corriendo en dirección hacia la puerta que daba al patio trasero, seguido de cerca por Skyler, Julian, Desari, Lucian, Gabriel y Dayan.
Salieron hacia el exterior, pero todos se quedaron inmóviles al ver la escena.
Gregori mantenía sus dedos firmemente alrededor de la garganta de Tiberius a quién mantenía con la espalda pegada contra un árbol. Su mirada plateada era de una crueldad y hostilidad sin límites, mientras que la de Tiberius era serena. Él no hacía nada por evitar que Gregori dejara de ahorcarle, se mantenía inmóvil, sin mover un solo músculo, con los brazos a ambos lados de su cuerpo.
-¡¿Qué has hecho?!_bramó Gregori con los dientes apretados a causa de la rabia que sentía en estos instantes.
Tiberius hizo una mueca bajo sus dedos aplastantes y se encogió de hombros.
-Sabes…que no es cuestión de elección. Es…Involuntario _ las palabras salieron amortiguadas a causa de la presión que el oscuro ejercía sobre la garganta de él, pero salieron de todas formas.
-¡¿Cómo te atreviste a mirarla de ésa manera?!_gritó el oscuro al mismo tiempo que desnudaba los colmillos.
Tiberius frunció el ceño.
-Yo….no la miro….de la manera que tú crees. Es una bebé, por el amor de Dios.
-¡Ése es mi punto! ¡Ella es una bebé, mí bebé!_aumentó la presión que mantenía sobre la garganta de Tiberius.
-Ella….es….mi compañera.
Una vez que las palabras lograron salir de la garganta de Tiberius hubo un jadeo colectivo.
-No puedo creerlo _ dijo Julian al fin cuándo logró salir de su impresión. Conocer a tú compañera siendo ésta no más que un infante de poco más de un año. Esto quedaría gravado en la historia carpatiana como un hecho histórico. Y hablando de hechos históricos… le echó una mirada a Dimitri y Skyler que permanecían uno al lado del otro_ Y nosotros que pensábamos que su caso era especial _ dijo en dirección a ellos.
Tanto Dimitri como Skyler le devolvieron la mirada con el ceño fruncido. Dayan y Lucian que hasta el momento habían permanecido en silencio reprimieron unas carcajadas. Julian hablaba de su relación como si éste hubiese pasado a formar parte de las ocho maravillas del mundo en cuánto todos se enteraron.
-¿Y tú crees que voy a aceptarte en mi familia como mi yerno?_continuó Gregori ignorando al público que tenía a su alrededor_¡Eso jamás!
-Dios, es peor que Gabriel _ dijo Skyler en un susurro mientras observaba la escena, la cual se le hacía bastante conocida. Demasiado en realidad
Entonces, su mirada viajó directamente hacia su padre y su compañero. Por supuesto que la situación se le hacia conocida y ya podía recordar de dónde.
Hacia un año aproximadamente ésta misma situación se había dado con Gabriel y Dimitri que estuvieron a punto de matarse por su causa.
¿Pero qué le había dado a los Daratrazanoff de sujetar por el cuello a todos sus futuros yernos amenazando con romperles la garganta? Al parecer ésa era su manera poco ortodoxa de decirles “bienvenido a la familia”
-De ésta no te salvas _ advirtió Gregori con voz grave y ésa fue la gota que derramó el vaso.
-¡Dimitri, Gabriel! ¡Hagan algo! ¡Se van a matar!
Ante el grito desesperado de Skyler, tanto Dimitri como Gabriel tomaron cartas en el asunto. Rápidamente ambos se interpusieron entre ellos, separándolos y sujetándolos con firmeza por la espalda.
-¡Desari, canta!_le urgió Julian. Ésos dos estaban tan furiosos que podía sentir el poder que ostentaban en el ambiente cargándose de peligro y electricidad. Necesitaba que algo los tranquilizara.
Desari se aclaró la garganta y obedeciendo a la suplica de su compañero, comenzó a cantar. Las bellas notas musicales surgieron con gracia por su garganta hacia el aire nocturno que les rodeaba, envolviéndoles de pies a cabeza apaciguando la rabia, el miedo y la ira.
-Desari, deja de cantar_gruñó Gregori quién se mantenía quieto gracias al firme apretón de Gabriel a sus espaldas. Sentía que la voz de su hermana menor ya surtía efecto sobre su cuerpo. Relajando sus pesados músculos que se habían endurecido, preparado para un ataque_Deja que acabe con éste infeliz primero y después podrás cantar todo lo que quieras.
No le hagas caso, cara mía. Sigue cantando no te detengas.
Julian estaba bien consciente de que si su compañera dejaba de cantar por un solo instante, Gregori se abalanzaría sobre Tiberius para romperle la garganta, sin embargo, también tenía que considerar que Gabriel estaba sujetándole firmemente por la espalda y que por muy furioso que estuviese no sería capaz de hacer mucho, aunque era mejor no arriesgarse. Una de las cosas que había aprendido desde que era joven es que con el Oscuro no se debía jugar con asuntos de extrema gravedad como éste.
-Gabriel, suéltame, ¡ahora!_Gregori se trataba de safar de la firme presión que ejercía su hermano mayor en sus brazos. No recordaba la última vez que se había sentido tan furioso. Lo único que quería era acabar con Tiberius para que no se atreviera a colocarle un solo dedo sobre su niña. Ella era suya, no de él. Además no se la merecía ni nunca se la merecería tampoco.
-Olvídalo, Gregori y no te molestes en desgastar tus fuerzas intentando que te suelte porque no va a ocurrir _ dijo Gabriel de manera directa_Desari haz caso de lo que te dice Julian. No pares de cantar.
Dimitri, descuida puedes soltarme.
Dimitri parpadeó varias veces ante la voz grave de Tiberius en su mente. Él no hacía nada por intentar librase de su agarre, sino que se mantenía tranquilo sin oponer resistencia.
No intentarás nada, ¿verdad?
Claro que no. Gregori tiene motivos para estar furioso conmigo y no lo culpo. Él piensa que no merezco a su hija y tiene razón, no la merezco.
Dimitri suspiró sin poder creer que esto estuviera pasando. De todos los carpatianos presentes posiblemente el único que entendía lo que sentía Tiberius era él. Su caso y el suyo eran muy similares solo con la diferencia de que Skyler es una adolescente y Ashley es solo un bebé.
Gabriel pensaba lo mismo de mi, ¿sabes? Él también pensaba que yo no merecía a su hija y siempre he creído que tiene razón. De hecho es lo único en lo que concuerdo con él.
Y era cierto. Podía ser que él no había sido lo mejor que le había pasado a Skyler pero tampoco era lo peor.
Gabriel también amenazó con estrangularte, ¿verdad?
Dimitri sonrió ligeramente por lo bajo y luego deshizo el firme agarre que ejercía sobre Tiberius, poniéndolo en libertad.
Por supuesto que lo hizo.
Tiberius ondeó los hombros hacia atrás para soltar sus músculos y se llevó una mano a la garganta cuándo se giró hacia Dimitri.
-Creo que tú me entiendes _ dijo con una ligera sonrisa en los labios que pronto se desvaneció.
-¡Gregori Daratrazanoff ya es suficiente!_dijo de pronto una voz de mujer
Desari dejó de cantar de repente y todos los presentes giraron sus miradas en dirección hacia el marco de la puerta que daba al patio en dónde la figura de Savannah surgió cargando a su bebé en los brazos. Ésta no paraba de sollozar. Su mirada era sin duda de una profunda molestia.
Savannah se acercó a su compañero mientras miraba a Tiberius que seguía de pie junto a Dimitri cuya atención ahora estaba puesta en Ashley.
Esto va a ser sumamente interesante cuándo Ashley crezca. Opinó Lucian dirigiéndose a Dayan y Julian.
Creo que habrá problemas. Gregori no permitirá que Tiberius se aproxime a su hija jamás y menos cuándo sea una adulta. Comentó Dayan
¿Qué tanta diferencia tienen Gabriel y Gregori, Lucian? Porque Gabriel tuvo también sus problemas con Dimitri por la misma situación. Preguntó Julian.
Y todavía los tiene, Julian. El que lo haya asimilado no significa que lo acepte. Pero respondiendo a tu pregunta la diferencia entre ellos no es mucha. Pero personalmente creo que Gregori es menos tolerante que mi hermano gemelo.
¿Tu que opinas Dayan? Preguntó Julian
La verdad es que creo que ambos están casi al mismo nivel, solo piénselo. Tanto Gregori como Gabriel tienen dos hijas. Tiberius se llevará a Ashley algún día y Dimitri ya tomó a Skyler pero todavía quedan Genevieve y Tamara. Ambos reaccionaron de la misma manera cuándo los compañeros de sus hijas aparecieron, por lo que concluyo que el próximo cárpato que se aparezca a reclamar a Tamara o a Genevieve le espera un infierno en vida.
Pero hay que considerar también que a diferencia de Gabriel, Gregori pasó sus buenos dolores de cabeza con Tiberius. Él fue su alumno y se volvía loco siempre con él debido a que era escurridizo e iba en contra de las reglas. En ése entonces ya no se simpatizaban demasiado y ahora creo que se odian. Gabriel en cambio conocía a Dimitri solo por las pocas veces que lo vio conmigo en el pueblo pero nada más. Así que su odio hacia él es algo más…reciente. Dijo Julian
¿Entonces crees que Gregori será peor con Tiberius que Gabriel con Dimitri porque ya tenían sus problemas desde hace siglos? Preguntó Dayan
Así es. Afirmó el rubio hombre de los Cárpatos. Te apuesto cien dólares a que será así
Hecho. Respondió Dayan
Entonces los ojos de los tres se enfocaron en Savannah quién fulminaba a Gregori con la mirada.
-¡¿Cómo pudiste hacer una cosa así?!_le reprochó con voz firme y fuerte_Nuestra hija no ha parado de llorar desde que embestiste a Tiberius y destruiste por completo la ventana de la casa de Dimitri _ ella se giró en dirección al hombre de los cárpatos de los ojos azules ahora con una mirada más serena _ Lamento que Gregori haya destruido la ventana, Dimitri.
Dimitri le alzó una mano dándole a entender que no importaba. Sería fácil volver a reparar la ventana.
Gregori le alzó la barbilla de manera desafiante y frunció el ceño
-No te atrevas a reprocharme por lo que haga o no haga, Savannah. Lo único que lamento fue el incidente de la ventana pero no de lo que le hice a Tiberius_su mirada plateada atravesó al susodicho y éste se cruzó de brazos sin mostrar emoción en su rostro_No voy a permitir que una de mis hijas sea la compañera de alguien como él.
-¡Pues creo que debo recordarte que tu hiciste lo mismo conmigo!
-Pues eso fue diferente _ gruñó él con los dientes apretados.
-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué eras tú?! Gregori debes comprender que el mundo en el cuál vivimos ahora es muy distinto del que tu viviste hace años y que dentro de ésta realidad hay una ley que me tomaré la molestia de recordarte. Todo lo que tú hagas, ya sea bueno o malo algún día tendrás que pagarlo y lo que tú hiciste conmigo lo pagarás con nuestras hijas _ dijo sin inmutarse.
Savannah suspiró enojada decidida a ignorar cualquier reproche que Gregori le diera y se dirigió hacia Tiberius con la mirada algo más relajada. Su compañero merecía que le dieran una buena lección sobre la vida.
Tiberius tragó saliva y sus brazos cayeron a ambos costados de su cuerpo cuándo Savannah se detuvo a pocos centímetros de él.
-Tú eres el compañero de mi hija, Tiberius y sé que nunca podrías hacerle daño _ dijo con verdadera calidez en su voz y cariño. Entonces le tendió a Ashley_Ten, cárgala. Ella quiere estar contigo y creo que estará más tranquila en cuánto se encuentre en tus brazos.
No te atrevas a entregarle a nuestra hija, Savannah.
Savannah le ignoró mientras Tiberius cogía con delicadeza a la niña en sus brazos dejando que descansara sobre su pecho. Al instante, casi como por arte de magia los sollozos de ésta cesaron y se quedó profundamente dormida.
Gregori gruño por lo bajo y desnudó los dientes por segunda vez.
-Devuelve mi hija a su madre _ advirtió hacia Tiberius arrastrando las palabras deliberadamente a sabiendas que sería inútil.
Savannah refunfuñó y apretó los dientes por unos cuántos segundos para tranquilizarse.
-Ignórale, Tiberius. Yo siempre lo hago cuándo se coloca así _ sonrió y le dirigió una mirada a Gabriel_Porfavor Gabriel. Sé que es mucho pedir pero ni se te ocurra soltarlo.
-Será un placer _ respondió Gabriel con orgullo y hablaba en serio. Ahora finalmente podría echarle en cara a su hermano menor la importancia de que las compañeras debían ser reclamadas por los hombres de los cárpatos para asegurar la continuidad de su especie. La venganza era dulce.
Savannah inspiró profundamente y se dio vuelta a Tiberius nuevamente.
-Bienvenido a la familia, Tiberius. Sé que serás un excelente yerno.
Tiberius se inclinó ligeramente por la cintura en un gesto anticuado sin dejar que sus brazos estuvieran alrededor de Ashley.
-Es un honor _ dijo con sinceridad el cazador antes de regresar a su posición erguida.
Dimitri sonrió con ligereza. Todo esto era verdaderamente la copia exacta de su situación vivida con Gabriel el año anterior. Pobre Tiberius. Lo que le aguardaba.
Skyler dio paso hacia delante para estar junto a Dimitri pero un leve mareo le hizo detenerse. Su respiración se volvió más agitada a medida que transcurrían los segundos y gotas de sangre surgieron de la piel de su frente. El ambiente le estaba enfermando, la furia de Gregori era muy poderosa y Desari había dejado de cantar por lo que todo a su alrededor se sentía sombrío. No sabía porque estaba tan sensible. Dimitri…