Muy bien, aqui vengo yo después de un tiempo algo largo emot024 emot024 emot024 emot024 empece a escribir hace poco y para q sepan q su escritora no las ha abandonado les pondre lo q llevo del capitulo 15 q es, como prometi, desde el punto de vista de Skyler. Es poquito pero aqui escrito con mxo amor y cariño.
Besostes a todas!!!!!!!!!!!!! :emot008: :emot008: :emot008: :emot008: :emot008: :emot008:
Capitulo 15
Skyler Rose Daratrazanoff.
Oscuridad. Era lo único que lograba ver a mí alrededor. Me sentía sola, triste, aterrada, pero a la vez ansiosa. ¿Dónde estoy?, era la pregunta q me hacia constantemente, aunque pensándolo de otro modo cualquiera se la haría si estuviese en la misma situación que yo así que con eso logré tranquilizarme.
Mi cuerpo parecía una masa superflua, sin huesos como la seda o un velo, ligero, casi sin huesos ni carne q le cubriese.
No podía pensar, mi cerebro había dejado de funcionar de repente. Tampoco podía hablar. Mi voz trataba, al igual que un bebe que recién comienza a dar sus primeros pasos, salir de mi garganta y una vez que lo conseguían, las notas se apagaban entre esta lúgubre oscuridad en la que me encontraba suspendida.
La vida parecía habérseme escurrido de las manos. ¿Estaba muerta?. ¿Qué me había sucedido?. ¿Qué hacía yo aquí?. Y Dimitri. ¿Dónde estaba?. ¿Por qué no se encontraba junto a mí?. Me había dejado sola.
Quería llorar. Hechárme en el suelo si es que lo había y llorar amargamente durante horas.
Skyler, pequeñita, ¿por qué estás llorando?.
Esa voz. La había escuchado antes. Femenina, alegre, dulce. Como la de un ángel. En mi sueño.
Observe en todas las direcciones posibles, pero al contrario de aquella ocasión no las imágenes, solo escuchaba la voz.
De pronto el llanto de una niña de no más de cuatro años acabó con la propia tristeza que yo sentía en esos momentos desesperantes.
Me duele la mano, mami. Me duele mucho. ¿Mami?, ¿le había dicho mami?
No temas Skyler, todo va a estar bien. No llores más. Mami está aquí y no dejará que nada malo te pase. ¿Recuerdas la canción que te canto todos los días?
S-si.....mami.
Pues, cantémosla juntas y verás como el dolor desaparecerá.
La mujer comenzó a entonar una bella melodía que hablaba de la vida, de la hermosura del mundo y de todo lo que le rodeaba. El tono, no obstante, se oía melancólico y triste, pero no por eso dejaba de ser menos relajante y bello. La niña le siguió la canción en una perfecta sincronía aún sollozante.
Cerré los ojos y sin que me lo propusiera mis labios se abrieron dejando salir la letra de la canción. La conocía. Conocía la melodía y todo. Entonces caí en la cuenta de q.........esa mujer había pronunciado mi nombre, pero no fui yo quien respondió, sino aquella niña.
-¿Madre? _Musité en voz baja.
De pronto sentí un fuerte golpe en la cabeza y me sobresalté.
-¡No!_me alcé con fuerza y con la respiración agitada. El corazón me martilleaba en los oídos impidiéndome regresar a la realidad.
- Tranquila_murmuró otra voz masculina y suave a mi oido_Recuestate Skyler, aún no estás del todo bien.
Entonces, un fuerte brazo me rodeó los hombros y poco a poco mi cuerpo cedió ante la voluntad de él, recostándome nuevamente.
Miré hacia el lado y mis ojos grises chocaron con un par de otros ojos azules brillantes que ahora mantenían contacto en mi rostro.
- Dimitri_susurré con voz débil y temblorosa.
Dimitri sonrió de aquella manera tan arrebatadora que lograba fundirme el corazón. Nunca su rostro me había parecido más de bello que en éste momento. Se le veía relajado, como si recién hubiese despertado de un largo sueño, inclusive podía adivinar cierta felicidad en su expresión.
Sus dedos se acercaron a mí y fueron de una extrema ternura cuándo despejó parte de mi rostro de adolescente cubierto por unos cuántos mechones de cabello sueltos.
Su mano libre buscó la mía, entrelazándolas para luego llevársela a los labios. Dejó un beso en la piel del dorso y ése simple gesto fue suficiente para que la sangre se apañara en mis mejillas, provocando un calor intenso q se propago por todo mi cuerpo.
Dimitri entonces soltó mi mano.
- Relájate, pequeña_su brazo seguía alrededor de mis hombros aún estando recostada. Se inclinó hacia mí y con su otra mano me acarició la mejilla_Descansa, no voy a dejarte sola.
-¿Qué me sucedió? _Pregunté preocupada. Aún no era consiente de nada y tanto misterio lograba enloquecerme por completo.
Dimitri mantuvo el contacto visual conmigo, pero no dijo una sola palabra. Su silenció me inquietó. Por primera vez me pareció que no sabía que responderme ante mi pregunta meramente normal.
Intenté ingresar a su mente para averiguarlo, pero él me había cerrado el acceso, al igual que una puerta que está bajo siete candados, imposible de penetrar.
-¿Dimitri? _Susurré su nombre con suavidad y persuasión. Nunca lo había hecho y me sorprendió el descubrimiento de que el tono venía mezclado con un toque de seducción. Esto último me dejó helada. Yo no hablaba de ésa manera, mi voz parecía haber cambiado de tonalidad. Ahora si que estaba asustada, ¿qué demonios me había sucedido?
Intenté moverme y sentí una ligera pero notoria punzada en el lado izquierdo de mi cuerpo que me forzó a quedarme quieta otra vez.
Él pareció notar el pequeño gesto de dolor que hizo mi rostro y su expresión se volvió de angustia.
Algo andaba muy mal. Ahora si estaba segura. Dimitri no actuaba así, eran pocas las cosas que lograban angustiar a un hombre de los cárpatos como él y por alguna extraña razón juraría que el motivo no era otra sino yo.
-Dimitri, porfavor no te quedes callado y dime de una vez que sucede_inyecté toda la preocupación y tristeza en mi voz de la que fui capaz con tal de que él lo notara y me diera una explicación lo más pronto posible antes de que perdiera la cordura. Era un juego ruin y cobarde, pero la desesperación lleva a la mujer al límite.
Dimitri cerró los ojos y se inclinó hacia mi pecho en dónde dejó varios besos tan suaves como el roce de una pluma. Extrañamente sentí intensificada la sensación que me provocaba el toque de sus labios cálidos contra mi piel, como si todo mi cuerpo se hubiese sensibilizado de repente.
Dimitri se alzó, retiró su brazo de alrededor de mis hombros y se quedó recostado de costado, apoyándose en su brazo derecho con expresión neutra en su rostro, pero sus ojos delataban su inquietud.
-¿Qué recuerdas, pequeña? _Preguntó con persuación_Cualquier cosa, hasta lo que te parezca más insignificante, deseo que me lo digas.
¿Qué recordaba?. Aparte del golpe en la cabeza que sentí al despertarme, nada. Tenía que ir más atrás. A lo de antes. Mis recuerdos parecían algo borrosos, pero de todas formas hice el esfuerzo.
Muy bien eso por ahora. Besitos, se les quiere gratis :emot008: :emot008: :emot008: :emot008: