Autor Tema: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“ Actualizado 22/04/11  (Leído 2081 veces)

NádiaEirenye

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Capitulo 1

Una noche vagando entre recuerdos y sueños echada en mi cama.
Me vino el rostro de un hombre, no recordaba haberlo visto nunca y la hablaba en un griego muy raro.
Soñé toda la noche con el misterioso y guapo hombre griego, todo era tan nítido y real, sus ojos de un azul eléctrico, su rostro cincelado, sus labios como si los hubieran dibujado un artista, su pelo negro azabache y aquel extraño tatuaje que cubría su rostro. No era capaz de entender lo que intentaba decirme por mas que él se esforzara.
Desperté entre jadeos y gritos aun después del sueño agradable del comienzo de la noche, me acompañó como siempre una de mis horribles pesadillas. Ese era el motivo por que no dormía con nadie, puede que me acostara con alguien pero nunca le dejaba dormir a mi lado. Guerrero dormido es guerrero muerto, una guerrera no iba a ser menos y no pensaba permitir que nadie tuviera la oportunidad de saber alguna debilidad mía.
Me levante y mire al reloj que daba las 8:30 de la noche, yo realmente no necesito evitar el sol pero como mis enemigos sí. No tengo mas opción de que dormir por el día y cazar por la noche.
Me duché, puse una ropa cómoda; jeans, una camiseta, una chaqueta y unos converse todo negro. Me até el pelo que me llega a la cintura con una coleta. Salí al balcón levanté vuelo y salí a patrullar pensando en aquellos brillantes ojos azules.
Patrullando por los cielos de Nueva Orleáns en busca de seres que desgraciadamente solo yo y unos pocos podíamos ver. Vi que abajo que un Dark-Hunter también hacia su trabajo, ignorante a las cosas criaturas fusionadas en las sombras, espectros absorbiendo energía. Igualmente de indiferentes de las cosas que no veían estaba los turistas que paseaban por Bourbon Street y algunos que habían tomado mas de la cuenta eran también  ignorantes a lo que veían. Cada quien protege de lo puede la humanidad, aunque hayas algunos que realmente no lo merezcan. Seguí volando en dirección a Tulane ya patrullaría el Barrio Francés luego cuando estuviera mas oscuro, casi no había seres fuera antes de las once en esa zona.
Podría simplemente aparecerme donde me apeteciera ir, pero mis alas son parte de mi, además me gusta volar. La sensación de libertad, el viento helado en el rostro, ver como el paisaje va cambiando bajo mis pies es una sensación hermosa y mi ayuda a olvidar por un momentos las cosas horribles que hay en el universo.
Saliendo de mis pensamientos avisté al Santuario en la Ursulinas Street, me reí por la evidencia del nombre de la calle, todos los seres inmortales sabían que El Santuario era refugio para casi todas las criaturas (no sé realmente si eso todavía me incluía a mi) con las reglas de peleas y enfrentamientos cero, la ley del Santuario es no me muerdas y no te morderé literalmente hablando, regido por el clan de were-bears Peltier estar situado en una calle llamada ursulinas es divertidamente irónico. Pero tratándose de Nicollete Peltier la jefa del lugar, irónico no es la palabra, más bien diría a posta.
Pasar por aquí me hace recordar a Kyle, había empezado a querer al pequeño oso, pero no me apeteció pasar todo el tiempo cuidando de alguien que técnicamente tenia edad para valerse solo, créenme hacer de niñera en una relación no es bueno. Además Nicollete Peltier es él espécimen perfecto de suegra intrometida, mandona, hipócrita y una excelente actriz. Y no creo que pudiera seguir saliendo con el osito que era mucho más joven que yo, queriendo fieramente matar a su madre cosa que vendría muy bien al mundo pero no para mi estatus de “buena persona” además Savitar se enfadaría un montón si le dejara sin un miembro del consejo, creo que el chtonian quiere tener el disfrute que él mismo pueda matar a la mamá osa. La lista se va alargando Nicollete se está haciendo muchos enemigos.



Tulane a las nueve de la noche en pleno viernes era como un hervidero de hormigas desde mi punto de vista claro, chicos bebiendo y echados cerca del coma etílico en la hierba del jardín de las hermandades en plena fiesta , unos medios desnudos en oscuridad no hace falta que les diga que estaban haciendo verdad, otros metiéndose con una chica con gafas y libros que seguramente venia de la biblioteca fue allí que avisté el destello rojo en los ojos de unos de los chicos y la ya conocida por mi aura negra al su alrededor.
Ahora se habían pasado, esos demonios siempre susurraban al oído de los humanos para que cometieran errores que harían perecer su alma, pero realmente no tomaban cartas en el asunto, ese chico estaba poseído posiblemente su alma ya no tendría vuelta atrás en el ultimo siglo los “demonios” habían aprendido a poseer a sus victimas. Hecho que ya me está cabreado, dado que ha incrementado las almas incorpóreas que me siguen a numero realmente excesivo, si pudiera empezaría a regalarlas. Si no estuvieran ligadas a mi lo haría, pero tampoco soy tan mala para regalar un fantasma al fin y al cabo tienen sentimientos y recuerdos. He encontrado el medio de deshacerme de ellas pero como todavía no he perfeccionado el poder de reencarnarlos y no me atrevo, Acheron hace lo que su tiempo le permite para ayudarme pero sé que no puedo exigirle nada, el pobre atlante si que carga con el mundo en sus espaldas y es un buen amigo que me ha ayudado muchísimo. Aún esta Simi de ella solo puedo decir que es extraordinaria aunque tiene casi doce mil años es joven para su especie y es mi mejor amiga. Cuando estamos juntas parezco una adolescente antes que una mujer de ocho mil años, los peor es que ella todavía es mayor que yo mismo que no lo parezca, y he de confesar que también la consiento mucho. Puede que Ash se cabreara mucho si supiera eso pero cuando ya no puedo hacer nada por la victimas muertas por sus propias manos y al fantasma no le importe mucho le dejó comer uno que otro cuerpo. Humano asado mucha salsa barbacoa le encanta, es como darle mitad de tu tableta de chocolate a tu mejor amiga cosa que solamente harías por ella, solo que en mi caso es un poco distinto. Además es la única que puede volar conmigo.

Bajé en un callejón oscuro y vacío detrás de un edificio que con toda la certeza era la residencia a la que se dirigía la chica con gafas que por el fétido olor a azufre y lo que mis sentidos decían estaba siendo seguida por el poseído, así que pensaba agarrar dos conejos de un tiro. Pues estaba muy equivocado primero que no apruebo la caza de conejos, segundo que de almas y vidas humanas todavía menos, y por lo que pude ver el chico estaba perdido así que una alma más al tártaro ó al infierno depende de que religión era. Yo ya no era capaz de ver su futuro, y el de la chica no iba a cumplirse si podría evitarlo.
Di la vuelta a la esquina y me mezcle entre las sombras, me trasformé en algo incorpóreo cosa que no era ni desagradable ni bueno, era como estar un poco atontada por el alcohol.
El espectro no me sintió hasta que ya era demasiado tarde, maldije al ver todavía le dio tiempo a clavarle un cuchillo a la chica directamente al corazón. Si quería enviar la bestia de vuelta a su agujero, perdería a la chica, al menos me divertiría un poquito antes de eso. Otra vez en un cuerpo sólido hice aparecer mi katana de titanio, revertida de oro atlante que contenía en su interior una mecha de mi pelo recubierta en sangre mía, era lo que realmente enviaba de vuelta lo demonios ó los mataba si era la ocasión. El titanio conduce mi ADN a enviar los “demonios” de vuelta al reino de Lucifer y el oro atlante conduce a las otras especies de espectros malignos y engendros del infierno de vuelta a sus asquerosos mundos, de donde sea que vengan.
Como no era para menos el espectro se hizo con una espada de oro pulido, menudo idiota, alguien se había olvidado de decirle que eso en mi no tenia efecto ninguno. Desplegué la alas para que las pudiera ver.
— O anjo de asas pretas. — Dijo él en portugués lo que significaba como me llamaban; en castellano “ El angel de alas negras” en seguida supe que lo iba a enviar de vuelta a lucifer.
Le contesté en su misma lengua .
— Não díria anjo, já que eu não sou como esses afeminados braquelos. E não me prende nenhum código que o meu proprio.* Dije con calma cargando contra él.

La espadas chocaron, haciendo ruido sonar el metal, para  mi era el sonido del paraíso. El sonido de la lucha, su respiración descompasada.
Sabia que él estaba utilizando un cuerpo humano pero soy lo  suficientemente vieja para saber que eso no disminuiría su fuerza, aunque ese era muy lento y seguramente joven para darme una lucha de la que disfrutar.
— ¿Que? Te viene grande pelear con una chica hombretón? Si se te puede llamar hombre, claro. — Dije instándolo a pelear mas fuerte —. Porque siempre me toca esos afeminados. — hablando para mi misma.
Cansada de jugar le arrematé en dos estocadas, una en él medio del pecho a centímetros del corazón, donde realmente se alojaban. Y con otra le corté la cabeza al chico, ese realmente tendría que dárselo a Simi. Es una pena que tenga que hacer eso ya que el chaval es bastante guapo, pero es necesario de otro modo se quedaría como alojamiento para demonios venideros en el caso de sobrevivir al golpe en el pecho, cosa no iba permitir.
En una nube de polvo amarilla y gris el espectro volvió a su reino.
Tapándome la nariz para no respirar aquel olor insoportable, con batir de alas disipé el polvo. Envié la katana de vuelta a casa y me agaché a mirar la chica respiraba con dificultad, no iba a sobrevivir y lo sabia.
Se llamaba Clair Scott y estaba en segundo de Matemáticas Quánticas, era una chica simple de un pueblo pequeño de los alrededores del bayou a la afueras de la ciudad. Tenia tres hermanos, dos chicas y un chico todos mas pequeños que ella. Y no iba a volver con su compañera de habitación hoy, no iba a tener los mellizos a los que estaba destinada, ni cambiaria jamás el mundo de la matemáticas.
Esa es la parte que no me gusta de mi trabajo.
— Descansa en paz. — dije cerrándole los ojos aunque sabia que no lo haría.
Y por milésima vez, vi como un sustancia grisácea salía de su cuerpo, no se iba a marchar se quedaría conmigo, otra vez. Pero de esta vez no creo que me agradecerá, no si puede tener todo.
— Donde estoy y quién eres tu? — preguntó la chica desorientada.
Empecé a explicarle lo que le había pasado, ya me había acostumbrado a no exteriorizar ninguna emoción cosa que venia muy bien en esos momentos.
Cuando empezaron a emerger mis poderes era unas de la cosas mas difícil de hacer, porque podía sentir cada y una de la almas de la tierra, era como estar en el hall de un gran castillo lleno de gente hablándote al mismo tiempo y en el intento de comprenderlos a todos casi me deja al borde de la locura. Hasta que un preciosa rubia vino a mi encuentro logrando traspasar largas barreras de voces en mi cabeza y montones de visiones que no podía entender y gente a la que no conocía.
Se presentó diciendo que se llamaba Ryssa y que me guiaría hasta su hermano que él me ayudaría, en el comienzo dudé de lo que decía ya que la mujer era transparente, mantenía sus colores naturales de pelo y piel pero seguía siendo transparente.


* en castellano; — Yo no diria angel, ya que no soy como esos mariquitas blancuchos, Y no me ata ningún código mas que el mío proprio.



Año 7926 a.C.    Una cueva en algún lugar de Grecia


El dolor en la espalda era tan insoportable que viajaba dentro y fuera de la conciencia. Son unas alas mágicas ó solo sobrenaturales se supone que no debes sentirlas crecer, vi la primeras grietas en mi columna hace tres semana desde de entonces no había parado de sentir ese dolor insoportable y eso no era lo peor dos semanas después había empezado a oír voces en lenguas que nunca había oído pero entendía perfectamente.
Que me estaba pasando, estaba en mi “casa” , de pronto estaba en una tribu en medio de selva Amazónica y en el minuto siguiente en una cueva de vuelta a Grecia. Dicha cueva de la casi no he salido en tres semanas y me costaba encontrar comida. Estábamos a mediados de octubre así que ya hacia frío.
Estaba acurrucada en el fondo de lacuela medio dormida cuando de repente aparece delante de mi una preciosa rubia vestida con un peplo azul claro con un broche de … oro.
Pero si nadie sabia la existencia del oro todavía, y eso no era lo mas importante la mujer era … transparente, TRANSPARENTE. Oh dios ahora si me había vuelto completamente loca, esta viendo una mujer translúcida .
— Mi nombre es Ryssa — sé presentó hablando un perfecto griego. Como yo me quedé sin habla siguió.
— Vine para guiarte hasta mi hermano, quién te ayudará a controlar tus poderes y a comprenderlos.
Yo como siempre escéptica, no reaccioné distinto esta vez.
— Si claro poderes mágicos, y tu eres un fantasma, no mejor me dirás que Santa Claus existe y que tu hermano es un dios que me fulminará con un rayo.
— Lo único que no puedo confirmarte es lo de … como dijiste Santa Claus, pero lo demás es mas ó menos cierto.
Creo que fue la primera vez en veinte días que abrí los ojos del todo, sentía tanto dolor que permanecía con los ojos cerrados y desarrollé también un optimo sentido de alerta, sin contar el desarrollo excesivo de los otros cinco.
La mire a lo ojos por si me mentía, si claro un fantasma iba a venir hasta mi solo para mentirme que idiota era. Y seguí en silencio analizando aquella peculiar mujer y ella hacia lo mismo conmigo.
— No pareces griega, tienes un tono de piel muy oscuro, y el pelo demasiado lacio para el color de tu piel.
— No me digas, lo descubriste solita.
— ¡Genial otro sarcástico mas! — dijo bufando.
— Pues si soy griega, nací y me crié aquí. Pero mi padre es de las Américas ó eso decía mi madre.
— Pero si en las Américas no hay personas. Parece que tu madre las encontró.— dijo ella pensativa.
— Otra obviedad. — dije poniendo lo ojos en blanco.
— En serio os vais a llevar de maravilla los tres.— refunfuñó ya enfadada.
— Aparecerá ese hermano tuyo o que????. — protesté ya impaciente.
— Tienes que encontrarlo.
— Olvídalo.— dije gruñendo. — Con el dolor que siento ahora mismo no voy a lugar ninguno, nada me hace moverme ni el mismísimo Zeus.
— Bueno no sé, puedes transportarte? — preguntó Ryssa.
— Él queeeee??? Pero bueno si mal puedo moverme mujer, como cojones voy a transportarme, además como me transporto tirando del carro yo misma.
Soltó un gruñido nada delicado para una señorita.
— Solo tienes que pensar en ir al lado de Acheron y aparecerás junto a él.
— Ni hablar eso requiere pensar, ya tengo mucho dolor de cabeza. Y deja que te exponga mi duda de que eso funcione.
— ¡Pero como se puede ser tan cabezota! — gritó
— Eh! No grites Doña soprano, que me duele la cabeza. Y nadie es capaz de teletranportarse.
— En las Américas no hay personas y los fantasmas no existen.— dijo poniendo lo ojos en blanco y dando un vuelta sobre si misma con los brazos extendidos como enseñándose.
— Eso lo que he oído en tu voz era sarcasmo? — dije con una carcajada.
— Sabes, no solo tu puedes ser sarcástica.— contestó mirándome con lo ojos entrecerrados.
— Vale lo he captado. Ryssa verdad?— dije todavía riéndome.
Ella afirmó con la asintiendo con la cabeza. Tenia la apariencia muy delicada,  pero el porte de una reina, y la inteligencia de una diosa.
— Vamos hasta ese hermano tuyo, ó que??
— De vamos nada, iras tu, mi hermano no puede saber que te he visitado. — me ordenó preocupada.
— Vale.— asentí sin quejarme.
— No vas a negarte, protestar ó quejarte??— preguntó incrédula.
— No. Aprendí a no quejarme hace mucho.— dije sombría.

En el quinto intento aparecí en un inmenso hall de mármol negro, en el suelo había un dibujo de un sol cortado por tres rayos entrecruzados.
— Katoteros. — susurró la voz de Ryssa en mi cabeza, haciendo que diera un brinco.
— Creo que nunca me acostumbraré a eso. — murmuré enfadada.
Dos segundos después estaba de pie con la espada de un hombre increíblemente guapo en mi cuello.


— Vengo en busca de Acherón — afirmé sin dejar notara mi miedo.
— Quien eres y porque lo buscas?— preguntó el enfadado hombre.
Al levantar la mirada hacia hombre tuvo una horrible sensación, el hombre no tenia alma. Lo mas horrible fue no saber como diablos sabia yo eso.
— Y como has logrado entrar aquí???— siguió con la sarta de preguntas.
— Quizás si te callaras y me dejaras hablar podría contestarte.
Si no es muy inteligente hablarle así a alguien que tiene una espada a punto de cortarte la garganta. Fue en ese momento que descubrí que era inmortal.
Me cortó la garganta con una estocada limpia y profesional, me desangre en el suelo durante varios minutos. Cuando pude ver con toda la claridad a Ryssa me di cuenta que había muerto. Me miro con cara de aburrimiento y dijo.
— Intenta que no te maten, siempre que habrás la boca.  
— ¡Oh, perdona señorita transparencia! Aunque no creo que creo que pueda decir nada mas teniendo en cuenta que estoy muerta, por si no lo habías notado.
— En serio tengo que hacer yo eso? — dijo dirigiéndose a nadie en concreto.
— Y se puede saber con quien hablas ahora?? — pregunté molesta.— Hola, sabes estoy aquí y he muerto. Podrías al menos decirme por donde se va hacia la luz, no?
Ryssa puso los ojos en blanco soltó otro para mi de sus conocidos bufidos.
— Me fijé que haces esos sonidos muy a menudo cuando estamos juntas. — resalté.
— ¡Oh! por favor que alguien la saque de aquí ya!— gritó mirando a la nada encima de nuestras cabezas.
— Se nota que me quieres muchísimo — dije entonando una falsa emoción y poniéndole ojitos.
De repente oí una voz muy extraña.
— ¡Akri que esta viva! Mira se le ha cerrado la herida como las de Simi.
Abrí los ojos para encontrarme un extraña criatura de ojos de un raro color entre el castaño y el rojo, tenia el pelo rubio con… ¡por Zeus  eran eso cuernos?!
La criatura toco la herida de mi cuello ó mejor digo donde debería haber una herida en mi cuello, reaccioné con una agilidad que no sabia que tenia. Últimamente hacia cosas que no sabia que podía muy a menudo.
Me refugié en un rincón de una estancia, protegiendo con las manos el cuello. Fuera de mi estupor pude observar que la criatura tenia una belleza singular hasta los cuernos hacían que fuera algo bonito, no aparentaba tener mas que 11 años.
— Hola soy Simi.— dijo ladeando la cabeza.
— ¿Simi con quien hablas?— preguntó una voz muy sensual que hizo bajar un escalofrío por mi columna.
De la nada apareció un hombre que la única descripción posible es que era la perfección hecha hombre. Increíblemente alto, debería medir unos dos metros diez quizás más, con e pelo del mismo tono rubio que la pequeña criatura a su lado. Tenia unos ojos muy inquietantes pero no dejaban de ser preciosos eran como mercurio, pero de un tono mas claro. Y exhalaba una sexualidad nata, era como si tuviera un imán que te atraía a tocarlo pero tenia una aura que peligro que decía que podrías perder un brazo en el intento.
En seguida entró en la estancia el que me había rebanado el cuello.
Ahora si era oficial, me estaba cagando de miedo, había resucitado y estaba mirándome directamente a los ojos quien me mató.
— Quien eres?— preguntó el guapo gigante.
— So.. soy Nádia, y veni.. vengo en busca de Acherón.— tartamudeé.
— Eres el ángel negro, verdad?.— dijo el rubio alto y deduce que era Acheron.
— Que soy él que?— dije saliendo en el transe de miedo que me había metido.
— De verdad no sabes lo que eres, cierto???— pregunto paciente.
— Demonios no, hasta hace dos semana lo mas raro que había tenido en mi vida era una madre que tenia los ojos de color violeta a la que no me parezco en absoluto.
— Pues yo te ayudaré a entender lo que te pasa.
— Vale, pero mantenlo lejos de mi, sea lo que sea él.— dije apuntando en dirección de mi “asesino”.— No vaya ser que le apetezca cortarme la cabeza otra vez.
Con un carcajada Acherón se acerco mas a mi, yo por instinto me alejé mas.
— Cálmate no te haré daño.— dijo acercándose mas,— esos son Simi y Alexion.— señalando en dirección a los presentes.
— Donde estoy? Y como cojones sigo viva?
— Estas en Katoteros.
— Si eso ya lo sé me lo dijo… — hice una mueca por el grito que resonó en mi cabeza.— Joder… no hace falta que grites.
— Voces en tu cabeza ehh? — dijo Acherón con una sonrisa triste.
— Si tu her… mierda deja ya de gritar. “Ellos” tienen una voz insoportable. — dije apuntando a mi cabeza.

Después de ayudarme a controlar las voces, explicarme que era inmortal y siempre que me maten volveré.
— Mismo si me cortan la cabeza?— pregunté desconfiada.
— Si mismo si te cortan la cabeza, eres la única de tu especie y eso te hace imposible de exterminar. Hasta que haya otro como tú.
— O sea si tengo descendencia pueden matarme?
— Lo coges rápido niña.




Las que me conocen en DHL puede que ya lo hayan leído pero como me estoy afianzando por aqui tambiém me gustaria compartirlo con vosotras.emot040

Espero que os guste.

Nádia

marodi80

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Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #1 on: Junio 16, 2009, 02:49:29 pm »
My linda historia Nadia, te felicito  emot027... pero si tiene hasta portada Qué genial!!  emot040
Espero con ansias lo que sigue!  :emot004:



pd: Mama Lo, de suegra ¡¡¡Qué miedito!!! 
Esos ositos se van a quedar solteros de por vida, me parece  :emot013:

NádiaEirenye

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Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #2 on: Junio 16, 2009, 05:05:23 pm »
My linda historia Nadia, te felicito  emot027... pero si tiene hasta portada Qué genial!!  emot040
Espero con ansias lo que sigue!  :emot004:



pd: Mama Lo, de suegra ¡¡¡Qué miedito!!! 
Esos ositos se van a quedar solteros de por vida, me parece  :emot013:

Eso creo pobres ositos  :emot017: aunque no le vendria mal a nadie que se esfumara asi como de repente :emot016:
Yo estaria encantada de hacer el trabajo  :emot013:

NádiaEirenye

  • Visitante
Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #3 on: Junio 16, 2009, 05:34:46 pm »
Capitulo 2



Volví de Tulane una noche mas a la soledad de mi ático y mi vida. Vale que tenia muchos amigos pero todos tenían sus vidas y su propios cargas, solo por ser quien es Ash ya tenia diez veces mas problemas que yo.
Como siempre llegué por la el jardín del atrio, mi casa era todo menos pequeña y tenia lugares con mucha luz para que pudiera estar cómoda pintando, casi todas las paredes externas estaban echas de cristal y estando en el 43º piso tenia una vista realmente bonita de la ciudad hasta se podía ver las mansiones en Garden District. Amo las alturas y estaré mas cerca de cielo que pueda.
Bajé las escaleras en dirección a la cocina, como el suelo de las casa era toda negra desde lo muebles hasta la paredes exceptuando la de vidrio. Me gustaba cocinar, pero solo lo esencial, eso de quedar horas elaborando una receta no era para mi.
Convoqué mis armas de vuelta al armario donde las guardaba, saqué lo necesario para hacerme un bocadillo, no estaba de humor para cocinar hoy, cuando que das cuenta de tu vida se ha vuelto monótona y rutinaria eso quita objetivamente tu apetito.
Ya estaba harta de hacer lo mismo siempre cazar, comer y dormir. Ni siquiera tenias ganas de hacer polvo de Daimons eso es algo realmente grave. Simi decía que estaba depré y tenia que encontrar un chico para divertirme.
— Ya hace casi un año que dejaste la pequeño osito, Nega. Te hace falta un poco de sexo humano sudoroso.
Dios como me había reído ese día la cara que puso Ash no tenia desperdicio debería haber sacado una foto, era de completo horror y me miraba con reproche.
— Que yo no le he enseñado nada.— dije alzando las manos en rendición, partiéndome de la risa con Tory.
Esas horas con Simi, Ash y Tory le daban un poco de sentido a mi vida, pero seguía sintiendo un vacío que no sabia de donde venia y mucho menos como llenarlo. Siempre me encantó la idea de ser única, pero eso también significaba estar sola.
Me hice dos bocadillos, cogí una caja de cerveza y me fui a mi rincón de la felicidad así era como llamábamos Ash y yo a una especie de biblioteca, era unas de las pocas habitaciones del apartamento que no tenia ni una pared de vidrio , pero tenia unas ventanas con persianas de metal por si me apetecía ver la tele por el día pero en plena oscuridad.
En la pared a la izquierda de la puerta había un enorme de tele de 85 pulgadas incrustada en la pared, tele que Tory denominaba extremadamente exagerada. Pero era perfecta para jugar a la consola, de las cuales había tres en una mesita bajo la misma, de ahí llamarlo rincón de la felicidad. La habitación estaba dividida por unas puerta deslizantes que la dividía en dos   y insonorizaba la parte de atrás donde había un diván, un trozo del suelo acolchado con muchas almohadas y puffs, y una pequeña mesa de café. Allí era donde ponía los libros, centenas de libros.
Me eché en el diván y convoque mi libro preferido, era la tercera vez que lo leía Bailando con el diablo en una semana, me lo sabia de memoria pero sigue encantándome cada vez que lo leo.
Me quede dormida hasta que tuve una de mis pesadillas, jadeando me senté y me di cuenta que todavía llevaba la misma ropa, el reloj daba las siete de la mañana me transporté a mi cuarto convoque el pijama en lugar de lo que llevaba puesto y me eche en la cama. Me quedé dormida casi al instante.
Me levanté a eso de las cuatro de tarde, me duché y comí unos tallarines de “almuerzo”. Me paré delante de ascensor justo al instante que se abrían las puertas, supe quienes eran en el momento que entraron en el edificio.
Al contrario que Ash mis poderes no se oscurecían completamente cuando se trataba de un ser querido, se decaían que solo lo podría ver minutos antes de que pasará pero aun podía verlo. Eso hacia casi nulas las probabilidades de cambiar algo.
Acherón estaba acompañado de una mujer de unos metro setenta, de pelo rojo y unos preciosos ojos verdes.
— Hola Calista, me llamo Nádia.— me presenté a una atónita joven.
— Hola.— contestó dubitativa.— ¿Cómo es que sabe mi nombre?— preguntó mirando a Ash.
— Eso es obvio no crees, puede ver el futuro y no viste que ya nos estaba esperando.— contestó sonriente.
— Así que estas de buen humor hoy atlante, me pregunto a que se debe?— dije poniendo un dedo en la barbilla pensativa.— Espero que sigas así al final del día.
— ¿ Que sabes, pequeño ángel negro?— dijo con una mirada plateada amenazante que haría mas de un dios mearse en los pantalones.
Pero yo sabia que estaba medio divertido todavía.
— Solo por haber me llamado así no te lo diré.— dije altiva yéndome a la sala de estar.
— Nááádia.— dijo Acherón con reproche.
— Vamos Calista a la sala para que podamos conocernos mejor.— dije guiándola al salón, ignorando al dios atlante.
— Niña, no juegues conmigo que tengo la paciencia corta.
— Si no te conociera bien diría que no es lo único que tienes corta. Calista soltó una sonora carcajada.
— Sabes ahora sé porque te cortó el cuello Alexion.— dijo sonriendo.
— Eso fue traumático sabes.— dije con un fingido enfado.— Además no como si fueras capaz de matarme.
Calista contuvo la respiración a la espera de Acherón reaccionara a mi incitación.
— No te preocupes el todo poderoso aquí presente no puede matar a la linda ángel.— dije altiva.
Cuando miré a los ojos a mi nueva invitada un escalofrío recogió mi columna, algo iba mal, pero que muy mal. La protegería a toda costa sin importar cuantos de ellos fueran.


Era Mardi- gras y las calles estaban rebosantes de gente y borrachos, si he dicho gente y borrachos es que para mi no son lo mismo. Hoy todas las criaturas salen a las calles, las que son malas asquerosas y feas, y las que malas no tan asquerosas y no tan feas.
La mayoría de lo años consideré mardi-gras el mejor día del año, peleas dignas y mucha adrenalina pero hoy seguía sintiendo ese vacío tan extraño. Me habia adentrado de cabeza en proteger a Calista de la perra de Basi, no habíamos encontrado hace unos siglos atrás, si hay alguien que me caiga casi tan mal como Artemisa esa es Basi, es el ejemplo perfecto de diosa egocéntrica, manipuladora e hija de puta. Vale que es hermana de Cas, e insultar a la madre de Basi le incluye a ella en el paquete pero era la verdad, no llegué a conocer a Ephytimia y dicen que Basi es idéntica a ella, tanto físicamente como en el carácter así que me hago una idea  .
Creo que fui la primera persona de menor estatura a darle una paliza, es que se lo merecía, de las muchas cosas que no soporto la prepotencia y el egoísmo están en unos de los primeros puestos de la lista. Para el colmo era la diosa atlante del deseo ocupando el lugar de su fallecida madre, así que tenia egolatría de sobra.
El día que Cas llego a casa supe que tenia una hermana y supuse que esa era Basi, pero no era nada menos que su gemela Kyragathix ó Kyra. Su padre fue Minos dios atlante de la guerra que obviamente no sobrevivió a la Destructora, allí donde Basi heredó los poderes y el sitio de su madre en el panteón Kyra era la diosa de la guerra.
Todavía no la conozco pero solo por eso ya me cae bien, siendo una diosa con premoniciones se me es imposible verle su futuro pero si sé su destino, cosa que no puedo revelar, y si a ello acrecentamos que odia a Basi con todo su ser seguro que seremos grandes amigas.
—  Si dime Cas. —  contesté al teléfono.
—  Es que tenias el teléfono en las manos, hija. Y como sabias que era yo?— preguntó Calista. De cada cinco frases de decía Cas cuatro y medias eran preguntas es como tener un niño de tres años cerca de ti todo el tiempo.
—  Cas soy un ángel del destino, porque crees que sé el futuro?—  dije poniendo los ojos en blanco. —  Hay una protección sobre el apartamento y si Kyra quiere entrar tendrá que usar la puerta, dile que lo siento pero son mis reglas.
—  Ahh! Por eso cuando llegué subimos por esa extraña caja.
—  Ascensor Cas, ascensor.—  contesté riéndome. —  Venga que cuelgo, porque si no me chocaré con un avión ó algo.
—  Estás volando? Como es volar? Puedo volar yo también?—  preguntó Calista como no.
—  Si estoy volando, es genial y un día te llevaré a volar. Venga cariño ve a atender a Kyra que tengo trabajo que hacer. Besos, te quiero.
—  Vale, pero Kyra…—  sonó el timbre de ascensor.—  Vaaale que ya llegó y tu ya lo sabias.
Solté una carcajada.
— Adiós, maestra.
—  Que no me llames así cojones, que me siento como una anciana.—  refunfuñe.
— OK, Nádia.— dijo sonriendo.
Colgué todavía sonriendo, la verdad es que Cas había llegado en el momento adecuado pero coincidía con Simi el lo de que necesitaba una buena noche de sexo, mierda santa es que solo pensaban en eso. Además no me sentía muy cómoda  hablando de eso con Simi es como si fuera mi hermana pequeña, puede que hables de eso con tu hermanita pero no cuando eres una adulta y tu hermana parece que tiene 11 años.
Un escalofrío recogió mi espina dorsal, eso significaba trabajo que hacer, mucho trabajo que hacer. Aterricé en un edificio cerca de Jackson Square, salté al callejón oscuro, tocando el suelo sin hacer ningún ruido y ya en forma de sombra.
Había tres Daimons acechando a una chica que por casualidad estaba disfrazada de vampiresa, me reí ante la evidente ironía, lloraba unas gruesas lágrimas negras debido a al rimel de mala calidad que llevaba. Como todavía era temprano y yo todavía no tenia lo que cazar, decidí ayudar a los Dark- hunters un poco que les hacia falta, En los últimos años se habían liberado tantos que quedaba mucho trabajo que hacer, además ahora era un poquito mas divertido ya que los Sphatis salían a jugar.
Me hice visible.
—  Es que no tenéis dignidad o al menos vergüenza, anda que ir tres detrás de una chica. —  dije moviendo la cabeza en señal de negativa. Dos de ellos me atacaron, eran como no guapísimos, altos, rubios y perfectos, con aquellos sexys colmillos.
Ay Dios que Simi tiene razón, necesito un buen revolcón, DAIMONS CON COLMILLOS SEXYS, ahora si era definitivo se me había ido la olla completamente. Vale que los vampiros eran lindos, puede que hasta perfectos pero los colmillos. Enfadada conmigo misma, no perdí tiempo luchando y los hice a los dos polvo con un pensamiento,
—  Vale, ya sé que dignidad no tenéis. Pero al menos sed justo chico, uno por victima al menos.
—  Anda quien me dice chico, cuantos años tienes? 15?
—  Gracias, acabas de alegrarme la noche.¿En serio parezco que tengo 15?—  dije ilusionada. Mierda que me estaba pasando.
—  Y mis compañeros donde están?—  preguntó altivo.
— Duerme. —  ordené a la chica, que cayó dormida al suelo. Con un simple movimiento de la mano la envié a su casa.
—  Solo por haber dicho que parezco joven, no te mataré de inmediato. Y para ser educada te contestaré todas las preguntas.
El daimon conjuró una daga y se trazó a otro callejón, genial tenia poderes de un were, mas diversión para mi. Al momento que se materializó yo ya esta a su lado, él me miró atónito.
—  Enserio creías que iba dejarte marchar, como si no hubiera pasado nada? Y todavía no te contesté tus preguntas.—  me mofé.
—  Enserio quién diablos eres?
— Primero soy mayor que el miembro mas viejo de tu familia, o sea que no tengo 15 años. Segundo tus compañeros se evaporaron literalmente. Y tercero soy el diablo que te va a mandar del vuelta al infierno. —  le contesté con calma.
Siguió mirándome con divertido.
—  De verdad que no se puede jugar con un daimon niña, si eres una were, mejor una alma mas para mi. Y si eres otra cosa, pues me es completamente indiferente.
—  Ayy! Esa prepotencia apolita, se nota de donde venís. Unos granos en culo igual que el niño rayo de sol, que ganas me da de meterle la cabeza por el culo de Artemisa. Y bañarles en aceite hirviendo, grrrr.
— Si no vas a insultar mas a los olímpicos, me despido. —  dijo haciendo ademán de desvanecerse.
— Epa! Tu no vas a ningún sitio. —  dije clavándole una daga en el pecho.
El daimon explotó en una lluvia de polvo brillante y sangre. Mierda desde cuando los daimons salpicaban sangre cuando les matabas. Arrggg que asco!
Con solo hacerme esa pregunta ya obtuve una visión en respuesta, los daimons estaban alimentándose de los demonios sumerios Gallu, descubrimiento que hizo la reina daimon Zephyra. Genial simplemente genial, y porque no le había dicho nada Acherón.
Oliendo a sangre y llena de polvo brillante, me transporté mi casa directamente al baño, no estaba de humor para tardar tanto volando, al aparecerme en el baño las alarmas empezaron a sonar como locas, con un bramido de rabia las exploté todas, mi día no podía ser mejor.
Calista llegó corriendo a la habitación armada de una de mis espadas, mierda si se cortaba con ella podría cambiar su destino trágicamente.
—  Maestra eres tú?—  preguntó.
— Calista no te acerques, podría no ser ella.—  oí decir la voz de Kyra.—  Déjame a mi. 
—  No hace falta que venga nadie, soy yo Cas. Y ya te he dicho que no me llames maestra, coño.—  hable mas gruñendo que hablando.
— Hubo una explosión luego después de que saltarán las alarmas.
—  Si he sido yo, me ponen de los nervios cuando suenan de esa forma, así que alarma echa trizas, alarma que no suena. —  le explique.
—  Ahh! Entonces vale.—  dijo bajando la espada apoyándola en sus pies.
—  Y haz el favor que tocar mis armas, sabes que puedes cambiar el destino del mundo si hieres a alguien accidentalmente con esa espada.— le riñe haciendo que la espada destellará de vuelta a su sitio.
—  Ehh! No quiero meterme, pero sin las alarmas no podría alguien destellar aquí dentro en cualquier momento, y estando tú en ese estado emocional ni notarias traspasar la barrera.—  inquirió Kyra.—  Por cierto soy Kyragathix, pero puedes llamarme Kyra.
— Encantada de por fin conocerte Kyra, Soy Nádia.—  dije moviendo mi cabeza en señal de saludo. — Ahora si me permitís, me voy a bañarme para quitar toda esa sangre con polvo de daimon. —  hable poniendo cara de asco.
 En ese instante un enorme halcón entró por la ventana, al mirar a la habitación camuflados había mas de una docena de demonios en las sombras.
— Mierda no podría estar mejor. Kyra llévate a Calista de aquí ahora!
Kyra no sé lo pensó dos veces, ¿ Había podido ella ver lo demonios? Y además había dado en el clavo con lo de los intrusos, si realmente era un diosa de Guerra.
El halcón se transformó en un guapo hombre alrededor de lo treinta años, tenia la piel morena de un todo un poco más oscuro que la mía, el pelo muy lacio y negro como la noche y su ojos no eran amarillos, no color miel, si no amarillos mismo como los de un ave.
—  Y ahora que cojones pasa aquí, y tu quien coño eres?—  grité claramente enfadada.
Mirándole bien tenia un parecido increíble conmigo.
—  Soy Xandoré, príncipe de Añaretã. Pero puedes llamarme muerte, ya que eso seré para ti.—  dijo educadamente.
—  Ahggrr!! Esa prepotencia machista me tiene de los nervios.—  dije mirando al techo.




Aqui os dejo un poquito mas  emot040

marodi80

  • Visitante
Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #4 on: Junio 17, 2009, 12:55:51 am »
Opa se puso lindo  :emot004:  :emot004:
Quiero más, quiero más  emot036

pd: Mama Lo, de suegra ¡¡¡Qué miedito!!! 
Esos ositos se van a quedar solteros de por vida, me parece  :emot013:

Eso creo pobres ositos  :emot017: aunque no le vendria mal a nadie que se esfumara asi como de repente :emot016:
Yo estaria encantada de hacer el trabajo  :emot013:

Yo te ayudo,  emot034 lástima que Calista no se la cargó  emot021
 :emot018:

NádiaEirenye

  • Visitante
Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #5 on: Junio 17, 2009, 07:16:25 pm »
Aqui otro trocito  emot040 emot040



— Eres lo que hay entre el trono y yo, así que te mataré.
— No será otra de unas de esas profecías, verdad?
Xandoré me atacó enviando así una orden a sus demonios, que salieron de las sombras dejando a su paso un rastro de tierra increíblemente roja. ¡Ahh mierda!! Eso lo iban a limpiar con sus culos, pero por mis ovarios que antes de matar esos mal olientes y pegajosos lo limpiarían!
— Se puede saber que cojones quieres?— pregunté todavía mas cabreada. Esquivando las estocadas de su espada de oro pulido, y matando lo demonios que se acercaban demasiado. 
— Ya te lo dije. Estas en mi camino, y la cosas que me estorban simplemente las elimino.— dijo resaltando cada frase con un embiste de su espada.
— Sabes si no me quisieras matar nos llevaríamos bien.— observé haciéndome oír por encima de ruido del metal chocando.— Ya que estamos haciendo migas y todo eso me dirás esa absurda profecía, verdad?
— Es lo menos que puedo hacer por ti antes de matarte.
“ El ángel negro reinará sobre el destino del ser viviente y de los no vivientes. Será el ser superior del Añaretã cuando ocurra la caída del gran Ãnhagá”
— El único ángel negro que del que haya constancia eres tu así que. Ángel muerto problema resuelto.
— Y no te dijeron que el ángel de alas negras, que por cierto es así que me prefiero que me llamen, no puede morir.— concluí desarmándolo.— Además quién es Ãnha… no sé que? Y eso del  Añaretã?
Tirado en suelo con mi espada en su cuello no tenia mas opciones que contestar a mis preguntas antes de morir.
— El gran Ãnhagá es el ser supremo del Añaretã.— dijo con entre dientes, con una mezcla de orgullo y odio,
— Bueno me lo has aclarado pero bien, eh?— dije acercando mas la espada a su garganta dejando una fina línea de sangre.
La espada en contacto con su sangre creó un humo amarillo, eso nunca había pasado. Si fuera a revisar todo lo extraordinario que pasó hoy se quedaría cinco días contándolo.
— Buuenoo, ya que no me resolviste nada.— indiqué profundizando mas el corte.
Lo mas raro es que en el momento que inmovilicé el halcón, lo demonios se quedaron  quietos en el sitio y la posición que estaban. Puede que no sea el momento pero estaban muy graciosos.
— Espera.— gritó Xandoré.— A ver, Ãnhagá es el señor del Añaretã el inframundo tupí.
— Gracias eso fue de mucha ayuda.— bufé poniendo lo ojos en blanco.
— Así que, diría que fue un placer conocerte, pero estaría mintiendo.— dije haciendo ademán de decapitarle.
Cuando de pronto una conocida voz sonó en mi cabeza.
— Nádia, no lo mates.— dijo Savitar en mi cabeza.
— Claaaro y no lo haré por que lo dices tu, no? Vete a la puta mierda Sav, que hoy no estoy de humor.
— Y por que no me dices el futuro del desgraciado que estás a punto de matar?— dijo impaciente.
Miré a fondo que aquellos ojos amarillos siendo incapaz de vislumbrar absolutamente nada de su futuro. Es que todo lo inédito iba a pasar hoy , eso que no eran no las diez de la noche.
— No… no puedo,— titubeé. — Asimismo que diferencia hay ,lo mataré igualmente. 
— La profecía es cierta. — atajó antes que dijera nada.— Esta en tu destino reinar,
— Si y eso lo dice un chtonian que cree muchísimo en el destino, verdad Savitar? — dije con sarcasmo.— El Chtonian que se resistió a su destino hasta el ultimo minuto, el mismo que casi pierde el amor de su vida simplemente porque era su destino, él mismo chtonian Sav?
Había dado en el clavo, Savitar se negó a creerme cuando en el mismo día que nos conocimos le hable de parte de su destino, no me creyó cuando le dije que una cazadora de almas pondría su mundo de weres y olas patas arriba.
Escéptico contestó que no existía ninguna cazadora de almas hasta el día Alia entró en su vida, eso hizo que el chtonian respectará mas mis palabras.

— Es tu hermano Nádia, lo matarás igualmente. — dijo molesto.
El impacto de sus palabras hizo que diera unos pasos atrás y me cayera a unos metros de Xandoré.
Es tu hermano… las palabras de Savitar resonaban una y otra vez en mi cabeza.
No es posible mi madre había muerto hace milenios y los posibles hijos que tuviera mi padre no vivirían tanto.
— A no ser que tu padre no fuera quien tu madre creía .— concluyó Savitar.
— Ya cállate mala imitación de delfín. — le grité histérica.
Ese tiempo de distracción me costó mi libertad, los demonios que hace minutos me parecían graciosos me rodearon. Sentí una descarga astral impactar contra mi pecho y luego todo se volvió oscuro y borroso.

marodi80

  • Visitante
Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #6 on: Junio 18, 2009, 02:44:51 am »
Ups... su mamita estuvo haciendo travesuras  :emot002:

Gracias Nadia  emot036

Esperamos más  :emot004:
 emot024

NádiaEirenye

  • Visitante
Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #7 on: Junio 18, 2009, 05:59:37 am »
Solo un pokitin traviessa  :emot016:
Bueno aqui dejo el desenlace del capítulo. emot031




Katoteros

— Como que ha desaparecido?— preguntó Acherón alterado.
— Que un halcón muy grande entro por la ventana, y había un docena de demonios de no sé donde, y me dijo que me llevara a Calista de allí.— repitió Kyra impaciente ya por décimo quinta vez.— Y cuando volví ya no estaba y en la habitación había mucho de una tierra roja.
— Pero como pudo haber desaparecido?
— Haciendo puff akri, como todos.— contestó Simi poniendo cara de obviedad.
— De verdad akri, a veces la Simi cree que akri estas quedando viejo.— dijo la Charonte con el dedo en la barbilla.
Todos lo presente excepto el aludido estallaron en carcajadas.
— En eso creo que Simi tiene tooda la razón.
 Apuntó la recién llegada, dándose la vuelta Ash vio acercarse Alia la cazadora de almas.
— Que pasa atlante? Porque tanta preocupación?— preguntó Alia.— No, no me lo digas! Te ha salido una cana? No peor! Se te rompió una uña?
— Dioses que no daría yo por matarla.— rogó el atlante mirando al techo.
— Que Nádia a desaparecido.— atajó Caslista.
Un estruendoso pof sonó en la habitación, Gisela aterrizaba en el piso.
— QUE?! COMO QUE HA DESAPARECIDO?!— preguntó con voz histérica mientras se ponía de pie arreglándose la ropa y quitando el polvo de la misma.
Gise y Nádia se conocían desde hace mucho tiempo. La ángel salía del inframundo después de un partida de ajedrez con Hades, cuando vio la muchacha intentando bañar a Cerbero. El chucho era incapaz de estarse quieto y rociaba baba por todos los sitios al final la chica estaba mas mojada que el perro de tres cabezas.
No pudo evitar reírse de tal escena, pero Gise parecía muy triste y no tenia alma. Algo muy raro por aquellos lados dado que la mayoría de los habitantes del lugar eran almas.
Nádia no era muy sociable que se diga, pero aquella chica le transmitía un rara sensación de confianza. Tenia que mirarle a los ojos, en el inframundo sus poderes se debilitaban un poquito dada la cantidad de almas del lugar, eran como un imán y al no poder hacer nada por ellos la iban debilitando por eso no solía pasaba mucho tiempo en el Inframundo, así que necesitaba mirar a los ojos de el individuo para poder vislumbrar algo.
Se acerco y se presentó tendiéndole la mano, Gise reacia no le devolvió el gesto pero si le contestó presentándose a su vez. Al mirarle a los ojos solo pudo conocer muy poco de su vida, o mas bien muerte ya que había muerto hace solo una semana, por el modo en que murió y no tener su alma consigo le era imposible ver su pasado. Pero ya sabia que era unas de las ultimas victimas de Alia.
No sé podía decir que la cazadora y la ángel eran mejores amigas, pero tenían un carácter muy parecido y se llevaban muy bien pero por el mismo motivo peleaban muy a menudo. Ash las llamaba el dúo cabezota, cuando se ponían algo entre ceja y ceja, no había ser en el universo que las hiciera cambar de opinión. Además eran capaces de matar fríamente a alguien por un trozo de chocolate.
“El chocolate es sagrado” decían.

Con la llegada de Gise empezaron las especulaciones.
— ¿No se habrá ido a Grecia a tomar unos días libres?— opinó Soteria.
— Los seres únicos en el mundo no se toman días libres, amor mío.— dijo Ash entristecido.
— Bueno nadie desaparece de la nada simplemente. — expuso su opinión Gise.
— Pues parece que Nádia sí.— bromeó Alia haciendo un juego de palabras.
— Puede que la llevara ese halcón. — dijo Kyra.
— Simi se comerá ese bichejo cuando lo encuentre.— dijo Simi con una clara amenaza en la voz. Con esa mirada la charonte daba miedo.
Ash se dispuso a regañar a Simi cuando se acerca un recién llegado que nadie notó aparecerse.Savitar.
— Se la ha llevado su hermano.
Si las miradas matarán el chtonian seria carne de cementerio debido la mirada que le dedicó Alia, mirada la cual fue devuelta con una frialdad indescriptible. El silencio de la sala hacia el clima de la situación todavía mas pesado.
— Y por que no has dicho eso antes pedazo de idiota. — dijo la cazadora.
— Primero porque no te debo nada, menos un explicación de mis actos.
En ese momento se descontroló la situación, todos empezaron a hablas a la vez, haciendo imposible comprender algo.
— YA BASTA!
El grito de Calista resonó por todo Chrysafi  haciendo eco a la enorme onda de energía que envió todos los presentes al suelo, excepto la causante de la misma. Las cara de impresión de los seres no tenia precio. Calista siempre era dulce y calmada, tal demostración de poder viniendo de ella decía mucho de lo enfadada que estaba la diosa atlante.
— ¡Tú! — dijo apuntando al Chtonian. — Como no se te ocurrió que la información que tenias podría ser clave para que te hicieras el chulo simplemente para fastidiar.
Savitar hizo ademán de hablar pero fue interrumpido por la furiosa Calista una vez mas.
—  Ya sé que estas enfadado con ella, pero eso no te da derecho a ocultarnos el  su posible paradero. Además como dice ella eres consecuencia de tus actos no de las palabras de los demás.
Hizo una pausa para calmarse.
— Hay que contactar con ella y Savitar no darás toda la información que tengas.— siguió Kyra.
—  Está en el Añaterà, el inframundo tupi. Y no podéis bajar allí si desencadenar un guerra entre panteones.—  dijo contundente el chtonian.
— ¿Y que problema hay en eso?—  habló a su vez Alia.— La han secuestrado, eso les quita todo el derecho de declarar guerra a cualquiera que la quiera rescatar, además Diego esta ansioso para freír esos idiotas.—  dijo la cazadora poniendo los brazos en jarras.
— Cazadora, ni todo se resuelve poniendo bombas, apuñalando ó quemándolo todo.—  gruño molesto Savitar.
—  Pues para mi si.
— No empezareis a pelearos otra vez, verdad?—  dijo Gise.
—  Calmaos todos, ¿A ver Savitar porque es imposible entrar allí?—  preguntó Tory.
—  Es mas fácil entrar a Azmodea que entrar en ese sitio, además el jefe del lugar esta loco sin hablar de su hijo. Solo los seres que manejan la magia sin ataduras entraran en el Añaretà si ser invitados.
—  Pero quien es el “jefe del lugar”?— preguntó Kyra.
—  Añangá dios tupi de las tinieblas, hermano repudiado de Tupã señor del panteón tupi.
—  Aña… que? Tu… quién??— preguntaron las chicas en unísono.


Añaretà

Me desperté en una habitación increíblemente lujosa y decorada para una niña de 8 años, completamente rosa y blanco. Salí de la cama con una colcha rosa de un salto. Mire al mi alrededor , había rosa hasta en el suelo.
— ¡Que asco!— dije con una mueca.
El cuarto no tenia ventanas pero estaba iluminada. Que horror! Una habitación rosa sin ventanas, alguien había recreado una de mis peores pesadillas.
— Que eso no tiene gracia, sáquenme de aquí ya.— hable al techo.
Si eso era una broma se iban a enterar.
— Hola preciosa veo que ya despertaste.— dijo alguien a mi espalda.
Por instinto me di la vuelta y me alejé.
— ¡Tú!— dije señalándole con el dedo.— Tu te metiste en mi casa. Y…
“Y eres mi hermano”. Los recuerdos de la voz de Savitar me impactaron como una gran piedra.
— Bueno si vas estar con esa cara siempre que me veas, creeré que te gusto.
Sus palabras me sacaron de mi estupor, si era mi hermano y también era un completo idiota.
—¡¡¡Xandyyyyyyy!!!— un grito resonó por toda la estancia, y daba la impresión que no había sido escuchado solo en la habitación rosa.
— Viejo insoportable.— refunfuñó Xandoré. — ¡Ya voy padre!
¿Padre? Si ese era su padre, ¿Será también el mío?

 
Katoteros

— Uso de la magia sin ataduras, ehh?— dijo Gise pensativa.
— Sí tiene que ser parte de la magia y la magia parte de si mismo.— dijo el chtonian.
Por la cara que se le puso a la chica, se le acababa de ocurrir una idea. Poniendo la mano en la barbilla dijo:
— Sé de una hada que estará encantada de hacer el trabajo.



marodi80

  • Visitante
Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #8 on: Junio 18, 2009, 05:09:07 pm »
¿Mitología guaraní? puede ser o estoy delirando Nadia (algo bastante común por cierto  emot031) pero me suenan los nombres  :emot011:

Va muy bien  :emot004:  :emot004:  :emot004:  :emot004:
 :emot008:  emot024

NádiaEirenye

  • Visitante
Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #9 on: Junio 18, 2009, 11:27:09 pm »
Pues no sé  :emot009:


marodi80

  • Visitante
Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #10 on: Junio 19, 2009, 04:28:38 pm »
Yo creo que sí... me voy a fijar por ahí a ver qué encuentro...
(Soy loca de las mitologías  emot031 , en lugar de estudiar historia tendría que haber estudiado antropología  :emot019:)
 emot024

NádiaEirenye

  • Visitante
Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #11 on: Junio 19, 2009, 04:48:15 pm »
En la verdad es que es mitologia tupi  emot031 y nunca es tarde  emot035 animo si te gusta emot040

marodi80

  • Visitante
Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #12 on: Junio 19, 2009, 05:18:58 pm »
Gracias por el dato  :emot020: !!! Me ahorraste la ruta de búsqueda  :emot002:
 emot024

NádiaEirenye

  • Visitante
Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #13 on: Junio 21, 2009, 09:41:26 pm »
El tercer capitulo  emot031



Capítulo 3




Añaretà

Dioses eso si era una nueva tortura forjada en el infierno, siempre que usaba mis poderes para cambiar la decoración del cuarto volvía a ser completamente rosa.
— ALIAAAAAAA!! GIISEE!! SAQUENME DE AQUIII!— grité mirando al techo y cayendo de rodillas con lagrimas en lo ojos.
— Por favor.
Al menos había logrado poner un escudo a la puñetera habitación para que nadie entrará sin permiso, llevaba tres horas despierta y ya estaba al punto del colapso. Si tuviera que pasar un minuto mas en esa habitación rosa me importará un bledo quien sea el rey, dueño, señor lo que sea de ese lugar. Iba a echar abajo la dichosa habitación.
Ya mas calmada miré la moqueta rosa chicle, y me levanté de golpe. “Que asco, que asco , QUE ASCO”.
— Venga cazadora, no quieres hacer una incursioncita al Aña no sé que, vamos que si vienes prometo llevarte 20 kilos de chocolate brasileño todas las semanas, lo juro por el río Estigia.
— Hecho.—  contestó la cazadora en su cabeza.
— ¡SERÁS… ¿PORQUE SOLO ME CONTESTAS AHORA CABRONA?!
— Si me insultas, no voy.— dijo Alia. Por el tono de su voz pude visualizarla perfectamente poniendo cara altiva y estaría comiendo seguro.
— ¿¡¿LLEVO TRES HORAS LLAMANDOTE PORQUE NO ME RESPONDISTE ANTES DE ME VOLVIERA LOCA?!?
— Bueno, primero no me grites, segundo es imposible que te vuelvas mas majareta de lo que ya estás…
— Pues mira quien habla Miss Lucidez del siglo.— la interrumpí. — ¿Y se puede saber que coño haces que no has irrumpido en esa pocilga todavía?
— Bueno ya me gustaría a mi irrumpir en la pocilga en la vive tu padre…
— ¿Como que mi padre? ¿De que dices Alia? — la volví a interrumpir.
— !Déjame terminar una frase si!— contestó la cazadora ya un poco cabreada.
— Lo siento es que estoy con los nervios a flor de piel, además no tengo motivo alguno para estar nerviosa y estresada solo estoy encerrada en una habitación a le que parece que Pink Panter le ha vomitado encima con un pajarraco que tiene el ego mas grande que su cerebro que da la casualidad que es mi hermano, y su padre gritón que al parecer también es el mío.¡QUE VÁ SI NO TENGO MOTIVO ALGUNO PARA GRITAR!
— Bueno si va a ponerte así te dejo.—  dijo la cazadora.
— ¿Alia?—  otra vez el silencio.—  ¿ALIAAA?

Katoteros

— ¿ Y que pudiste contactar con ella? — inquirió Ash.
— Si pero me ha gritado y la he dejado. — dijo Alia.
— Porque tu puedes hablar con ella y los demás no? — preguntó Calista.
— Porque nos une el chocolate amistoso.
— Él que?
— El chocolate junto con la amistad.— contesto a su vez Roz.
— Yo diría mas bien que las une mas el mal genio. — refunfuño Savitar, en un tono mas para si mismo que para los demás.
De repente un tabla de surf blanca con unas calaveras pintadas voló por la estancia y fue a impactar a la pared detrás del Chtonian rompiéndose en varios trozos.
— Serás perra! Esa era una de mis tablas preferidas!
— Si lo sé. — dijo Alia con una brillante sonrisa en la cara.
— Bueno ya he hablado con Vicky y viene para acá.— dijo Gise interrumpiendo otra pelea de Alia y Savitar. Es que esos dos no iban a parar nunca?
— Alia habla con ella otra vez a ver que nos puede decir de como entrar en el reino de su padre.— ordeño Acherón.
— Sabes atlante yo no soy tu puta para que me andes mandando.
— Ya basta de peleas! — dijo Gise intentando poner orden en aquel alborto. — Alia por favor ponte en contacto con ella otra vez si.
La cazadora se alejó despotricando algo de que si querían sacar a Nádia del agüero de su padre lo tendría que hacer ella misma.
— A ver Sav explícanos bien lo que sabes. — dijo Gise.
— Bueno la situación es la siguiente, Nádia es la hija del dios del odio y la venganza pero él mismo el que da descanso a los muertos. Eso le hace a ella mas improbable que nunca ya que jamás se ha visto  un Ángel libre además lo de su padre le incluye en la denominación de diosa.
— Ahh eso le va a sentar como una patada en el culo a Nádia.— hablo Roz riéndose. 
— Sigo entonces… — dijo Savitar echándole un mirada furibunda a Roz. — Cuando fue dicha la profecía toda su familia paterna se puso a buscarla, su padre para que estuviera junto a él esperanzado de que siguiera sus pasos sembrando el caos. Sus tíos la buscaban para lograr exactamente lo contrario, Jaci la diosa de la luna, esposa de Tupã logró encontrar a la madre de Nádia en Grecia y le concedió los poderes necesarios para poder ocultarla y también la renovación de la luna.   
— La renovación de la luna? — preguntaron las chicas a unísono.
— Siempre que esta herida o débil si se expone a la luz de la luna se curará mas rápido. Pero ayudándola a esconder a la Nádia de su padre también la imposible de localizar por ellos mismos. Bueno eso es todo lo que sé.

Añaretà

Al tercer intento de hablarle a alguien fuera de aquel agujero ya me di por vencida. Además seguro que sabrían que no me he venido hasta aquí por voluntad propia. Un delicado golpe sonó en la puerta, era gracioso estaba secuestrada y tocaban la puerta de mi celda.
— Quién es?
— Soy Jaci, tu itsasêe Sy’oa.
— Mi queee??— pregunte desconcertada.
— Soy tu tía corazón.— respondió la voz melodiosa al otro lado de la puerta.
— Si claro y me lo voy a creer porque lo dices tu no?— contesté agria.
— Me creerás porque yo fui la responsable que no te encontrará tu padre y le conté a Amelia de quien eras hija en realidad.
El dolor que sentía al oír el nombre de mi madre jamás se iba a ir en ocho siglos era la misma punzada en el corazón.
— Bueno sigo sin creerte.
— Yo te di el poder de renovarte con luz de Ya’ací. Soy Jaci la diosa tupi de la luna.
Muy poca gente sabia que tenia tal poder, no sé lo podía a ver sonsacado a nadie.
— Vale te creo pero eso no significa que confié en ti.— dije abriendo la puerta.
Allí parada había una mujer impresionante, no era alta como las diosas que conocía pero tenia una belleza exótica. Debería medir unos metro setenta, de piel morena con un pelo negro como la noche lacio que le llegaba a la cintura, pero lo mas impactante eran sus ojos azules muy claros que de cierta distancia parecían blancos.
Se acerco muy rápido y me abrazó fuerte, yo asustada la alejé y puse distancia entre nosotras. Me asombró ver cierta tristeza en su ojos cuando lo hice, realmente te lamentaba de que no la dejara abrazarme.
— Bueno y que te gusta tu cuarto?— preguntó Jaci.
— Estas de coña no?— conteste con cara de sorna.
— No.— dijo inocente.— Lo decoré por si tu madre no lograba esconderte.
— Si tu objetivo es torturarme por lo errores de mis padres ha dado en el clavo. Odio con todo mi ser el rosa y esa cosa…— dije tocando la tela del dosel.— no sé va por mas que use todos mis poderes para cambiarla.
— Oh, lo… lo siento. Es que puse una protección porque a tu padre le pareció muy colorido.
Estallé en carcajadas parecía una niña a la que le estaban riñendo por haber hecho algo malo.
— Tienes la misma sonrisa que tu madre.
Me callé al instante.
— Bueno ahora ya puedes ponerla como te guste. Le he quitado el sortilegio.— dijo decepcionada de que dejara de reírme.
— A ver si es verdad.— dije intentando cambiar la decoración que en efecto cambio a negra y plata. Dios que alivio!
— Jaci que… — preguntó un hombre  entraba a la habitación.
Era un hombre muy guapo y joven se paró en seco en la entrada. Debía medir unos metro noventa , como Jaci tenia la piel morena y pelo oscuro. Pero tenia unos ojos castaños como… como los míos.
— Ta’yra!
— Manda huevos con llamarme con nombre raritos. — protesté mirando al techo.
Los dos se echaron a reír y él guapo desconocido se acercó a mi, como de costumbre me alejé.
— Aléjate de ella Angui.— dijo Jaci poniéndose entre nosotros.
— ¡¿COMO QUE ALÉJATE?! ESTAS EN MI CASA Y ELLA ES MI HIJA! NO ME DIGAS LO QUE TENGO QUE HACER EN MIS DOMINIOS HENYRA!— gritó el recién llegado.
— La he protegido de ti siempre y lo haré ahora en tus dominios o no.
— Es mi hija, la he buscado durante ocho siglos y no se va a ir de aquí hasta que lo diga yo.— atajó el enfadado señor.
Usando mis poderes y la experiencia pude percibir que los dos eran dioses pero a que panteón pertenecían era la pregunta clave. Usaban palabras muy raras, pero el parecido entre aquel señor y yo era evidente.
— No la puedes retener aquí contra su voluntad.— concluyó la diosa.
— Emm… permítame que te corrija que si pudiera salir de aquí ya lo habría echo así que ya me están reteniendo contra mi voluntad.
— Sy’oa…— dijo el dios alargando la mano en mi dirección.
Un “ups” sonó en la puerta y solo se vio un borrón alejarse volando.
— Keebets! — gritó el señor.
Con ello  aparecieron cuatro demonios de los que ya se habían encontrado muchas veces.
— Por cierto no me he presentado, soy Añangá Dios de las almas y las tinieblas. Además soy tu padre.
— Bueno por la vigésima vez que dijiste eso de “mi hija”…— dije imitando su tono de voz.— ya caí en la cuenta.
Con sonrisa me indico los cuatro demonios explicándome que eran Yaterépirás, demonios rojos.
— Ya los conozco solo no sabia su denominación de origen.—  dije poniendo los ojos en blanco.—  Mira señor no voy a quedarme por mas que lo repita saldré de aquí como sea.
Jaci todavía entre nosotros me miro con orgullo.
— Pues con tus poderes no saldrás de aquí, y nadie osaría entrar en mis dominios aunque lo consiguieran jamás llegarán a ti.— dijo luego se dio la vuelta dirigiéndose a sus secuaces.—  La protegeréis con vuestra alma si es necesario y no permitiréis que salga del palacio. Ella es vuestra princesa y le debéis lealtad.
— Meîara.—  dijo uno de los demonios.—  Esa es la mujer que no envía de vuelta, impide que nos alimentemos y nos encierra aquí señor.
Estallé en carcajadas, dioses no me reía tanto desde la ultima vez que Simi le dijo a Ash que estaba viejo. Tuve que sentarme en la cama porque llegaba a dolerme el tripa, parecían mas niños quejicas que demonios succionadores de vida.
— No en serio, esos van a ser los que me obligarán a quedarme aquí?—  pregunté cuando logre recomponerme todavía con lagrimas en los ojos.
— XANDYYYYYY!!!— gritó otra vez mi padre.
— Ya voy viejo insoportable. — contesté.
Todos me miraron como si hubiera soltado una blasfemia horrible.
—  Queee es lo que dijo la ultima vez que le gritaste. —  dije inocente.
— Si p’yré. — contesto Xandoré desde la puerta echándome una mirada asesina.
Bueno al menos eso aquel lugar estaba un poco mas divertido y lo mas importante un poco menos rosa. Pero no podía entretenerme mirando al idiota de mi hermano y al prepotente de mi padre tenia que salir de allí o como mínimo intentar contactar con alguien de fuera.
— ¿Ya os conocíais? —  me preguntó Añangá.
— Si él me ataco en mi casa y me trajo aquí en un momento de distracción mía.—  contesté.—  Cosa que me vas a pagar pajarraco.
— ¿Xandoré sabias que ella es tu tykera?— preguntó al su hijo el dios.
La cara de asombro seguida por la de miedo de mi “hermanito” no tenia desperdicio.
— Parecéis atlantes usando ese montón de palabras raras.—  murmuré.—  Bueno estaría encantada de conocer la abuela, sois una familia de lo mas entretenida. Pero me tengo que ir así que si me permitís.
Hice ademán de enviarlos fuera del cuarto pero solo logré enviar los de “baja categoría” ya que los dioses siguieron en la habitación. Con el alboroto que se armó fuera de la misma tuve una tregua de la atención puesta sobre mi.
— Alia?— llamé mentalmente a la cazadora.
— Si dime. ¿Que pasa me estaba costando contactar contigo?— contesto Alia.
— Nada, reunión familiar. Dime por favor que sabéis como sacarme de aquí.— imploré.
— Pues estamos en ello pero tienes que decirme lo que recuerdas.
— Solo que me maree un poco con lo que me dijo Savitar y lograron capturarme.
— Sé que quien te llevó fue tu hermano y que es prácticamente imposible irrumpir en ese agüero en el que te tienen.
— ¿Y como sabéis eso?
— Caballito de mar aquí presente nos lo dijo.— dijo la cazadora refiriéndose a su ex.
— Bien.— dije sonriendo.— Que mas necesitas saber.
— Como llegaste allí seria una buena pista.
— Xandoré se transporto directamente de mi casa hasta aquí. Así que…
— Si buscamos un brecha al reino de tu padre estará allí.— completo Alia.— Adiós.
“Sacadme de aquí pronto por favor.” imploré para mi adentros.
— ¿Tasyra que es eso que llevas puesto?— preguntó Jaci como si no hubiera pasado nada.
— ¿Que? — la miré desconcertada.
— ¿ Que es eso que llevas puesto?
Me miré todavía llevaba unos pantalones vaqueros con una blusa sin mangas negra, todo ello empapado en sangre y polvo de daimon.
— Bueno es un modelito de caza con salsa de sangre apolita rebozado al polvo de daimon.
— ¿¡¿El que?!?— preguntó mi tía horrorizada.
— Sabes he tenido un día horrible, estoy sucia de sangre que huele mal y estoy preocupada por mi compañera de piso. Y nada me apetece mas que darme una ducha así que podéis dejar de intentar manejar mi vida que enviarme de vuelta a mi casa.— alegué ya cansada.
En ese instante estuve limpia y llevaba un vestido marrón de tela muy fina con el pelo suelto. Estupefacta mire la tela translucida y camine en dirección a un espejo de cuerpo completo que había cerca de la puerta. Llevaba dos finas trenzas que empezaban en mis sienes y se unían el parte de atrás de mi cabeza, parecía una india nativa, pude ver la mirada de aprobación de mi tía reflejada en el espejo.
Me di la vuelta incomoda con el repentino silencio, encontrándome a escaso metro de distancia mi padre, quien pillándome desprevenida me abrazo fuerte. De pronto un dolor insoportable me atravesó era como si me estuvieran quemando, me alejé y solté un grito ensordecedor haciendo que perdiera el control sobre mi misma lo ultimo que pude sentir fue mi abrir de alas.


Katoteros


Vicky destello en medio de la sala, había una gran congregación de mujeres. Gise, Roz, Kyra, Calista...
— Bien, ya llegue.
Dijo impaciente, había dejado algo importante en su casa y quería terminar con toda esta mierda pronto.
Gise corrió a donde estaba y la abrazo.
— Gracias por venir. La situación es la siguiente, Nádia fue secuestrada por su padre...
— Oh! que lindo, problemas familiares.— dijo Vicky divertida
— Voy a ignorar ese comentario y te explico... necesitamos de vos para entrar a rescatarla, no podemos entrar a Añaretà sin la ayuda de alguien mágico, que eso nos lleva a vos.— explico sencillamente Gise.
 — Hace mucho que no hago viajes, pero creo que podemos hacerlo. El problema es encontrar la entrada
Dejo escapar un suspiro cansado.
— Alguien sabe donde esta?
— En su habitación debe haber una brecha al Añaretà.— contestó Alia acercándose.

                                                                                                               
                                                                                                                                                                                      Continuará...

marodi80

  • Visitante
Re: Nádia Kygiarkos “Άγγελος των μαύρων φτερών“
« Respuesta #14 on: Junio 23, 2009, 10:46:50 pm »
Qué linda Nadia!! Me amenizas la espera  por Fang :emot004:
 emot024

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