Pequeñas gotas de sudor salpicaban la frente de Airiana , y sus cabello delgado estaban húmedo también. Lissa miró a su hermana del corazón otra vez. Airiana era pequeña, con una figura esbelta y casi infantil. Todo acerca de ella era frágil. Un buen viento podría soplar su cuerpo. Sus ojos eran de color azul profundo, casi cobalto, con flecos y pestañas doradas, y su pelo húmedo por el momento, era de un verdadero rubio platino. Vetas naturales de plata y oro corrían a través de la gruesa mata de pelo platino, lo que, según Lissa, volvía a Airiana etérea, muy parecida a un hada. En este momento había círculos oscuros bajo los ojos y se veía más frágil que nunca.
Lissa asintió en respuesta a la pregunta de Airiana. ― "Haz gritado por dos noches seguidas. ¿Por qué tendrás estas pesadillas de nuevo? No las has tenido en un buen tiempo." ―De Lissa eran las cinco hectáreas que bordeaban la finca, Airiana estaba dentro de la gran superficie de la finca, por lo que no era como si sus casas estuvieran cerca, pero el viento había llevado los gritos de Airiana a ella.
Airiana miró hacia sus ventanas. Estaban abiertas como de costumbre. Nunca los cerraba, ni siquiera cuando llovía.
Lissa podría no ser un pariente de sangre, pero ella era de la familia de Airiana, una hermana, casi tan querido como una nacido de su madre.
―"No sé por qué las pesadillas se han vuelto tan fuertes", ― Airiana admitió, pero había una molesta sensación en el fondo de su mente, que le dijo que las pesadillas estaban anunciando un desastre.
Cada una de sus hermanas elegidas habían pasado por algo similar en su pasado – habían tenido a un ser querido asesinado y se sentían responsables - por lo que ella sabía que Lissa entendería exactamente cómo se sentía.
Airiana presionó la palma de la mano en la boca, una sensación de mareo. ―" Estoy empezando a ver patrones en todo, como si estuviera perdiendo el control otra vez." ―Eso la asustó. El pensamiento de que ella iría por el mismo camino de locura que su madre era aterrador.
―"Tal vez deberíamos llamar a Debra Jems. Yo podría ir con usted a Monterrey para una consulta," ― Lissa ofreció inmediatamente. ―"No hay nada terriblemente urgente que no pueda posponer en el trabajo."
Debra había sido una consejera increíble, quien había reunido seis mujeres juntas en una terapia de grupo. Cada una de ellas víctima de un pasado violento, y cada una creía que era responsable por el asesinato de un miembro de la familia que amaba. Todas habían estado al final de su capacidad para sobrevivir cuando habían ido, como último recurso, a Debra, con la esperanza de que podía ayudarles.
―"¿Te has preguntado alguna vez por qué o como fuimos cada una, atraída al grupo de Debra", ―preguntó Airiana. ―"Cada una de nosotras tiene un don, que esta unido a un elemento, y de alguna manera nos hemos encontrado las unas a las otras, justo cuando cada una quería renunciar".
Las seis mujeres habían formado un vínculo tan fuerte que habían decidido que estaban mejor juntos, y habían puesto su dinero en conjunto para comprar una granja grande. Con el tiempo fueron capaces de construir un hogar por separado para cada una de ellas. Aunque cada una tenía un espacio designado de cinco hectáreas, dirigían una granja comunal y donaban una parte de sus negocios obtenidos fuera de su profesión, al cuidado y la ampliación de la granja.
―"Esa es la parte que más me ha sorprendido," ― Lissa estaba de acuerdo. ―"Que todas tengamos regalos especiales y que ni siquiera nos diéramos cuenta. No es de extrañar que Sea Haven nos haya llamado a nosotros. Creo que hay magia en nuestro pequeño pueblo y que hemos respondido a ella".
―" ¿Sabes lo que es realmente malo?"― Airiana parpadeó las lágrimas en sus pestañas y envió a Lissa una pequeña mueca, deliberadamente cambiando el tema para darse un pequeño respiro. ― "Ilya Prakenskii se casó con Joley Drake y se establecieron aquí. Levi es realmente Lev Prakenskii. Eso significa que dos de los hermanos están aquí en aquí Sea Haven. Y entonces, ¿quién viene a casarse con nuestra Judith? Otra mandón Prakenskii - Stefan".
Lissa asintió. ―"Él puede llamarse Thomas Vincent, o de cualquier otra manera que quiera, pero es un Prakenskii todo el camino con su actitud dominante".
Airiana levantó tres dedos. ―"Y eso da tres de los siete hermanos Prakenskii aquí en Sea Haven. ¿Cuáles son las probabilidades? ¡Ya están aquí! y de alguna manera nuestras hermanas se sienten atraídas por ellos, como imanes, cuando ambas profesaban que nunca querían estar con un hombre. Y eso, mi hermana, es un muy aterrador hecho".
―"¿Qué estás diciendo?" ― Lissa le frunció el ceño. ― "Estas pensando que los demás hermanos se van a mostrar por aquí. Pensando que podría suceder si eso ocurriera".
Airiana asintió. ―"¿Cierto?"
La pesadilla se desvaneció un poco, lo suficiente para llegar al límite, ahora que estaban hablando de los Hermanos Prakenskii. Los siete hermanos eran rusos de nacimiento, tomados de sus padres y formados como agentes de su gobierno en un programa secreto. Estaba fascinada por su pasado porque se parecía al suyo, sin toda la brutalidad, hasta el asesinato de su madre; pero los hermanos habían visto a sus padres ser asesinados, y habían estado separados unos de otros.
―"Tienes que admitir que son condenadamente calientes", ―dijo Airiana. ―"Pero peligrosos como el infierno y simplemente mandones".
―"Estoy de acuerdo con ellos en el entrenamiento de defensa personal. Stefan y Lev saben mucho más que yo y son muy buenos maestros," ―Lissa admitió. ― "Estoy agradecida de que estemos todas aprendiendo. Lo intenté, pero era difícil sobretodo para ti."
Airiana mordió el clavo . ―"Lo has hecho muy bien, Lissa. ¿No estarás sólo un poquito preocupada de que los otros hermanos se muestren y de que de alguna manera vayamos a estar ..." ― Ella frunció el ceño, tratando de pensar en la palabra correcta.
―"¿Atrapadas? Ellos tienen sus propios dones, y parece que acaba de caer derecha bajo su hechizo. Judith dijo que nunca se iba a casar. ¿Y Rikki? ¿Quién hubiera pensado que iba a permitir que alguien entrara en su casa, y mucho menos en su barco? Eso es un milagro en sí mismo."
Lissa se deslizó fuera de la cama . ― "No lo digas. Algunas cosas que suceden en Sea Haven no se pueden explicar, pero yo no voy a atarme a nadie, y mucho menos uno de esos hermanos Prakenskii. ¿Puedes imaginar mi personalidad con un hombre así? Así de dominantes. Lo tiro a él por un precipicio. Simplemente no puedes poner algo así en el universo y esperar que no vuelva a morderte en el trasero".
―"Mi culo es bastante pequeño", ― Airiana señaló. Barriendo las dos manos por el pelo grueso, y respirando profundamente. Estaba empezando a sentirse normal otra vez, a pesar de que un residuo de la pesadilla se había alojado en la boca de su estómago, dejándola con una vaga inquietud.
―"Sí, lo es. Pero yo soy una especie de curvas. Lo que significa que mi trasero es lo suficientemente grande para que él, se ría en su cara mientras me muerde. Y yo no quiero correr riesgos".
Airiana se encontró riendo. Esa era la belleza de tener hermanas. Puede que no fuera su mayor preocupación, pero al menos estaba pensando en algo más que en presagios de peligro. Ella suspiró suavemente.
―"Gracias por venir. Lo siento si mis gritos te dieron miedo. Debí haber cerrado las ventanas".
Nunca dormía con las ventanas cerradas. Nunca. Necesitaba que el aire fresco tocara su cara, incluso cuando ella dormía. Especialmente cuando dormía, pero el viento había buscado ayuda para ella, llevando sus gritos a Lissa, y ella debería haberse dado cuenta de que siempre iba a pasar después de las primeras veces.
―"Yo no tuve miedo, Airiana, solo me preocupe por ti. Voy a hacer té. Se supone que debes ayudar a Lexi mañana en el invernadero, ¿no?" ― dijo Lissa, haciendo una pausa para mirar por encima del hombro a Airiana.
―"Me había olvidado que le prometí a Lex que yo trabajaría esta mañana. Joder, eso significa que dos mañanas seguidas llegaré tarde. No tengo tiempo para el té".
―"Todavía tienes tiempo. A Lexi no le importará. Toma una ducha y vístete. Voy a preparar el té mientras te espero. De hecho, voy a darle a Lex una llamada y ver si se unirá a nosotros. "¿Cuál era el código para decirle a Lexi todo acerca de tu pesadilla?".
Airiana suspiró. Cada hermana soltera sabría muy rápidamente que había estado teniendo pesadillas de nuevo, lo que era a la vez bueno y malo. No le gustaba tener que preocuparse de ellos, pero, por otro lado, quería el apoyo. Cuando las seis mujeres estaban juntas, la fuerza que tenían era espectacular. Airiana siempre revivía después de una reunión de la familia sintiéndose fuerte y vibrante. En este momento era un buen momento para conseguir un poco de impulso de la familia.
―"Tal vez podríamos tener una cena juntas," ―Airiana sugirió. Una sonrisa maliciosa lenta se apoderó de su cara. ―"Podríamos preguntarle a Levi que si puede cocinar para nosotras. Él es realmente bueno en eso".
―"Eres mala. Es un día de buceo. Rikki y Levi se dirigieron a cabo esta mañana temprano para ir al mar tras los erizo", ― le recordó a Lissa. ― "El mar está tranquilo hoy y ellos han estado esperando toda la semana por un día como hoy."
Airiana asintió. ― "¿Cómo pude olvidarlo?, Rikki estaba muy emocionada anoche. Ya sabes cómo le encanta estar en el océano".
―"O, más precisamente, en el mismo," ― Lissa corrigió.
Rikki era otra hermana, recién casada con Levi Hammond, o más bien Lev Prakenskii, aunque él nunca podría utilizar su nombre de pila y estar a salvo. Rikki era autista, y el mar le ayudaba a encontrar el equilibrio. Para Rikki, cualquier día para bucear en el océano era un buen día.
―"Me alegro de que ella sea tan feliz", ― dijo Airiana. ― "A pesar de que todavía no le permita a Levi capitanear el barco." ― Las dos se rieron. Rikki era ferozmente protectora sobre su barco y Levi se las había ingeniado para colarse a bordo. Las cinco hermanas del corazón de Rikki estaban muy agradecidas de que él la estuviera velando por ella cuando se lanzaba tras los erizos de mar. Siempre había sido una solitaria y salió al mar sola. A ninguna de ellas le gustaba, pero no habían sido capaz de detenerla hasta que Levi había aparecido.
―"Ve a tomar tu ducha" - Lissa hizo un movimiento espantando con la mano - " Voy a poner el té y llamare a Lexi. ― Ella estaba decidida a comenzar el invernadero hoy, pero ahora hacía mucho frío afuera. La niebla se había redoblado".
Airiana esperó hasta que Lissa salió de la habitación antes de que ella lentamente apartara las sábanas y se dirigiera con los pies descalzos hacia la ventana. La niebla había llegado densa, tan espesa que apenas podía ver los árboles en la distancia. Un poco de viento, llegando por el mar, la niebla arremolinándose en molinetes gigantes.
Ella se quedó muy quieta, mirando por el cristal, medio hipnotizada por la niebla girando. Había patrones que intentaban no ser notorios. Allí mismo, en la propia niebla. Tan claro como el día , y ella los había visto antes. Sabía que si llamaba a Lissa y se los señalaba, Lissa no sería capaz de verlos.
Ella lo intentaría, pero el viento arrebataría la secuencia y Lissa pensaría que Airiana realmente estaba perdiendo su mente. Apretó la frente contra el frío cristal. Su don era una bendición y una maldición. La sujeción al aire tenía sus ventajas, pero no cuando su mente era tan exigente. No quería pensar nunca sobre su infancia, del amor que ella tenía que aprender, de hacer, de la necesidad y del hambre que crecía cada día y llenaba su vida hasta que apenas había espacio para las relaciones. Hasta que apenas había espacio para su propia madre.
Se metió el puño en la boca para callar cuando quería llorar en voz alta y largamente como un niño egoísta, que no entendía que su madre la necesitaba tanto como ella necesitaba aquellos increíble patrones y todo ese conocimiento increíble que acababa de verter en su cerebro.
Los niños prodigios eran aclamados como algo único y maravilloso. En realidad, regalos tales como el suyo podían ser una maldición para todos a su alrededor. A veces , cuando estaba sola demasiado tiempo y no ocupada con el funcionamiento del día a día de la granja y los libros para cada una de las empresas, su mente empezaba a trabajar problemas matemáticos complejos allí mismo, en las paredes de su casa. Siempre la aterrorizaba. Ella en realidad había convertido su sótano en un laboratorio secreto, del que ella nunca le dijo a nadie.
¿Estaba loca? ¿Estaba su mente finalmente comiendo a través de su cordura y exigiendo más de lo que estaba dispuesta a dar ella? Su madre había sido mayor de lo que Airiana era ahora, cuando empezó recurrir a la bebida para calmar su mente brillante. Ella no quería terminar en un asilo, o peor, en un laboratorio del gobierno. Marina había intentado matar su brillantez; Airiana trataba de huir de ella.
Allí, en la niebla arremolinándose, Airiana podía ver los presagios del mal. ¿Cómo poder explicar eso a alguien? Peor aún, algo malo, sin duda le iba a pasar a alguien cercano a ella. Ella nunca le había dicho a una sola alma, ni siquiera a Debra Jems, su consejera, pero ella había visto los patrones de remolinos en las nubes encima de su casa antes de que ella hubiera entrado en su interior.
Apoyó la frente contra el cristal y lloró. Ella había tenido una oportunidad aquí, con estas maravillosas mujeres que la habían aceptado como una hermana, como familia, cuando ella no tenía ninguna. Ahora sólo quedaba la locura, y si ella estaba leyendo la niebla correctamente, algún horrible destino para uno o todos ellos.
―"¿Airiana?" ― La suave voz de Blythe trajo otro mar de lágrimas.