Aparece en Samurai game. Feehan está consiguiendo intrigarme con el librito. emot040
El mal impregnaba el suelo donde dormía. Cada bocanada de aire que inhalaba en sus pulmones traía el hedor de la maldad a lo profundo de su cuerpo. El hambre se arrastraba por su interior, arañando sus entrañas, golpeando con cada latido del corazón, cada pulso. Sus colmillos se negaban a retractarse. Se habían convertido en permanentes y con el borde de la lengua podía sentir el lento alargamiento de sus caninos. Afilados. Terribles. Un heraldo de la vil abominación repugnante a la que todos los machos cárpatos temían, avanzaba implacablemente por su cuerpo y mente sin importar con cuanta fuerza tratara de detenerlo. El mal tenía una forma insidiosa de reptar en el momento en que uno era más vulnerable.
Su mundo era uno de la más absoluta oscuridad, calor y una tremenda presión. Había estado enterrado vivo, atrapado en el volcán durante cientos de años. Fuera de su prisión, el mundo había cambiado y evolucionado, pero él había permanecido encarcelado en este estancamiento eterno, un mosquito atrapado en una prisión de ámbar, si era poético. Pero más bien era como un lecho de lava caliente de fuego, piedra e infierno puro.
Buscó en su mente para recordar su nombre, había habido tantos. Los nombres no significaban nada en su mundo, nunca lo habían hecho. Su especie era inmortal y se movían de siglo en siglo, perdiendo la identidad y adquiriendo nuevas, adoptando las costumbres, lenguas y nombres de las personas a su alrededor para mezclarse en cualquiera que fuera el mundo en el que vivían. Una vez, hace mucho tiempo, había tenido un nombre de nacimiento, el nombre que su familia le había dado, pero también lo tuvo la vil criatura a la que había perseguido a través de continentes.
De todos los nombres que él mismo se había llamado a través de los siglos, Dax era el único que quedaba de su antigua herencia, una pequeña parte del nombre original muy largo que le habían dado al nacer. Después de perseguir al vampiro a este continente, había tomado el nombre de un guerrero feroz del pueblo Chachapoya, y se había convertido en uno de ellos. Más tarde, cuando llegaron los Incas, invadiendo fácilmente a los Chachapoyas, cuyo número ya había sido diezmada por los vampiros, se deshizo de su identidad Chachapoya y asumió un personaje inca, aprendiendo su idioma y sus costumbres mediante la lectura de las mentes de las personas. Luego, como siempre, se había convertido en lo que debía para cazar a su presa.
Todas las líneas de sangre, salvo una, la de los Buscadores de Dragones, conocían el horror, la tragedia, de ver a miembros de la familia sucumbir a la maldición de su especie. Cuanto más poderoso fuera el linaje, más rápido, más profundo y de manera más potente se convertían una vez que un guerrero tomara la decisión de convertirse en vampiro Este vampiro, el que Dax había perseguido durante todos estos largos siglos, era la personificación del mal. Provenía de una muy poderosa línea, el segundo al mando del príncipe de los Cárpatos.
Dax había conocido al antiguo guerrero cárpato, de los Cárpatos, al igual que todos los guerreros de su comunidad. Y todos ellos supieron el momento en que Mitro Daratrazanoff tomó la decisión de convertirse en vampiro por completo. Toda su vida, Mitro había portado el poder como un manto de autoridad, pero su ego había sido herido sin remedio cuando el príncipe había pasado por encima de Mitro y elegido a uno de sus hermanos menores para servir como su segundo. El odio de Mitro creció, así como su vanidad, hasta que quiso que toda su familia y el príncipe murieran.
Enloquecido por su odio, rechazó a su compañera, Arabejila, una hermosa mujer cárpata con dones sorprendentes, y al hacerlo, rechazó la salvación que ella le podría haber dado. Eso por sí solo era un crimen sin precedentes en su mundo, pero Mitro agravó sus pecados al tratar de matarla, al drenar su sangre y su vida. Mitro tuvo la loca idea de que si asesinaba a su compañera mientras se transformaba, sería el más poderoso de todos los vampiros y podría destruir fácilmente a su famosa familia y a la del príncipe.
Pensando que podría traicionar y matar a Arabejila mientras todavía era cárpato se demostró imposible. Tomó su sangre, pero el vínculo de compañeros se negó a permitirle usar su otra mitad como su entrada para transformarse en pura maldad. Pero mató a la madre y al padre de Arabejila y a ella la dejó moribunda, sangrando en el suelo al lado de sus cuerpos muertos. Peor aún, su madre estaba embarazada de otra niña largamente codiciada. Arabejila se arrastró hacia su madre y le abrió el vientre para salvar al bebé nonato.
Dax había llegado para encontrar sangre y muerte por todas partes, su amigo más antiguo y toda la familia de su compañera salvajemente destruida por Mitro Daratrazanoff. Arabejila y su madre eran hijas de la tierra, su magia femenina era importante para todo el pueblo cárpato. La niña no nacido llevaba ese mismo don, aunque era varios siglos más joven que su única hermana. Nunca antes en la historia del mundo de los Cárpatos se había cometido un delito de esa magnitud. Uno cárpato había matado deliberadamente a dos mujeres e intentado matar a una tercera antes convertirse en vampiro. Había sido un asesinato puro y simple. Y una vez que la sed de sangre le dominó, Mitro continuó su matanza en todos los continentes.
El bebé era prematuro y Arabejila estaba casi muerta. Dax les dio su sangre para salvarlas, atándolas a él, algo que pocos guerreros habían hecho. La tierra había llegado a Arabejila, sanándola para que pudiera viajar con él rápidamente, su sangre llamaba a la de su compañero. Dejaron a su hermana sin nombre en las manos de otra pareja de cárpatos y salieron tras la pista de Mitro. Le rastrearon de un campo de muerte a otro. Siglo tras siglo, batallas terribles tuvieron lugar dónde cazador y cazado estuvieron a punto de morir una y otra vez. Mitro siempre lograba escapar hasta que por le atraparon aquí, en este volcán.
El plan había sido de Dax, pero fue Arabejila quien atrajo a Mitro a la montaña. Mitro no pudo resistirse a la llamada de su compañera, sin importar lo mucho que lo intentara. Una vez que estuvo dentro con Dax cazándole, Arabejila llamaría a la montaña para que la ayudara a contener al vampiro. No le gustaba el plan, porque significaba que Dax terminaría allí sus días, pero se obligó con la promesa de que, como sabía que no sería capaz de durar mucho tiempo separada de su compañero, encontraría a un buen hombre humano entre el resto de los Incas o Tahuantinsuyos y tendría un hijo para llevar a cabo su trabajo.
La agitación en sus tripas le dijo que el vampiro se estaba moviendo. La corteza había adelgazado, era demasiado delgada, y la presión en el interior del volcán era atroz. El triunfo del vampiro se podía sentir a través de la montaña. Durante los últimos siglos, después de que Arabejila se permitiera morir, cada ancestro había sido más humano que cárpato. Las mujeres habían llegado a la montaña y, como Arabejila había insistido, incluso habían dado a luz allí para asegurar su conexión con la tierra. La unión se había debilitado en los últimos años, no era tan duradera como debería.
Tres veces la mujer había llegado justo a tiempo... pero no esta vez. El regocijo malvado de Mitro llenaba el volcán, su voluntad presionaba continuamente la parte más delgada de la corteza. Enviaba su mal, retrasando el viaje de la mujer, buscando mentes más débiles para seducir con su oferta. La relación sanguínea de Arabejila estaba en peligro y no llegaría a la montaña a tiempo para impedir la fuga de Mitro.
Dax buscó al vampiro a lo largo de la vasta red de cámaras y cuevas. Toda la montaña apestaba al mal, ocultando el rastro de Mitro. A lo largo de los largos años, los dos habían hecho todo lo posible por matarse mutuamente, pero estaban igualados y sólo había sufrido heridas terribles, recuperándose en la tierra caliente una y otra vez, sólo para empezar otra vez.
Ahora Mitro estaba evitando todos los enfrentamientos, viendo su oportunidad de escapar. Mientras estaban encerrados en la remota montaña, el mundo había pasado de largo. Dax sólo podía esperar que los cazadores cárpatos se hubieran fortalecido y fueran mucho más hábiles que Mitro. Dax estaba muerto de hambre y necesitaría tiempo para recuperarse y reanudar la caza. Había mantenido sus músculos en forma y practicado sus habilidades de caza para mantenerse cuerdo, pero se temía que su mente fuera medio animal ahora y que el mal invasivo se le hubiera filtrado hasta los mismos huesos. Haría falta mucha disciplina, si encontraba sustento, para no drenar el donante.
Se preparó para lo inevitable, pero envió una oración a cualesquiera que fueran los dioses, a la madre tierra misma, para que la mujer llegara a tiempo.
