No entendía la tremenda conexión entre ellos. Sentía lo que sentía el. Casi podía ver los negros y volcánicos pensamientos arremolinándose en su mente para igualar la oscura violencia que se agitaba en su estómago. La asustaba de una forma que no tenía nada que ver con sus dientes y sus evidentes habilidades. Hacía mucho tiempo había oido rumores de otra raza de seres, y sospechaba que el era uno de esos seres. Cárpatos. Casi inmortales. Cazadores del vampiro, guardianes de muchas especies, aunque siempre solos, siempre apartados. Sabía poco de ellos, sólo que eran peligrosos para su propia raza.