Cada célula en el cuerpo de Mercy se puso en alerta máxima.
—¿Abuela? ¿Qué has hecho?
—No suenes tan preocupada, cariño. Sé que dijiste que no podías abandonar a tu clan para venir a ver si uno de mis centinelas puede ser tu compañero, pero estamos bastante tranquilos por aquí, así que voy a enviar a Eduardo y Joaquín hacia ti.
Oh. Querido. Dios.
—Abuela, no necesitas hacer de casamentera. Ya he encontrado a alguien.
Para tener sexo salvaje, pero no creía que su abuela necesitara oír esa parte.
emot036 emot036 emot036 emot036 emot036 emot036 emot036 emot036
ya sabéis de quien ... ¿no?