FELIZ NAVIDAD CHICAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! emot024 emot024 emot024 emot024 SE HAN PORTADO BIEN????????????????? YO SE QUE SI. EN PRIMER LUGAR DEBO DECIRLES QUE LOGRE CUMPLIRLES, PERO A MEDIAS. SANTA DARKY CLAUS LES DEBE LA MITAD DEL CAP 21 DADO QUE MI HERMANA NO ME DEJO USAR EL PC ASI QUE SE LOS DEBO, ESPERO QUE ME LO PERDONEN, PERO AQUI LES VAN EL CAP 20 COMPLETO Y LA MITAD DEL 21. ESPERO QUE LES GUSTE, LAS QUIERO MXO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! emot024 emot024 emot024 emot024 emot024
Capítulo 20
Skyler se presionó una mano sobre el corazón inquieto. No paraba de latir con fuerza y poco a poco la preocupación comenzó a entrar en su cuerpo cual demonio queriendo poseerla. Presentía que algo no iba bien. Esa sensación de peligro persistía en su ser negándose a marchar.
Dimitri tenía que regresar pronto o sería capaz de cometer una locura.
Pequeña relájate. Todo está bien, Tiberius está conmigo, no tienes nada de que preocuparte.
Ojala pudiese ella hacer lo que Dimitri le decía. Ése sentimiento de peligro era mucho más fuerte que las palabras de aliento de su compañero.
Trató de calmarse, de pensar en otra cosa aparte de que los pechos le dolían demasiado, pero el dolor era muy distinto al de costumbre. Los sentía pesados, duros como una roca y el roce con la ropa solo le hacían más agudo el sufrimiento.
-Cálmate, Dimitri va a estar bien. No está solo. Tiberius le ayuda_se repitió varias veces a si misma estas palabras con tal de que no volvieran a escapar de su cabeza.
Abandonó el estudio tan rápido que ni siquiera ella se percató el momento en que se encontró de pie en el salón.
Francesca. Necesito hablar contigo.
Con ello lograría tranquilizarse. Teniendo una distracción. Además habían pasado muchos días desde la última vez que escuchó la voz de su madre y ya comenzaba a extrañarla. No solo a ella, sino también a Gabriel y a su pequeña hermana Tamara.
Skyler, cariño, aquí estoy, ¿me necesitas?
Skyler trató de respirar ahora con más calma y entonces sintió un pequeño mareo que la desequilibró unos instantes.
Madre, no sucede nada, es solo que necesitaba hablar contigo. Os extraño mucho a ti, a Tamy y a Gabriel.
Francesca suspiró un “Oh” en su mente. Skyler sintió la calidez de su madre hasta en la punta de los pies, su amor y consuelo. Francesca era increíble si podía lograr hacer eso a una distancia tan amplia estando en Francia.
No estoy tan lejos, cariño. Estamos todos en las montañas carpatianas, incluyendo a los Trovadores Oscuros y Gabriel y Savannah. Vamos camino a Rusia, llegaremos en cinco días más.
Skyler sonrió por lo bajo. Como deseaba ver a su familia una vez mas y ahora su deseo se cumpliría.
Yo y Dimitri los estaremos esperando. Sé que él estará emocionado de verlos, sobretodo a Gabriel.
A Dimitri se le atraganto la respiración de solo oír las palabras de su compañera aún estando rodeado de no-muertos junto a Tiberius.
Debes estar bromeando, preciosa. Al último cárpato que deseo ver mientras viva es a mi suegro.
Skyler estalló en carcajadas en medio del salón. Sabía que Dimitri le reprocharía por ello. A lo lejos se escuchó el débil ladrido de un lobo al interior de la casa. El cachorro que Dimitri le había dejado para que lo cuidara estaba llamándola. Demonios, hacía días que no se acercaba a el, que irresponsabilidad.
A Dimitri no le hace mucha gracia que Gabriel venga, mamá. Le debe temer a la conversación de hombre a hombre. Comentó ella mientras subía por las escaleras.
Francesca se rió suavemente y Skyler no pudo evitar ceder ante su sentido del humor.
La venganza de él no tardó mucho en aparecer. Skyler jadeó y se tuvo que sostener del pasamanos de la escalera al sentir como unas fantasmales manos le sujetaron los pechos de manera posesiva.
Cuando regrese a tú lado, verás lo que tengo preparado para ti, pequeña atrevida.
La adolescente tragó saliva. El cuerpo se le estremeció de pies a cabeza en cuanto escuchó la voz de él y en lo mas profundo de su ser, cada célula pareció cobrar vida, exigiéndole, a él, anhelándole en todos sus sentidos.
Estaré esperándote….
Dimitri se obligó a si mismo a concentrarse en la batalla que se estaba llevando acabo y no en volver a escuchar aquella inocente sensualidad en las palabras de su compañera en su mente ni en lo que su cuerpo le pedía hacerle a ella.
Dimitri y Tiberius estaban espalda con espalda, totalmente rodeados de un grupo de horribles vampiros recientemente convertidos.
La carne colgaba de manera grotesca de sus cuerpos deformes que parecían ser una mezcla entre animales y seres humanos. El olor a putrefacción y el peso de la maldad sobre el ambiente eran horriblemente sofocantes. Un humano nunca sería capaz de soportarlo.
Un humano no, Dimitri, pero un cárpato sí.
Dimitri no podía creerlo. Aún en la situación peligrosa en la que se encontraban Tiberius era capaz de guardar fácilmente el control. Parecía tan calmado que le sorprendía. Era exactamente como él se ponía cuándo no podía sentir nada.
Entonces la pena lo embargó, tristeza genuina por él, Tiberius, su gran amigo. Temía por su alma en estos precisos instantes siendo que él le ayudó a mantener la suya. Se prometió a si mismo que no abandonaría a Tiberius en esto y que mientras hubiera esperanza, le ayudaría a mantenerse cuerdo hasta que su compañera apareciera.
Agradezco la preocupación que me profesas, pero si te has olvidado yo no soy un principiante.
Los no-muertos dieron un paso más cerca de ellos, con las garras afiladas y miradas desafiantes. La nieve hizo un sonido cuándo la carne de los pies de ellos la tocaron, al igual que el ácido cuándo corroe un material. A un lado, Dimitri observó el cuerpo completamente mutilado de uno de sus lobos y la rabia, la sed de venganza y la furia crecieron en su interior, extendiéndose por su cuerpo con un reguero de pólvora.
Nuestro hermano será vengado amigo mío. Ya verás. Estos malditos no tienen oportunidad contra nosotros. Ya los conté. Son 10 en total Dimitri. 5 para cada uno.
Alto Tiberius, eso posiblemente te acabe y tú sabes muy bien de que estoy hablando.
Deja de preocuparte por mi alma de una buena vez. El día que te haga caso será cuándo un dragón me pase volando por la cabeza. Es hora de jugar.
-Muy bien_Tiberius ondeó los músculos de sus hombros hacia atrás y sostuvo con fuerza su espada. Una sonrisa despiadada se dejó entrever de sus labios_¿Quien quiere morir primero?
Los vampiros chillaron todos a coro de la manera mas espantosa que podía escucharse.
Tiberius desapareció del interior del círculo dejando a Dimitri solo mientras los no-muertos se acercaron aún más al ver que el cazador había quedado desprovisto de su compañero de batalla.
Dimitri simplemente observó a su alrededor esperando, con calma, de manera meticulosa. Se quedó quieto, casi inmóvil, concentrado a ver quién hacia el primer movimiento.
Personalmente le importaba bien poco quién movería la primera pieza del tablero porque al termino de la batalla, todos estarían muertos.
Tiberius reapareció detrás de uno de los vampiros justo frente a Dimitri. Su boca se acercó al oído del no-muerto, o al menos lo que parecía ser su oído.
-Bienvenido al infierno, maldito infeliz _ susurró con la más pura maldad y la hoja afilada le atravesó el pecho.
El vampiro chillo, se retorció bajó la espada que ahora sobresalía por su frente mientras intentaba safarse de ella. Los demás no-muertos se voltearon hacia el que acababa de ser atravesado ignorando ahora a Dimitri pero al mismo tiempo dando un paso atrás.
-Disculpa, ¿que fue lo que me dijiste?_preguntó Tiberius con crueldad al vampiro que no paraba de chillar y seguía retorciéndose bajo la afilada hoja plateada que sobresalía de su cuerpo_¿Quieres que esté más adentro? Será un placer.
Tiberius enterró aún más su espada en lo que quedaba del cuerpo del vampiro. Y pensar que él fue alguna vez un cárpato. Se prometió a sí mismo que jamás llegaría a caer tan bajo como éstos mal nacidos e inútiles bastardos. Si no encontraba a su compañera, bienvenido sea el amanecer.
El vampiro chilló con aún más fuerza que antes cuándo Tiberius comenzó a moverlo hacia todos lados con la espada metida en su cuerpo provocándole el más puro dolor que alguien podría sentir.
Entonces lo alzó con espada y todo y dejó que se deslizara por toda la plenitud de la hoja hasta la empuñadura para luego bajarlo.
-¿No te gustó? Solo estaba cumpliendo tus deseos_susurró el cazador al oído del que ahora era su victima.
Dimitri le alzó una ceja
Ya se me había olvidado lo despiadado que eras a la hora de cazar.
Tiberius dio el equivalente mental a un resoplido.
No has visto nada todavía.
Tiberius extrajo violentamente su espada del cuerpo deforme del vampiro. La sangre chorreó y saltó a presión justo frente a Dimitri.
Dimitri se desvaneció, esquivando el chorro de sangre el cual chocó contra el no-muerto que tenía justo detrás.
Buenos reflejos, amigo mío.
Tiberius dejó su espada a un lado y utilizando solo su brazo como arma, le atravesó el pecho al vampiro arrancándole el corazón justo al mismo tiempo en que los demás no-muertos se lanzaron en masa contra él.
Dimitri surgió a su lado, apartando a los vampiros convocando una ráfaga de viento que los alejó a todos.
-¡Acábalo!_logró gritarle antes de que se lanzara contra sus enemigos él solo.
Tiberius soltó el cuerpo del no-muerto con desprecio contra la nieve y a continuación convocó a un rayo para incinerar el podrido órgano en la palma de su mano reduciéndolo a simples cenizas. No iba a permitir que Dimitri luchara él solo contra todos, le debía mucho, le había salvado la vida y si él moría su compañera le seguiría.
Tiberius se unió junto a Dimitri mientras éste último trataba de quitarse a todos de encima. Se le colgaban del cuerpo, y la sangre ácida que cubría la carne suelta le estaba provocando laceraciones en la piel, al derretir la tela de su ropa.
Con su puño, logró atravesar el pecho a uno de los no-muertos arrojando el corazón lejos de su dueño.
-¡Destrúyelo Tiberius!
Tiberius no le hizo caso. Le importaba más él que incinerar el corazón. El cazador se deshizo de los vampiros que le estaban produciendo quemaduras a su amigo. Decapitó a dos con su espada y a los demás los alejó con una ráfaga de viento.
Cuándo se hubo librado del problema, Dimitri se esforzó por respirar. Se sentía ahogado como si le faltara oxígeno. Trató de controlarse, cerrar su mente para que su compañera no se diera cuenta de que había sido herido.
Dimitri se alzó nuevamente en toda su estatura una vez que se sintió mejor y convocó al rayo que cayó directo sobre el órgano justo cuándo su dueño lo iba a alcanzar. El corazón se hizo cenizas al igual que el vampiro en cuyo cuerpo se encontró.
Skyler cayó de rodillas en el suelo de su habitación. El pequeño cachorro de lobo le ladraba justo a su lado, sin embargo ella no parecía ser capaz de escucharlo.
Sentía como si su cuerpo estuviese siendo herido, quemado, como la vez en que la sangre del vampiro saltó a sus manos. Rompió a sudar, las gotas de sangre se deslizaron por su piel hasta llegar al alfombrado. Se le dificultó la respiración, sus pulmones le rogaban por aire fresco.
Con el cuerpo temblándole, la adolescente se arrastró hacia su ventana. Necesitaba salir al balcón, tomar aire, se sentía terrible, apenas cuerda y con un dolor agudo en su pequeño corazón.
Dio gracias al cielo cuándo finalmente logró abrir la ventana para a continuación salir al exterior. Apenas estuvo en el exterior, obligó a sus pulmones a llenarse con el delicioso y puro aire nocturno. Le dolía el pecho, le dolía incluso respirar.
Entonces sintió como si algo le hubiera atravesado el muslo derecho e inmediatamente lo supo.
-¡Dimitri!_las lágrimas cayeron por sus ojos, deslizándose por sus mejillas. ¡Dimitri, estás herido! ¡Lo siento en mí!
Dimitri no tardó mucho en presentarse. Le envió su amor, su consuelo. Sentía en él lo mal que su compañera estaba y eso le rompía por completo el corazón.
Tranquila. Por alguna razón oía su voz totalmente distante como si estuviera lejos, y peor, entrecortara, como si le costara hablar. Es solo un rasguño no es nada…grave
Necesitas ayuda, déjame que te ayude, ¡por favor! Quita las salvaguardas, déjame ir a tu lado.
No, no voy a arriesgarte. Quédate ahí.
Quita las salvaguardas Dimitri, ahora. Enfatizó una orden directa y fuerte por primera vez en toda su vida. Necesitaba estar a su lado, ayudarle, sentir que servía para algo, porque en estos instantes se sentía totalmente inútil.
No lo haré, ni aunque me ruegues.
Skyler sintió como si el pecho le estuviese apunto de explotar y la rabia mezclada con la más pura tristeza se levantaron desde lo más profundo de su ser bañando su corazón y su alma. Se levantó del suelo, sujetándose del barandal del balcón intentando ponerse de pie al mismo tiempo que a lo lejos se levantaba un melancólico coro de cánticos de lobos.
Deseó decirles que se callaran porque le ponían más nerviosa de lo que ya se encontraba. Dimitri no estaba muerto y no iba a morir tampoco. Ella nunca lo permitiría.
¡Déjame ayudarte Dimitri, te lo suplico!
Lo lamento pequeña, pero no puedo permitir que te acerques.
Insensato. Que no se daba cuenta de que si él moría ella le seguiría sin importar el resultado de la batalla. Ella no quería seguir viviendo sin él. No habría Skyler sin Dimitri. Nadie nunca la haría sentir amada, apreciada y sobretodo mujer como él lo hacía. Nadie sería capaz de entender su pasado y tener la paciencia suficiente como para darle su tiempo. Nadie le haría sentir el deseo, la pasión y la lujuria nuevamente. Nadie. Solo él. Su Dimitri. El cazador cárpato, protector de los lobos y sobretodo, el hombre de su vida, aquel que amaba hasta más allá de los límites y por un demonio, ella le iba a ayudar sin importar lo que él dijera. Ella no era débil. Era una Buscadora de Dragones. Una mujer con la sabiduría y el poder de una bestia magistral corriendo por sus venas. ¿Puede un lobo llegar a domar a un dragón? Jamás.
En ése momento, su cuerpo cayó sobre el suelo, la marca le ardió y escuchó al dragón rugir con fuerza, pero no del tatuaje sino de su propio cuerpo.
Skyler echó la cabeza hacia atrás mientras visualizaba al mítico animal en su mente a la perfección sin ayuda, como si lo estuviese viendo de frente con sus propios ojos. Sintió como los huesos del cuerpo se le expandían, queriendo abandonar su piel. Su espalda ondeó al mismo tiempo que surgieron poderosas garras de sus manos.
Ella apretó los dientes con fuerza impidiendo que toda voz saliera de su garganta. Cerró su mente impidiendo toda entrada, inclusive del más poderoso cárpato, una barrera poderosa e indestructible que nadie penetraría.
Su piel comenzó a llenarse de escamas de un brillante color grisáceo. Las escamas cubrieron sus brazos subiendo por los hombros y luego por toda la plenitud de su garganta hasta el rostro.
Entonces de su espalda se desplegaron dos majestuosas y enormes alas plateadas que hicieron pedazos la ventana tras ella. Los vidrios saltaron sobre su cuerpo sin producirle un solo rasguño. El pequeño lobo retrocedió, ocultándose asustado en un rincón de la habitación. Skyler se miró las garras que tenía ahora por manos para luego arañar con ellas la madera del balcón la cuál hizo añicos ante su fuerza.
La adolescente respiró con fuerza, dejando salir unos sonidos entre graves y agudos mientras se ponía de pie. Entonces echó nuevamente la cabeza hacia atrás y lanzó un fuerte rugido que remeció todo lo que había a su alrededor.
Tiberius levantó la mirada al oír el rugido, los vampiros habían dejado de atacarle y daban un paso atrás totalmente temerosos. Dimitri a un lado, con el muslo herido y con parte de su piel quemada, intentó ponerse de pie y miró hacia los cielos rogando que no fuera lo que pensaba.
Skyler se lanzó por el balcón en picada y su cuerpo cambió aumentando de tamaño, le salió la cola y finalmente tomó la forma de un enorme dragón gris.
El dragón comenzó a volar hacia lo alto con una velocidad increíble hasta que chocó con lo que parecía ser una barrera invisible.
Skyler, dentro de la forma del dragón, gruño por lo bajo. No le pediría nuevamente a Dimitri que intentara sacar la salvaguarda porque estaba segura que no lo haría. No le quedaba otra opción: Tendría que romperla.
El dragón descendió nuevamente hasta llegar a los suelos. Se encogió lo más que pudo. Trató de buscar el punto por el cual conseguiría la mayor fuerza y en el momento en que la encontró, se lanzó nuevamente al vuelo, sin desviarse del rumbo, en línea recta hasta que al llegar a la barrera, Skyler la atravesó haciendo que ésta se destruyera por completo.
Rastreó el lugar en dónde su compañero estaba y se dirigió con la misma velocidad con la que había roto la salvaguarda.
El viento alrededor de Tiberius y Dimitri comenzó a soplar cada vez más fuerte, convirtiéndose casi en una ventisca. Los árboles solo se sostenían gracias a sus raíces pero éstas intentaban con todas sus fuerzas sostenerles.
Solo quedaban cuatro vampiros aún en pie. Los demás habían sido matados por ambos cazadores. Tiberius se colocó en posición de batalla, esperando todo ataque que viniera de los no-muertos. Dimitri ya no podía ayudarle, estaba herido y todo por culpa suya.
Entonces su mirada se alzó y un enorme dragón pasó volando sobre su cabeza, aterrizando justo a un lado de él.
-Creo Dimitri que te haré caso después de todo _ murmuró Tiberius sin disimular su impresión por la bestia a su lado.
El dragón rugió con fuerza a los vampiros, el llamado de una muerte segura. Skyler cogió a uno de los no-muertos y lo descuartizó con sus garras.
El corazón marchito saltó lejos, cayendo justo al costado de Dimitri. Al cazador no le quedaban muchas fuerzas, pero hizo un último esfuerzo por convocar al rayo para incinerar el órgano.
Los otros dos no-muertos retrocedieron ante el amenazante animal, oportunidad que fue aprovechada por Tiberius quién decapitó a uno por la espalda y al mismo tiempo le atravesó el pecho para extraerle el corazón.
El dragón cogió al otro que quedaba y se echó a volar con el entre sus garras. Su sangre hacia que le ardiera la piel, pero no lo suficiente para quemarle gracias a las duras escamas que cubrían su cuerpo. El no-muerto intentaba arañar para safarse de su encierro, lo que no sabía era que Skyler pronto cumpliría su deseo.
Una vez alcanzada su máxima altura o al menos hasta la que la adolescente creyó más conveniente, El dragón dio una vuelta en el aire y arrojó al vampiro con fuerza quién cayó en picada y a gran velocidad en dirección hacia tierra firme.
El dragón le siguió de junto, volando más rápidamente para llegar antes que el. Una vez que el dragón tocó tierra rápidamente cubrió con su cuerpo a los cazadores abriendo sus alas como barrera justo cuándo el horripilante ser se estrelló fuertemente contra el duro suelo natural, quedando totalmente separado de todos sus miembros y de la carne colgante que saltó en todas direcciones chocando contra el cuerpo del animal.
Skyler se echó hacia atrás para darle paso a Tiberius quién acabó con el trabajo, sacándole el corazón del pecho para finalmente incinerarlo.
Solo cuándo todo hubo acabado, el ambiente volvió a ser el de antes, tranquilo y sin olor a maldad.
Tiberius se acercó rápidamente a Dimitri y le pasó un brazo alrededor de los hombros para ayudarle a levantarse.
-Hay que curarte ésas heridas, amigo mío _ dijo Tiberius_Debiste hacerme caso cuándo te dije que detuvieras el latir de tú corazón. Estás perdiendo mucha sangre.
-No importa. Estaré bien _ respondió Dimitri con calma sin dejar de mirar al dragón quién le devolvía la mirada totalmente preocupada. Sabía que era ella. Su Skyler. Sus ojos grises eran inconfundibles para él.
Skyler bajó la cabeza hacia ambos cazadores, pero enfocó su visión solo en su compañero y en sus daños. Vio el muslo sangrando y su pecho quemado, al igual que los brazos y hombros. Una lágrima se deslizó por una de las mejillas del animal.
Dimitri, por Dios, mírate como estás.
Dimitri suspiró y aún con lo mal que se sentía logró dedicarle una sonrisa.
Me desobedeciste, pequeña. Te dije que te quedaras en casa.
El dragón dejó escapar un resoplido de fastidio.
¿No me darás algún crédito por venir a salvarte?
Querrás decir ponerte en peligro
No estaba en peligro. Dentro de esta forma soy muy fuerte, aunque no quiero volver a ver ésas cosas en toda mi vida, son demasiado espantosas para mí.
Dimitri negó con la cabeza.
Para que veas que lo que hago no es precisamente un juego, Skyler. Agradezco que hayas venido, pero recibirás un castigo por desobedecer una orden y por ponerte en peligro también.
Skyler alzó su cabeza y miró hacia otro lado ignorándole por completo. Era un total malagradecido.
Con que éste es el famoso Tiberius Bercovitz ¿ah?
-Así es, Skyler_Dimitri se dirigió ahora a su amigo_Tiberius, te presentó a mi compañera, Skyler Rose Daratrazanoff_anunció apuntando a la dragona.
El dragón inclinó la cabeza hacia él.
Un gusto en conocerte, Tiberius. Gracias por ayudar a éste cabeza dura que tengo la suerte de tener como compañero.
Dimitri frunció el ceño. Estaba escuchando todo lo que ella decía porque estaba usando el método estándar de comunicación. No me gusto lo de cabeza dura pequeña insolente, pero si lo de que tengas la suerte de que yo sea tu compañero.
El dragón sonrió por lo bajo.
-Un gusto en conocerle también _ dijo Tiberius e hizo una reverencia ante la dragona _ vaya, nunca creí que…………bueno…………que tu serías……
¿Una Buscadora de Dragones? Inquirió la chica al interior del animal
Tiberius se encogió de hombros.
-Exacto, una buscadora de dragones. Dimitri creo que pasaste por alto darme ése detalle sobre tú compañera. Cuándo la traje aquí pudo haberse convertido en una dragona si se hubiera despertado y me habría aplastado.
Dimitri soltó una carcajada en su mente.
Lo dudo. Ella aún era humana cuándo la trajiste. Aunque me hubiera gustado ver que ella te hubiese complicado un poco las cosas.
Tiberius le gruñó por lo bajo.
Vaya, que suerte tengo de tenerte como amigo.
El dragón les tendió sus garras con las palmas hacia arriba.
Creo que ustedes dos necesitan transporte.
Dimitri le sonrió y aún herido, le envió como siempre su amor. Nunca se cansaría de ella. De las sorpresas que le había dado hasta el momento.
¿Estás enojado conmigo, Dimitri?
Él negó con la cabeza
Debería pero no, no lo estoy. Tú nos salvaste, a mí y a Tiberius. Tú y yo hablaremos en cuánto me recupere de esto, pequeña, lo prometo.
Tiberius, por favor cuida de Skyler mientras esté bajo tierra. Te lo encargo. Confío en ti.
Con un suspiro luego de dar sus indicaciones, Dimitri detuvo el latido de su corazón, dejando su cuerpo sin vida como un muerto y dejó que Tiberius lo cargara hacia las garras del dragón para luego subirse él también.
Skyler alzó el vuelo con ambos cazadores seguros entre sus manos y regresó ahora más tranquila de vuelta a su hogar, a dónde pertenecía.
Final de cap 20 emot024 emot024 emot024