Hola a todas, navegando por ahí me he encontrado un par de cosillas interesantes:
La semana pasada C.F ha respondido a una fan a la pregunta de si Zacarías y Dimitri tendrían su libro, y ha dicho que si, pero que no sabe cuando… Así que si Dark Slayer se publica en 2009, y ella no sabe cuando apareceran las historias de etos dos, parece que Dominic tiene todas las papeletas para encontrar su otra mitad… Si es que no se cruza otro personaje por medio.
La segunda tiene que ver con un personaje que sale en DARK CURSE, en el capítulo 14 aparece un cárpato llamado Tariq Asenguard, a quien Vlad había mandado a EEUU, y había llevado una vida salvaje y ahora tenía un negocio propio, pues chicas, ese negocio es una disco, y que cómo lo sé? Pues seguid leyendo:
Hay una chica de un foro norteamericano que sigue la serie desde que se publicó el primer libro en EEUU, parece ser que hace unos años CF colgó en su web el primer capítulo del libro de Tariq y que luego lo retiró. Ella cuenta que después de leer Dark Curse le ha escrito a CF y le ha preguntado que si el primer capítulo que un día colgó en su web sobre este personaje tenía que ver con el cárpato que aparece en DArk Curse, CF le ha respondido que son el mismo personaje y que no sabe cuando, pero que tendrá su libro. Esta amiga, ha posteado ese primer capítulo, y yo lo he traducido, espero que os guste....
""CAPITULO UNO
Tenía muchas formas de cazar a su presa. Tariq Asenguard miró fijamente desde su balcón a las masas de gente de abajo. Mucho tiempo atrás había convertido un magnifico teatro en un dance club para atraer a las multitudes. Era fácil cazar en los confines del edificio con tantos cuerpos apretados juntos. Le permitía examinar las mentes en busca de noticias de matanzas extrañas que señalaban la posibilidad de un vampiro que entraba en su ciudad. Podía utilizar ardientes hombres y mujeres cuando tenía necesidad. Y era fácil crear la imagen del playboy local con una mujer en uno u otro brazo.
Pero ahora, todo había cambiado. Ahora su voluntad estaba empeñada en una sola cosa: encontrarla. Ella estaba allí, en su ciudad. El sabía que ella estaba muy cerca, pero lo eludía constantemente. Su alma, su otra mitad, su compañera. Ella estaba en la ciudad.
Tariq tenía habilidades de caza excepcionales, las había probado a lo largo de las centurias, y ahora una mujer, una humana, una vez detrás de otra se las había arreglado para eludir su aguda mirada. Ni siquiera había conseguido captar su esencia. Más de una vez la había sentido cerca: un murmullo en el universo, la tierra moviéndose bajo sus pies, o el aire a su alrededor, de repente, tomaba vida y se cargaba de electricidad, y ahora, nuevamente había conseguido huir.
Sus dedos agarraron la gruesa baranda, labrada a mano, la enorme presión dejó marcas en la madera dura. El se inclinó para examinar a los bailarines apretados muy juntos en las distintas plantas. Su paciencia se estaba agotando. Ella le estaba desafiando. El sabía que ella sentías sus llamadas. Como no podría? Él le susurró a la noche, palabras suaves para atraerla. Permitió que el ritmo de la música latiera en la noche, enviando una red de notas que la trajeran de vuelta a él, si bien, había vuelto a eludirlo.
No podría parar hasta tenerla en su poder. Ella no entendía eso. El era tan implacable y despiadado como el mar rugiente. Nada podía detenerlo cuando tenía su presa a la vista. El era cárpato, cazador del vampiro y había sobrevivido cuando la mayoría de los suyos habían sucumbido a la atracción del poder. El había cumplido con su deber para con su príncipe y su gente, manteniendo la región que le habían asignado limpia y segura del hedor del mal y ahora, la sentía a ella cerca de él. Sabía que estaba cerca y que siempre lo esquivaba, siempre justo fuera de su alcance. El había dirigido sus instintos de cazador, afilados por centurias de estrategia a encontrarla.
Tariq suspiró y retrocedió a las sombras a las que pertenecía. Donde estaba cómodo. La noche le pertenecía. El ruido y golpeteo de la música podría haber sido un asalto a sus oídos, pero bajó el volumen con la misma facilidad con la que lo hacía todo.
Ella no estaba en el club. Según su conocimiento, ella había estado dentro del edificio una vez. El había sentido su presencia y se había deslizado rápidamente, un borrón rápido, como los su raza podían hacer, mientras su mirada afilada sorteaba cientos de cuerpos girando en las distintas pistas de baile.
El palacio tenía tres plantas altas, cada pista de baile estaba llena al máximo. Ella había escapado antes de que él hubiese podido establecer su ubicación exacta.
Tariq anduvo a lo largo del balcón sobre la pista. Era imposible ser visto, aunque él podía verlo todo. Supo que ella estaba cerca, justo fuera de su alcance, por la forma en la que sentía sus emociones, que hacía mucho tiempo atrás que dormían sin expectativas de que nada desorganizara su calma, su pensamiento lógico. Ella tenía una mente fuerte como para bloquear todas las veces que él había explorado la ciudad en su busca. Ella era tan fuerte como para desafiar sus órdenes. El era poderoso, acostumbrado a hacer su voluntad con el mínimo esfuerzo. Había sobrevivido a centurias de batallas, centurias sin emociones, sin color. Siempre con el insidioso susurro de la llamada del mal, la tentación del poder, sin embargo, había resistido por una razón: Una mujer. La única. Su compañera. La otra mitad de su alma. Solo ella podría restaurarle su mundo, su vida como tendría que ser. Ya hacía mucho que se había resignado a su destino: resistencia en un mundo desierto y áspero hasta que la tentación del poder fuera demasiado fuerte. Ahora que estaba tan cerca de final, sentía su presencia como un rayo de esperanza en su mundo de soledad.
Se alejó de la música que sonaba con fuerza y del olor a sangre caliente corriendo por las venas. Era una tentación impetuosa contra la que luchaba continuamente. Irritado ante su incapacidad para encontrarla cuando estaba tan cerca, quiso gritar su frustración al cielo nocturno. Necesitaba aire, necesitaba salir y respirar. Se alejó del balcón y mientras lo hacía vislumbró tres hombres sentados juntos en la barra de la Sala West Coast Swing, Tariq se detuvo, su corazón empezó a latir al ritmo de la música. Se le secó la boca. Se dio la vuelta y apoyó su cadera contra la baranda para escuchar su conversación sin tener una idea real de por qué lo estaba haciendo, únicamente sabía que cada célula de su cuerpo se extendía hacia esos hombres.
-Sólo hay una persona en esta ciudad, en todo el estado, cualificada para realizar esta clase de restauración- dijo un hombre.
Tariq se acercó, miró como el extraño tomaba un largo trago de cerveza. Las uñas se hundieron profundamente, curvadas en gruesas garras. Un rugido extraño llenó su cabeza, la música cesó en todas las pistas. El aliento salió expulsado de sus pulmones y su corazón dejó de latir. Esperando.
El hombre dejó la jarra de cerveza.
-Charlie Vintage. Ella es la persona que necesitas.
La sangre ardió en sus venas en una espiral de adrenalina y triunfo. Tenía su nombre. Una cosa tan simple que podía tener enormes consecuencias.""
¿Qué os parece?