Mi hermana se caso este sabado. En este caso no se hizo discurso sino que preparo un video con fotos de ambos y una pista en un rap suave y su voz narrando un poco de los dos. A continuacion te pongo el texto por si te da una idea. Si tienes tiempo puedes buscar fotos de los novios y decirles que en vez de pararte a hacer un discurso en vivo se los quieres hacer grabado. Como no es mio, donde estan los nombres les pondre un asterisco. Ya me diras lo que te parece:
Hace tiempo supe que la música es la mayor de todas las artes, y al igual que en todas las artes, es necesario nacer con este talento. Para saber reír también se necesita talento. En mi caso no fui favorecida con el primero, con el segundo tampoco.
No obstante el Señor me ha favorecido otorgándole ambos a ***, ya que el primero lo inspira a regalarme serenatas con su guitarra, y el segundo lo alienta a reírse con los escritos de humor negro que le dedico, porque valora el fondo y no la forma de expresarle mi cariño.
Soy la séptima en la fila familiar, y creo que el gordo también. Tal sólo que yo tengo 8 hermanos y él tiene 25. Provengo de una generación cuyos descendientes se reconocen por su afectividad extrema, algo que ni por asomo llegó a mis genes. Nací un 28 de Enero en la hermosa región de San Juan de la Maguana, denominado Granero del Sur por su prolífera producción. Allí pasé mis momentos felices de infancia.
Mi madre tenía una filosofía de vida auténticamente bizarra y un ánimo inquebrantable, pero principalmente una extravagante adicción a las novelas que la llevó a forjar toda clase de recursos histriónicos para disciplinarnos. Aún no había completado mi primera década de vida cuando me dijo que el tiempo pasa, pesa, pisa y se posa. Sin embargo el tiempo ha pasado y, paradójicamente, cuan cerca están en mi memoria aquellos lejanos tiempos en los que sus ilusiones y esperanzas establecieron su domicilio en Santo Domingo.
Fue en esta ciudad donde *** nació, un 18 de abril de un año no muy distante, según afirma y le creo, porque su otra afirmación es que la juventud no la determinan los años. Adicional a esto no tiene talento para quitarse la edad, pues igual cuando sonríe refleja aquella alegría juvenil, como cuando disfrutaba andar en bicicleta soltándose del timón, o cuando bajaba el Mirador en patineta.
Lo que no fue en tu año no fue en tu daño, es otra de las tantas expresiones proverbiales de mi madre que siempre recuerdo, y aunque pareciera tener cierta obsesión con el tema, para ella lo realmente importante no eran los años de la vida, sino la vida de los años.
En cuanto a ***, la música, inspiradora de sus sueños juveniles, le motivó a formar una banda de rock, luego que Jason Newsted, bajista de Metallica, representara su mayor influencia para aprender a tocar este instrumento. Es posible que un día cualquiera de un año que no sabemos, los acordes de su guitarra me acompañaran en la distancia, aún sin conocernos, mientras que yo dedicaba parte de mi tiempo al servicio social por la clase más noble, que es la niñez desvalida.
En fin que, sin profundizar demasiado, esta es la historia de cómo nos conocimos en Navidad, invariablemente mi época favorita por la alegría que contagia a todos y conocernos sumó otro motivo a mi predilección. Fue la música el elemento ineludible que forjó nuestro amor cuando nos conocimos en un concierto de nuestro entrañable amigo Tony Almont.
Sucedió que abriéndome paso tropecé de mala manera con las costillas del gordo, y cuando quiso reclamarme le di un sermón, y él me dio su tarjeta, porque resulta que a veces la vida es así, y así como la vida misma ha sido nuestra historia, sin la última parte… nace, crece, se multiplica pero no muere.
Pero indudablemente es la música la mayor analogía para nuestra historia, como una melodía en Do menor, y nuestra amada Emma como sonidos bien combinados de una canción de amor, la luz que nos guió a los caminos del Señor, los cuales seguiremos andando pidiendo su bendición para nuestra unión.
Es un compromiso que aceptamos, aun cuando hemos de reconocer que pocas similitudes nos acercan.
Las diferencias nos recuerdan que somos humanos, tal vez más de la cuenta.
A él le gusta el metal. A mí el rock.
A él los análisis profundos, mientras que yo prefiero el silencio.
A él las películas de acción, y a mí las de investigación
Y pretende que sepa de tecnología, tanto como yo pretendo hacer de la moda el tema de moda.
Para colmo resultó ser aguilucho.
Sin embargo al mirarnos de frente nos damos cuenta que cada uno tiene cualidades que nos hacen apreciar el camino que vamos transitando y que al extender la mano hacen más grato el recorrido que hemos de compartir… Seríamos distintos si fuéramos iguales…
