Autor Tema: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1  (Leído 1510 veces)

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JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« on: Noviembre 09, 2010, 01:07:02 pm »
El solitario coyote trotó a través del desierto en las afueras de la ciudad. Audaz, olisqueó de cerca la basura esparcida en los límites de la arena. El aire nocturno era fresco, pero la arena aún estaba caliente por el caliente sol diurno. Caminó a lo largo, oliendo el suelo, husmeando alrededor de la parte trasera de una larga estructura hasta que llegó a un callejón. Alguien tosió y una botella se hizo pedazos contra la pared del edificio. El coyote giró y huyó. Le habían disparado bastantes veces al acercarse a aquellos edificios en concreto, pero la comida era inusualmente abundante. Aún así, no quería jugársela, no cuando había tantos hombres caminando alrededor tan tarde en la noche.
Reluctante, el coyote se alejó del banquete, bordeando un montón de rocas y encorvándose debajo, esperando que las cosas se asentaran un poco más antes de hacer otro intento. En el lejano desierto, escuchó un ruido apagado, como el batir de grandes alas y volvió la cabeza hacia el cielo, encogiéndose asustado más cerca de la roca.
El helicóptero llegó rápido y bajo, volando sin luces, y en un silencio sobrecogedor. Soltaron cuerdas desde las puertas abiertas y cinco hombres descendieron rápidamente y en un suave y coordinado movimiento, empezaron a acelerar a través del desierto con una velocidad inaudita. Segundos más tarde el helicóptero se fue y el coyote se levanto sobre sus patas, listo para correr mientras los hombres, poco más que sombras, aceleraron hacia él. No hubo ruidos, ni siquiera el ruido sordo de las botas sobre la arena. El viento llevaba sus olores, y cuando se aproximaron, sus cuerpos fueron más definidos, apareciendo como una única entidad oscura con diez ojos brillantes.
El coyote dio unos pocos pasos en una dirección y luego, cuando los hombres se separaron, corriendo a no más de medio metro uno de otro en perfecta armonía, dio un paso en la otra dirección, se giró, con la cola baja y se paró, confuso. Los hombres corrían como el viento, sin apenas vacilar, sin embargo aquellos extraños ojos brillaron sobre el animal mientras él se acurrucaba, obviamente viéndolo, aunque estaba en la más oscura sombra de las rocas.
     Javier, en cabeza. Solo un vistazo. ¿Escuchas lo que estoy diciendo? Un vistazo. Nadie muere aún.
Mack McKenzie, líder del Equipo Tres de los Caminantes Fantasma envió a su primer hombre al interior de la zona caliente. La unidad especial de Caminantes Fantasma que él lideraba no necesitaba radios. Todos ellos eran telépatas.
Me has ofendido, boss. La risa se volcó en la mente de Mack. ¿Por que pensarías siquiera que alguien podría morir?
Mack le envió a Javier una severa mirada de advertencia. Javier podía ver fácilmente en la oscuridad, incluso cuando elegía no hacerlo. Parecía un muchacho con sus ojos oscuros y una cara inocente y aniñada, una de sus mayores ventajas. Siempre lo subestimaba todo el mundo, si es que lo llegaban a ver alguna vez de verdad.
La guerra urbana era un arte excepcional. Cada ciudadano en una zona “caliente” podía ser potencialmente inocente... o un enemigo.Se requerian hombres y mujeres especiales con nervios de acero para ser capaces de funcionar en tales situaciones de alto estrés. Su unidad de Caminantes Fantasma estaba compuesta de tales individuos, todos altamente entrenados y con muy especiales y únicos dones físicos. Mack y los otros se tumbaron sobre sus vientres, desapareciendo en la arena sólo a centímetros del primer edificio al borde de la ciudad. Javier Enderman avanzó con absoluta confianza directo a la estructura y dentro del callejón. Cuando estuvo más cerca de los edificios, su forma sólida simplemente desapareció, mezclándose con lo que le rodeaba.
Creo que nuestro informante estaba sobre algo. Tenemos una fuerza importante aquí, Mack, informó Javier. Tiradores en el techo, las escaleras y metidos en el callejón. Veo varios en las ventanas y edificios al otro lado de la calle. Una gran operación aquí.
¿Puedes encontrar una manera de fusionarte sin tener que matar a nadie?  No se supone que estemos aquí. Entramos, salimos con el paquete y nadie se da cuenta.
Javier suspiró con fuerza.
Sabes, boss, estás difamando mi carácter. Claro que puedo encontrar una forma de mimetizarme. Qué poca fe.
Las tripas de Mack se tensaron. Javier era un asesino consumado a pesar de su inocente apariencia juvenil. Estaba altamente cualificado en explosivos y un maníaco cuando se trataba de ordenadores. Altamente inteligente... seguía a una persona y esta era Mack. Normalmente Javier podía encontrar un grupo de adolescentes y simplemente unirse a ellos, pero los chicos en esta parte de la ciudad era más probable que cobraran por avisar de los extraños. Se abstuvo de decirle a Javier que fuera cuidadoso, sabiendo que el hombre no apreciaria su cautela, pero habían crecido juntos en las calles. Javier era más que un compañero de equipo... era su familia, y Mack cuidaba de la familia.
Estos hombres lo habían seguido al infierno, y Mack se sentía responsable de ellos. Todos habían pensado que el realce físico era un programa excitante, uno que les daría las mejores habilidades para salvar vidas y servir a su país... y quizás habría sido, si no hubiera sido conducido por un loco que no solo realzó sus habilidades físicas, sino que cambió sus ADNs, añadiendo los realces animales que él pensaba los convertiría a todos en super-soldados.
Estaba Gideon Carpenter, un hombre que sería su salvador en cualquier crisis. Tenía los ojos de un halcón, podía disparar a las alas de una mosca con manos tan firmes como una roca. Los protegería desde grandes distancias y hasta ahora, Mack nunca había sabido que él fallara. Antes de que esto pudiera estar en posición, ellos necesitaban tener la información y la azotea de su elección despejada.
Ethan Myers yacía sobre su vientre, los ojos fijos en las estructuras de delante, el cuerpo realzado para la escalada. Podía trepar por un edificio como una araña, despejar la azotea y estar fuera antes de que nadie supiera que había estado allí. Esperaba, preparado para reaccionar, tan firme como los demás estaban.
Le echó un vistazo al hombre a su derecha. Kane Cannon, era el quinto hombre que formaba su equipo de rescatadores. Kane siempre había estado con él, desde las calles de Chicago, la universidad, cada clase de entrenamiento en Fuerzas Especiales disponible para ellos así como los experimentos de los Caminantes Fantasma y los entrenamientos de campo adicionales. Kane siempre le había guardado las espaldas y sabía exactamente que estaba pensando Mack. Cambió su peso súbitamente, diciéndole a Mack que estaba listo. Era inestimable, un hombre que literalmente podía ver a través de las paredes el interior de los edificios. Podía trazar la posición del enemigo en segundos.
Nuestra informante debería estar en el tercer apartamento, planta de abajo, edificio de la esquina envió Mack telepáticamente al equipo. Adelante Kane... Asegúrate de que esté sola. El sargento mayor está seguro de que la información no puede haber sido obtenida por nadie que no sea otra cosa que un Caminante Fantasma. Esto es una incógnita y podría ser una trampa
Kane se elevó con las manos y pies deslizándose suavemente bajo él, en un movimiento practicado. Corría pegado a la tierra, los músculos calientes y fluidos, enviándolo a través de la distancia del desierto abierto hasta la entrada del callejón que Javier había atravesado. Los olores lo bombardearon, orina y alcohol mezclado con fiambres. Se deslizó en la oscura sombra del callejón e inmediatamente pasó a ser parte de él. Se movió, manteniéndose en silencio y cuchillo en mano, mientras se aproximaba a la calle.
El olor de la muerte era fuerte. Una tenue luz se vertía desde la calle en el callejón. Se agazapó más bajo y cuidadosamente buscó en las sombras más oscuras. Un cuerpo yacía desplomado contra la base del edificio, en la parte más oscura. Kane se agazapó a su lado. Un arma automática estaba todavía en su mano y el cuerpo estaba caliente. Tenía el cuello roto. Javier había encontrado un enemigo y dispuesto de él silenciosamente. No había dispositivos de comunicación lo que quería decir que no era parte de un destacamento e guardia, o Javier se había llevado el dispositivo.
Suspirando, Kane se levantó y camino hasta el mismo borde del callejón donde pudo escudriñar los edificios al otro lado de la calle. Mirar a través de un edificio siempre implicaba un precio. Javier tenía que estar en posición para cubrirle. Esperó, contando los segundos.
Parecía haber hombres con pistolas en cada portal, patrullaban las azoteas y a lo largo de la balconada de la segunda planta. Había un enorme despliegue, y pocas personas se atrevían a salir a las calles. Observó a varios adolescentes en el extremo de la calle más próximo al desierto llevando cuchillos y tratando de parecer duros. Javier era inconfundible. Se pavoneaba con su fría confianza, mostrándoles como se hacía y dando consejos. Parecía imposible que pudiera introducirse en un grupo atento a los extraños, pero Javier siempre se las apañaba… y en campo abierto.
Vía libre, hermano, indicó la tranquila voz de Javier.
Kane no vaciló. Había aprendido a depender de los miembros de su equipo en cualquier situación peligrosa. Permitió que su mirada barriera a través de los edificios, buscando su paquete así como el apartamento de su informante. La visión de rayos X era en realidad sonido. Ondas de radio ultra amplias atravesaban las paredes para captar imágenes que permitían a Kane “ver” detrás de las paredes de un edificio. Kane podía generar aquellas ondas, pero requería energía... montones de energía y enfoque.
Reconoció dos potenciales rehenes, ambos femeninos en el apartamento de la segunda planta directamente frente a él. Parecían estar atadas a sillas, tres metros dentro de la habitación, espalda contra espalda.
El paquete está en el segundo piso, tercer apartamento de la izquierda. Dos mujeres exactamente como dijo nuestra informante. Una está caída sobre la silla, posiblemente inconsciente. La más pequeña está alerta.
Un guarda sentado frente al televisor justo a su izquierda y más allá de la puerta, y fuera en el vestíbulo, un segundo sentado jugando con una consola portátil.
Pasó la información a todos los miembros del equipo, dibujando para ellos un mapa preciso en su cabeza.
No puedo ver la situación de los guardias del tejado, Ethan. Están fuera de mi radio de visión.
No importa. Este era Ethan, conciso y al grano.
Kane barrió el pequeño apartamento de la planta baja buscando a su informante. Necesitaban estar seguros de que ella era legal y esto no era una elaborada trampa para capturar o matar a miembros del escurridizo equipo de Caminantes Fantasma. Hizo un par de profundas respiraciones y apretó los ojos cerrados con fuerza, consciente de los temblores que recorrían su cuerpo. Usar la energía psíquica siempre exigía un precio, pero emitir ondas de sonido y leerlas, era particularmente difícil.
Envió ondas de presión directamente hacia el pequeño apartamento. Había tomado meses de práctica leer las diversas impresiones causadas por las distancias que las ondas de sonido tenían que viajar. Con un efecto ondulado, el sonido viajaba en patrones repetitivos permitiendo que los sensores que el doctor Whitney había creado dentro de su cuerpo detectaran las ondas reflejadas.
Kane pudo ver una mujer sola en el apartamento. Bajita, vestía vaqueros y un top suelto, se movía con velocidad controlada, metiendo cosas en una pequeña mochila. Ella está lista para huir. Algo en la forma en que la mujer se movía le resultaba familiar. El corazón le empezó a latir. El pulso le retumbó en los oídos. No parecía embarazada. Había sospechado que ella estaba embarazada de su hijo antes de la fuga. Había sido imperativo sacarla antes de que Whitney se diera cuenta de que había tenido éxito en su objetivo.
Escuchó el gemido colectivo de su equipo cuando sintieron la sacudida de reconocimiento golpeando dentro de él. Todos se quedaron completamente inmóviles. Pudo saborear la excitación en su boca. Pudo saborear…la. Una vez ella entrara en el aire… se habría ido como el fantasma que era. Pero el bebe...
Mack rompió la tensión.
¿Kane? Háblame.
Es Rose. Mi Rose. Ella es la informadora, Mack, y esta preparándose para huir. Si se aleja de mi otra vez nunca la encontraré.
Kane no apartó los ojos de la figura que se movía por la casa. Sus movimientos eran lentos y controlados, sin desperdiciar movimientos, muy eficiente.
Sabe que estamos aquí, Mack. No puedo dejarla alejarse otra vez.
Estamos aquí para recuperar a las rehenes, le recordó Mack. Tomate un respiro, Kane. No podemos perderla. Gideon está entrando. Ella no lo reconocerá como un Caminante Fantasma. Sabrá que estamos aquí fuera, pero no sospechará de él.
Los Caminantes Fantasma se reconocían unos a otros. Su energía era diferente, pero Gideon era una excepción.
Entrará, sacará nuestra información y plantará un pequeño gusano.
Estoy en ello. No se alejará de nosotros, le aseguró Gideon
Estoy diciéndotelo, ya lo sabe.
Kane no podía apartar la mirada del pequeño apartamento. Su mundo se había estrechado de repente a la mujer que lo eludió durante meses. La había buscado en todas partes, cobrado cada favor y ella había sido imposible de encontrar y ahora…Él estaba en una misión y su equipo contaba con que él se mantuviera completamente centrado.
Maldijo en voz baja mientras ella deslizaba un arnés que encajó perfectamente bajo su hombro, se ataba un cuchillo en el muslo y se metía otro en la bota. Estaba preparándose para una pelea. Se clavó algo en el pelo y añadió más armas a su cinturón. Estaba particularmente impresionado con la forma en que se movía, la eficiencia. La recordaba como una criatura frágil que él debía proteger. Rose era de constitución pequeña, como un pequeño duendecillo. Era extraño ver como manejaba armas con tan tranquila familiaridad. Tenía que ser cuidadoso o la subestimaría. Ella era una Caminante Fantasma… lo mismo que él. Eso quería decir habilidades físicas realzadas. Ella había crecido con entrenamiento militar. Probablemente era tan letal en cada parte de su cuerpo como él lo era, le concedió, más.
Tengo que ser yo, Mack. Ella me conoce. La ayudé a escapar del programa de cría de Whitney. Cada pensamiento sobre el abominable emplazamiento lo enfurecía. Pensar acerca de lo que fue forzado a hacerle a Rose lo enfermaba. Es mi responsabilidad, Mack. Tengo que hacerlo.
Mack juró en voz baja, pero cada uno de ellos, tan conectados telepáticamente como estaban, lo escuchó.
Tenemos una jodida misión aquí, Kane. No la pifies.
Ethan se movió como si fuera un caballo de carreras, esperando en la puerta de salida, corriendo a través de la extensión de arena, todo músculos fluidos, acelerando en silencio por el callejón.
Dame un minuto para situarme en posición de cubrirte.
Kane dio un paso atrás para darle a Ethan espacio para pasarlo. Ethan le disparó una amplia sonrisa y salió a la calle, una sombra borrosa deslizándose más allá de las luces. Un guardia giró la cabeza hacia Ethan y Kane cambió el cuchillo a posición de lanzamiento, pero el guarda se giró, obviamente incapaz de rastrear la sombra mientras trepaba por el lateral del edificio del otro lado frente al callejón. Ethan era casi imposible de ver sin visión nocturna, armonizándose en el lateral del edificio, trepando como una araña mientras subía en un ángulo imposible sin equipo de escalada.
Kane aguantó la respiración, escudriñando cuidadosamente el área para que nadie pudiera pillar a Ethan y sabiendo que Javier estaba haciendo lo mismo. Pareció pasar toda una vida esperando la confirmación de que lo había hecho. Kane podía oír su propio corazón latiendo en los oídos. En algún lugar un perro ladró. Alguien tosió y un hombre maldijo. Estallaron risotadas. Todo mientras él ejercitaba una tremenda disciplina para evitar mirar al apartamento donde se estaba preparando para huir la mujer que había estado buscando durante meses.
Un hombre en el tejado. Tiene una botella de tequila y una automática. Gran combinación. El desagrado de Ethan era obvio.
Más tiempo desperdiciado. Rosa habría empacado ya. Ella viajaría ligera. Sólo las necesidades básicas. Kane saboreó la amargura en su boca, pero sus ojos siguieron un barrido arriba y debajo de los edificios y a lo largo de la calle. Su primer orden de prioridad era proteger a Ethan.
Todo despejado. La voz de Ethan estaba calmada. Lanza al Águila
Gideon corrió rápidamente a través de la arena hasta el borde del edificio y luego en el callejón. Palmeó a Kane en el hombro, deteniéndose para evaluar las oscuras calles. Se movían figuras en las puertas de entrada y dos hombres se pararon brevemente para hablar en voz baja mientras patrullaban. Una pareja de mujeres se sentaban en un portal, observando silenciosamente, y abajo, al final de la calle, cinco adolescentes reían y se empujaban unos a otros mientras practicaban el lanzamiento de cuchillo.
Gideon se puso en velocidad borrosa y cruzó la vacía calle hasta el lateral de edificio. No tenía la ventaja de Ethan, trepar con solo manos y pies, pero Ethan había dejado tras él una escalera hecha de estrellas arrojadizas. Gideon se movía rápido en la oscuridad, su rifle de francotirador sujeto contra la espalda mientras subía la pared del edificio.
Todos soltaron un suspiro de alivio cuando Gideon estuvo en su sitio. Simplemente el hombre no fallaba. Todos lo llamaban el Águila por una razón. Gideon cubriría las calles y ventanas, mientras Ethan y Mack entrarían en el edificio y sacarían a las prisioneras. Kane los cubriría desde dentro y Javier estaría en la calle. Todos ellos eran rápidos y letales cuando debían serlo, pero en una situación como aquella, era muy difícil distinguir entre residentes, y aquellos que cooperaban con el enemigo, a menos que llevaran armas abiertamente.
Tienes vía libre, dijo. Te cubrimos.
Todo se asentó en Kane. Volvió su atención una vez más al apartamento de Rose, lo recorrió cuidadosamente, enviando ondas de sonido a través del edificio para ver dentro. Estaba de pie en la puerta delantera y tenía un arma en la mano.
Él hizo una respiración profunda para tranquilizarse mientras su cuerpo reaccionaba a los sensores procesando las imágenes antes de retroceder por el callejón para correr alrededor de los edificios y salir al bloque de ella desde el mismo lado de la calle. Mack se le unió, manteniendo fácilmente el mismo paso.
Te necesitamos en esto, Kane.
Kane le disparó una rápida mirada de impaciencia.
Nunca te dejaré tirado. Dame unos pocos minutos para prepararla para que se una a nosotros.
Mack asintió y se agazapó en la sombra del edificio.
¿Gideon? En posición. Kane esta entrando. Ella está armada.
¡No le dispares! Mack, hijo de puta. Mejor que nadie le dispare.
Había una advertencia en la voz de Kane. Él era un hombre peligroso y explosivo, capaz de una rápida retribución. Habían crecido con él. Lo conocían. Su tono lo decía todo. Esperaba que se hicieran atrás y la permitieran manejar a Rose, incluso si ella intentaba matarlo, lo cual, se imaginaba, era totalmente posible.
Kane hizo una profunda inspiración y se movió hacia la ventana abierta a través de un pequeño patio lateral. Pudo ver por que Rose eligió este apartamento. Tenía rutas alternativas de escape. No cometió el error de acercarse a la ventana. Rose era una Caminante Fantasma altamente entrenada. Tenía técnicas de supervivencia. Estaba esperándolo a través de la puerta principal, un representante de la unidad que había llamado para rescatar a las importantes prisioneras que el cartel de la droga estaba utilizando como rehenes contra El Presidente. Le tomó varios minutos notar los pequeños fragmentos de cristal esparcidos en la tierra y las hojas. Despejó el arma meticulosamente, sabiendo que el sonido del cristal rompiéndose la alertaría al instante. Como muchos de los Caminantes Fantasma, su audición estaba realzada tanto como su visión. Su ventana no estaría clavada porque ella necesitaba una salida rápida, pero la tendría equipada para los visitantes. Se abría de lado, en lugar de hacia arriba, un tirador de giro en el interior.
Chica lista, musitó en silencio. Sacó un mini cortador láser de su kit de herramientas y, después de acoplar la copa de succión, cortó cuidadosamente el cristal. La copa de succión era silenciosa, sacando el círculo de cristal sin ruido. Lo estiró y lentamente engrasó el pomo para asegurar que continuara en silencio. Sólo entonces hizo girar el pomo lo suficiente para forzar la ventana. Diminutas piezas de cristal se aferraron a los bordes del alfeizar mientras la ventana se abría lentamente.
Kane se sonrió. Sí. Su mujer sabía como cuidar de si misma. Estiró la mano a través de la abertura, evitando el cristal y abriéndola lo bastante amplia para permitirle entrar. Otra vez esperó hasta que encontró el pequeño gatillo estroboscópico, antes de deslizar cuidadosamente su gran cuerpo a través del hueco. No fue una hazaña fácil, no con el cristal sobresaliendo.
Y dio un silencioso paso sobre el suelo, protegido por el sonido de lentos y deliberados pasos llegando desde el camino de acceso a la puerta del apartamento. Amortiguó su propio paso, moviéndose a través de la sobria habitación, para abrir la puerta principal. Una pequeña mochila estaba en una silla justo a su izquierda donde ella podía agarrarla y podría correr si la persona equivocada cruzaba la puerta. Rose le daba la espalda. Era más baja de lo que recordaba. Su silueta, desde atrás, no parecía de embarazada. El corazón le dio un golpe sordo ante la idea de que ella pudiera haber perdido el bebe.
Vestía vaqueros y una tunica larga encima. El cabello era corto y fresco. Una tupida gorra de cabello negro medianoche brillante. El recuerdo de sentirlo, suave como la seda, arremolinado en su puño, deslizándose sobre él, quitándole la respiración. Durante un segundo, el verla lo hizo temblar.
Inhaló profundamente en un intento de arrastrar la fragancia de ella a sus pulmones. En realidad podía sentir su suave piel deslizándose contra la suya propia, saborearla en la boca. Rose. Nunca olvidaría la forma en que ella lo miraba con sus enormes ojos, de un marrón tan oscuro que no había oro que se reflejara en ellos. Pestañas largas y negras como la noche enmarcaban aquellos ojos de un profundo color chocolate, y ella lo había mirado fijamente a los ojos sin inmutarse, absolviéndolo de toda culpa, pero maldito fuera todo, ella no tuvo elección. Ninguna.
Kane hizo otra inspiración mientras empujaba los recuerdos despiadadamente. Era un hombre grande, haciéndola parecer pequeña, todo músculos fluidos, la altura proporcionada con el peso y ni un gramo de grasa. Apareció sobre ella, nada más que una sombra, los brazos la rodearon desde atrás para sujetar su arma y en un suave movimiento, la lanzó en el roto sofá. Ella intentó darse la vuelta, ir a golpearle en el empeine, pero los brazos de él eran una jaula de acero, atrapándola. Colocó las manos sobre su abdomen y sorprendentemente, ella estaba redonda como una pelota de baloncesto. El corazón, después de un fuerte salto, recobró un ritmo satisfecho.
—Ssh Rose —dijo con suavidad, intentando insuflarle calma. La respiración de ella era irregular—. Hay un arma apuntada sobre ti. No saques ninguna otra arma. Sólo quédate quieta. —Bajo la palma de la mano, sentía el pequeño vientre redondeado y un peculiar empujón como si el bebe lo pateara, intentando proteger a su madre. El puro orgullo y la satisfacción de que ella llevara a su bebe lo sorprendieron un poco—. Nadie va a herirte. —Y ellos no lo harían, nunca jamás. Ella llevaba a su bebe, y nada más importaba, el niño siempre los conectaría.
Rose se quedó inmóvil. No giró la cabeza, pero continuaba tensa, las manos agarrando las muñecas de él como para alejarlas de la ligera hinchazón de su vientre.
— ¿Kane?
Sintió como la tensión se enroscaba, no rígida y tensa, sino el anillo de una serpiente a punto de atacar.
—Estoy aquí, cariño. Nadie quiere herirte. Solo sigue inmóvil y arreglaremos esto sin que nadie salga herido.
—No voy a volver. Él no puede tener a mi bebe.
La declaración fue pronunciada con voz tranquila, pero él la creyó. Rose podría parecer un pequeño duende oriental, pero tenía una columna de acero. Había frustrado a Whitney cada vez que había enviado un hombre a preñarla. Había luchado hasta que ellos temieron que podrían matarla, y era una luchadora despiadada. Más de un hombre había estado en la enfermería después de un asalto con ella
—Nuestro bebe —le corrigió él y la certeza de aquello se llevó parte de los nudos de sus tripas—. ¿Quieres decirme por qué no pareces embarazada? ¿Cómo haces eso?
—No es como si no tuviera mis propias habilidades. Puedo camuflarme cuando necesito hacerlo. Os sentí a todos vosotros en el minuto en que estuvisteis cerca. Whitney no va a tener a mi bebe. Aún no sabe con seguridad que estaba embarazada y lo estoy manteniendo de esa manera.
Le disparó una fría advertencia desde sus oscuros ojos.
—Whitney no me envió tras de ti. No acepto órdenes de él. Informamos de sus experimentos y ha pasado a la clandestinidad. He estado buscándote desde que desapareciste.
Ella había empezado a relajarse, pero se tensó de nuevo con sus palabras.

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #1 on: Noviembre 09, 2010, 01:07:53 pm »
—Para ayudarte, Rose —le explicó de prisa—. Fui el único que te ayudó a escapar ¿recuerdas? No voy a entregarte al enemigo.
Kane no cometió el error de permitirle alejarse  Sabía que Gideon tenía un rifle de alto alcance apuntado sobre ella y estaba demasiado alerta, Gideon lo protegería a él primero. La quería lejos de la ventana, pero eso provocaría que Mack enviara a Javier. La línea donde estaban hablando era muy frágil y un movimiento equivocado podía desencadenar un desastre.
—Entonces acabemos de una vez con esto —dijo Rose. Levantó la entrenada mirada hacia arriba, a través de la ventana, como si retara a los tiradores a matarla—. Asumo que eres parte del equipo enviado a rescatar a las rehenes. Para que merezcan un equipo de recuperación de Caminantes Fantasma, deben ser bastante importantes.
—Si te siento en la silla ¿te quedarás ahí? ¿No harás ninguna estupidez? 
Ella volvió a cabeza por primera vez para mirarlo por encima del hombro. Le saltó el corazón cuando la oscura mirada encontró la suya. Firme como siempre. Fría bajo el fuego. Esa era Rose. Pero fue sacudido por el agotamiento que marcaba su cara. Estaba igualmente sorprendido por como, no sólo su cuerpo, sino todo él respondía a ella. Cada instinto protector, su parte animal y el macho alfa… toda masculinidad.
Se obligó a mantener la voz bajo control.
—Has estado enferma.
Ella asintió.
—No he sido capaz de retener mucha comida —admitió, todo ello mientras examinaba su expresión, intentado decidir si confiaba en él o no—. Eso me ha dejado bastante débil y permanecer lejos del radar de Whitney implica moverme todo el tiempo. —Le dirigió una sonrisa humorística, solo un destello de sus blancos dientes, pero suficiente para actuar como una advertencia—. Mantendré al bebe seguro y nadie que se interponga en mi camino vivirá mucho tiempo.
Kane sabía que su tranquila declaración era más que una amenaza vana. Rose lucharía si era necesario y tan pequeña como era, tenía aptitudes físicas y técnicas de supervivencia que la hacían superar su talla. Había llegado a conocerla en el breve tiempo en que habían sido forzados a estar juntos. El doctor Whitney, cabeza del programa de experimentos físicos había llegado a corromperse, determinado a criar súper-soldados. Rose había sido forzada dentro del programa de cría, pero aquel breve tiempo en el programa no había detenido el entrenamiento diario de ninguna de las mujeres. Los hombres tendían a olvidar que las mujeres se habían sometido a entrenamiento casi desde su nacimiento, mientras que ellos habían entrado en el ejército más tarde. En realidad las mujeres tenían una ventaja, a pesar de que fueran de menor estatura.
—Dije que te sacaría de aquí segura, Rose, y eso quise decir. —Intentó no sonar agresivo o autoritario, cuando se sentía un poco de ambos. Aplastó su ponerse-al-mando natural. Rose no iba a alejarse otra vez, no con el peligro rodeándola y su bebe a punto de llegar en cualquier momento de cualquier día. Necesitaba protección no importaba cuan independiente fuera. Entendía su aversión por él, pero la seguridad de ella tenía preferencia sobre cualquier otra cosa.
Ella no reconoció su declaración, y con Rose, él no tenia idea de lo que estaba pensando. Parecía frágil, pero tenía un centro de acero y una voluntad de hierro. Ni siquiera Whitney había sido capaz de obtener lo que quería de ella. Ella había elegido a su compañero, rehusando aceptar a cualquiera de los otros que Whitney le había enviado, a pesar del hecho de que los castigos eran horribles.
Kane frenó con fuerza los recuerdos. Era difícil permanecer frío y disciplinado cuando la furia rugía dentro de él. Con mucha suavidad la urgió hacia la silla más lejos de la ventana.
Ella está fuera de mi línea de visión, advirtió Gideon. Y lo sabe, Kane.
Maldita sea, no me jodas con esto, Kane, espetó Mack. Enviaré a Javier detrás de vosotros dos.
Vete al diablo Mack, le escupió Kane en respuesta. Está embarazada de mi bebe y que te condenen si vais a dispararle.
—Están realmente enfadados contigo, ¿verdad? —Rose le dirigió una sonrisa irónica—. Tienen razón, sabes, estás en peligro.
—Si vas a intentarlo, Rose, hazlo ahora, antes de que envían a alguien más.
Ella estudió su cara y él no pudo evitar aprovechar la oportunidad de hacer lo mismo con la de ella. Aquellas largas y magníficas pestañas suyas atrajeron la atención de él. Desde allí su mirada bajó a los altos pómulos, la pequeña y recta nariz y la boca lujuriosa. Las mujeres habían sido traídas de orfanatos y Rose obviamente habría llegado de China, pero Kane no podía imaginarse como se las había apañado Whitney para apoderarse de ella.
Ella se tocó el lleno labio superior con la lengua y a él se le tensó todo el cuerpo.
—No voy a hacer ninguna estupidez. Estas listo por si yo intento algo.
Eso no le dijo si ella todavía planeaba huir e iba a tener que ayudar a Mack y los otros a sacar a los rehenes. Suspiró y cambió de tema.
—Háblame sobre las rehenes.
—Sobre una semana atrás, hubo una súbita afluencia de miembros del cartel. No es del todo difícil distinguirlos, llevan alguna ferretería seria y espantaron hasta la mierda a la gente decente de alrededor. Hubo dos asesinatos, las cabezas cortadas como una advertencia para todos y los cuerpos tirados en la fuente de dos calles más allá. El rumor en la calle fue que algo grande estaba llegando. Primero pensé que era un gran trato de drogas, y luego observé a las prisioneras. Las trajeron de noche, en un SUV oscuro con los cristales tintados. Pensé quizás miembros de una banda rival, pero tan pronto como las vi, una mujer de unos treinta y cinco y una niña de quizás diez, supe que esto no tenía nada que ver con una guerra de droga.
—En realidad lo es —corrigió Kane—. El Presidente está haciendo la guerra a los carteles para recobrar su país. Los carteles han estado golpeando a miembros de mayor relieve del gobierno en represalia. El Presidente solicitó un favor de nuestro presidente y le pidió ayuda. La hermana de su mujer y su sobrina fueron secuestradas camino de la iglesia. Todos los guardaespaldas fueron asesinados, lo mismo que el conductor. Se le dijo que hiciera marcha atrás o encontraría la cabeza de su cuñada rodando por medio de la calle. La próxima sería la cabeza de su sobrina. Los creyó.
—Y tenía miedo de confiar en sus propios militares o policías —supuso Rose—. Debería hacerlo. Esas personas están armadas hasta los dientes con las últimas armas, Kane. Algo no está bien aquí.  Tienen todo menos una Guerra declarada.
—Aquí la corrupción está muy difundida —concordó Kane—. Alguien dio el soplo al cartel. El Presidente es un hombre muy inteligente. Sabe que su administración y militares así como los departamentos de policía han sido infiltrados por informadores pagados por el cartel. Le pidió un favor personal a nuestro presidente y nosotros recibimos la misión. Ninguno de nosotros tenía idea de que el informante fueras tú.
—Pensé mucho y duro antes de llamar —admitió Rose. Ella agachó la cabeza, rehusando encontrarle los ojos—. Era egoísta por mi parte, que esperara, pero sabía que existía la posibilidad de que si las rehenes eran quienes yo pensaba que eran, que un equipo de Caminantes Fantasma fuera llamado. Era un riesgo calculado, pero simplemente no podía ignorar el hecho de que aquellos monstruos las matarían. Tenía miedo de intentar un rescate por mi misma con tantos enemigos vigilándolas.
El corazón de él golpeó fuerte contra la pared de su pecho. Ella había contemplado la idea, aquello era más que obvio. Su Rose, embarazada de su hijo, se habría arriesgado por extraños.
—Las sacaremos, Rose, pero tú te quedarás quieta. No quiero que huyas de nuevo. Necesitas cuidados. Puedo ofrecerte eso, así como seguridad. Lo último que quiero es que Whitney ponga sus manos sobre ti o sobre el bebe. No se por qué confiaste en mi para ser el padre de tu hijo, pero lo hiciste. Estoy pidiéndote la misma confianza ahora. Te juro, con mi vida, que os protegeré a los dos.
Ella levantó la cabeza y lo miró directamente a los ojos, estudiando su expresión. Por un momento tuvo la incómoda sensación de que estaba mirando dentro de su mente, lo que era totalmente posible con un Caminante Fantasma. Había cosas enterradas que era mejor dejar ocultas. Espacialmente de Rose. Él se negó a apartar la mirada, manteniendo su expresión en blanco. Una leve sonrisa curvó el arco de la boca de Rose. El aliento casi le reventó los pulmones. Él soñaba con ella, noche tras noche. Pensaba en ella cada minuto de cada día. 
Intelectualmente sabía que Whitney había encontrado una forma de aparear una pareja usando feromonas, y con certeza había hecho a Kane reclamar físicamente a Rose. No podía estar cerca de ella sin que su cuerpo reaccionara con una permanente erección de mil demonios. Pero el doctor no había apareado a Rose con él. Ella había sido forzada a elegir entre tres candidatos diferentes y lo había elegido a él, pero no tuvo el mismo impulso físico a estar con él que el que Kane tenía por ella, lo cual representaba un gran problema para él. Tenía demasiado respeto por ella y demasiado honor para imponérsele, pero la idea de no volver a verla de nuevo, de pasar la vida sin ella lo llevaba a la locura. También sabía que nunca jamás sería capaz de tolerar a otro hombre en la vida de ella. Y con bastante franqueza... aquello lo jodía.
—Vale.
Aquel suave consentimiento lo sorprendió. Estudió su cara en un esfuerzo por leer si ella estaba o no diciendo la verdad.
—Entonces esperarás aquí a que vuelva por ti.
Ella se encogió de hombros.
—No huiré.
Se le estaba escapando algo, simplemente no podía descifrarlo. Su mente ya estaba moviéndose, su radar se disparó e instinvamente se puso delante de Rose mientras giraba para encarar la puerta del dormitorio, cuchillo en mano. Rose intentó sacar la pistola del arnés oculto, pero el hombre que los enfrentaba sacudió la cabeza, una gran sonrisa en su cara.
—Traviesa, traviesa, Señorita Rose. No puedo dejar que le dispare, incluso aunque Mack piense que es un gran dolor en el culo. Es mi hermano, después de todo.
—En realidad —le corrigió—, planeaba dispararte a ti.
La gran sonrisa de Javier se amplió, pero sus ojos eran hielo helado. La fija mirada envió penetrantes carámbanos que apuñalaron a través de la mente de Rose.
—Bien entonces, todo está bien. ¿Estás embarazada de mi sobrino?
Él señalo la forma del pequeño balón de baloncesto bajo la túnica suelta.
Las cejas de ella se elevaron. No hizo muecas y no apartó la mirada de él. Mantuvo la voz baja y burlona, como si no se diera cuenta de que enfrentaba el mayor peligro de su vida. Kane sabía más. Él sintió el pequeño temblor que corría por el cuerpo de ella.
—Quizás una sobrina.
Javier resopló
—No tengas muchas esperanzas. El es demasiado malo para abrazar a una chica. Mack esta poniéndose de papa oso con todos nosotros. Estás bien, ¿Kane?
Kane se dio cuenta de que el cuerpo de Javier estaba angulado hacia Rose, mitad dentro, mitad fuera de las sombras, convirtiéndolo en un blanco difícil, y el diminuto cuchillo estaba todavía oculto en la palma de la mano. Él sonreía a Rose y bromeaba, pero estaba listo para cualquier problema, aquellos fríos, helados ojos, nunca dejaron a su presa. Kane movió su peso, moviéndose con sutiliza para cortar el ángulo de ataque de Javier. También Javier se deslizó ligeramente y sacudió la cabeza.
Eres más listo que eso. Mack me desollaría vivo si te ocurriera algo.
Rose suspiró.
—No va a ocurrirle nada. Soy Rose Patterson, por cierto.
—Javier Enderman, señora. Encantado de conocerla. ¿Esta leyéndome la mente?
—No —dijo Rose—. Soy lista. Se lo que estais pensando los dos.
—Entonces sabe que tengo que sacarlo de aquí en una pieza, señora. Y ninguno de nosotros quiere que usted lo hiera.
Kane resopló exasperado.
Estais haciéndome parecer como un niño de dos años y todos vosotros hacéis de canguros. Dile a Mack que estamos en camino y vamos a dejarlo hecho.
—Están armados hasta los dientes —dijo Rose—. Y tienen trampas eléctricas colocadas alrededor de las ventanas y en los pasillos que llevan al apartamento. No vais a pasar a través del piso bajo.
Kane hizo un ruido estrangulado con su garganta y se agachó delante de Rose, sujetándole la barbilla con la mano.
—¿Las reconociste con mi bebe en tu vientre?
Mordió cada palabra a través de los apretados dientes.
—Sí —dijo ella con mucha calma, los oscuros ojos serios—. Antes de tomar la decisión de pedir refuerzos. Te dije que había decidido que no podía rescatarlas sola. ¿Crees que hice esa valoración desde aquí?
—Maldita sea, mujer. Como vuelvas a hacer algo como eso, vamos a tener problemas.
Ella lo miró durante mucho tiempo.
Tienes los mismos ojos. Un color diferente, desde luego, para ambos podéis parecer muy espeluznantes.
Era la primera vez que ella usaba el medio más íntimo de la comunicación telepática. Él sabía que Javier la asustaba y quería atraerla a sus brazos y sujetarla cerca para consolarla. Le llevo un minuto darse cuenta de que él la asustaba. Ella no lo estaba demostrando, pero él lo sabía.
—Rose, ninguno de nosotros quiere enviarte de vuelta a Whitney, o perjudicarte de ninguna manera. Estás a punto de tener el bebe y vas a necesitar ayuda. Quédate y espéranos aquí.
—Te dije que no huiría.
Ella lo miró directamente a los ojos de nuevo. Él no pudo detectar ninguna evasión, pero aún así... Kane suspiró y se levantó.
—Tengo trabajo que hacer. Volveré a por ti.
Rose asintió. Permaneció sentada en la silla mientras Kane empezaba a encaminarse al dormitorio, Javier nunca apartó los ojos de ella, incluso mientras retrocedía hacia el dormitorio, el cuerpo entre ella y Kane.
Deja de intentar intimidarla y vámonos, espetó Kane.
Tu primero. Y estoy sonriendo , disparó Javier bajito.
Como una serpiente, señaló Kane y salió del apartamento de la misma manera que había entrado. Javier lo siguió a la noche.
           
.


atlantida

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #2 on: Noviembre 09, 2010, 02:20:11 pm »
Sonneeeee! Por dios! que acabas de hacerme!!!
Yo que estaba tan tranquilita dando mi vueltecita diaria por aqui.
ZASSS me encuentro a mis caminantes y me dejas medio loca por la continuacion.
AAAAGGGGGGrRRRRR emot036 emot036 emot036 emot036 emot036

yissel

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #3 on: Noviembre 09, 2010, 02:23:52 pm »
 :emot018: :emot018: :emot018:  !!A leerrrrrr!!!
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sonne

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #4 on: Noviembre 09, 2010, 02:51:57 pm »
 emot040 para animar la espera

himuramairim

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #5 on: Noviembre 09, 2010, 04:09:18 pm »
Mil Gracias Sonne :emot018: :emot018:
Algun alma caritativa tiene una guia de personajes emot026 es que estoy baaaassssttttaaaannnttteee  perdida emot030 emot030 me acuerdo bastante del grupi de Lili, luego esta el grupo de los gemelos y de ahi me perdi completamente  :emot017: :emot017:

Besos

sonne

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #6 on: Noviembre 09, 2010, 04:47:41 pm »
En este mismo foro, el otro mensaje fijado es la guia de personajes que no leeis nada

himuramairim

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #7 on: Noviembre 09, 2010, 05:13:31 pm »
Gracias sonne emot031 emot031
La verdad es que siempre entre en mensajes no leidos y de ahi derivo a los demas temas emot031 Creo que me tengo que tomar tiempo para ver las ramas dentro del foro :emot019:
Besos :emot008: emot024

Uncaringsea

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #8 on: Noviembre 09, 2010, 05:58:17 pm »
Gracias Sonne maravilloso regalo...


Besos, unca emot024

 Ah no l

Angela

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #9 on: Noviembre 10, 2010, 12:01:15 pm »
Gracias!!!! ohhh que pinta tiene el libro...

sunny88

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #10 on: Noviembre 10, 2010, 02:41:32 pm »
Gracias Sonne!!!. Pufff, q ganitas de leerlo completo. Cuando sale?

 emot024

sahory

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #11 on: Noviembre 10, 2010, 07:44:55 pm »
omg... no me termino d eleer a dominic de los carpatos cuando me saltas con mac.... de los fantasmassssssssssssssss.
 emot038 emot038
 wowwwwwwww.. que buenos capis.
 genial nena..
 te luciste..
graciassssss1!! emot036 emot035 emot035

Indibe25

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #12 on: Noviembre 10, 2010, 09:25:32 pm »
 :emot011: :emot011: :emot011: :emot018:
Saludos,
 :emot008:
Indi

sonne

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #13 on: Noviembre 11, 2010, 09:09:24 am »
Sale el 28 diciembre

aracelig

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Re: JUEGO DESPIADADO -C.Fantasmas 9- Capitulo 1
« Respuesta #14 on: Noviembre 11, 2010, 11:45:09 pm »
gracias !!!!!!! que alegria poder leer el capitulo!!!!

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