Pues la verdad es que no suelo comprar nada, así que no me ha supuesto grandes problemas.
Hubo una época que compraba pelis, ya ni eso, prefiero mis libros.
Y otra que por hacer algo con mi pareja entre semana íbamos al cine, cosa que ahora va sólo aprovechando que tiene jornada compactada (sólo de mañanas) y aprovecha mis tardes trabajando para ir, ya que para mis gustos el cine ya vale más de lo que me aporta.
Y en cuanto a los libros, siempre he sido rata de biblioteca, así que nunca compré demasiados a no ser que fueran para regalar.