Novelas Noviembre sin violetas (1995) Juan Galba se cree a salvo en su tranquilo empleo en un balneario. Hace ya una década que disolvió la sociedad criminal que formaba con su gran amigo, Pablo Echevarría, muerto en extrañas circunstancias. Pero un día se presenta en el balneario Claudia Artola, la viuda de éste. Lleva consigo unas cartas que obligarán a Juan a volver, muy a su pesar, a los manejos ilícitos. Por una lealtad no exenta de culpa, deberá proteger a Claudia de una implacable persecución y resolver un escabroso crimen. Pero lo que Juan no sospecha es que tras la sucesión de cadáveres y asesinos, se perfila una venganza perfectamente trabada.
Noviembre sin violetas parece, en una primera aproximación, una apasionante y vertiginosa novela policíaca. Sólo que en este caso el enigma encuentra al detective y no al revés, como suele ser habitual en este género. Desde esa inversión de los cánones, nada es lo que parece y los personajes casi nunca muestran su verdadero rostro. La novela es, en fin, una reflexión sobre la absolución que quizá merezca toda acción humana y sobre la condena que pesa, por el contrario, sobre sus consecuencias.
Lorenzo Silva especifica con una prosa incisiva -y llena de humor- el horror de un hombre que huye de su destino, pero que termina aceptando que el presente, al ser la resolución del pasado, es un tiempo imposible de vivir. Cuando todo está perdido, el recuerdo de la belleza constituye la única forma de salvación.
La sustancia interior (1996)En un país indeterminado, en una época tampoco especificada, un extranjero llega a una catedral en construcción para tallar la sillería del coro. Allí, entre andamios, herramientas, albañiles y capataces, descubre una compleja organización, gobernada por oscuros personajes, que convierten la complicada tarea de erigir el templo en un instrumento para otros fines. Poco a poco, el extranjero se va adentrando en los desconcertantes entresijos de una intriga que desembocará en un final sorprendente. A medida que se desarrolla la trama, descubrimos un mosaico de caracteres fascinantes, y asistimos a una conmovedora historia de amor.
Novela de intriga y de ideas a un tiempo, La sustancia interior es una obra que se desarrolla a varios niveles y permite diversas lecturas, mostrándonos un registro más profundo y poco conocido del autor de El lejano país de los estanques..
La flaqueza del bolchevique (1997)El protagonista y narrador de esta historia se empotra contra el descapotable de una irritante ejecutiva un lunes a las ocho de la mañana. Ciertamente, él se distrajo un poco, pero ella no tenía por qué frenar en seco ni, desde lue o, escupirle todos los insultos del diccionario. Por ello, y para hacer soportables las tardes de aquel bochornoso verano, decide dedicarse «al acecho y aniquilación moral de Sonsoles». Gracias al parte del seguro, consigue su teléfono, lo que le permite varias llamadas disparatadas. También se complace en espiarla, y así conoce a su hermana de 15 años.
Aunque el protagonista no tiene ninguna fijación con las jovencitas, conserva un retrato de las hijas del zar Nicolás II. Le atrae especialmente la duquesa Olga y a menudo se pregunta qué debió de sentir el bolchevique encargado de matarla. Él, a su vez, experimentará una poderosa atracción ante la cálida sabiduría de Rosana, y una debilidad que se revelará mucho peor que cualquier accidente.
La flaqueza del bolchevique sería una novela absolutamente cómica si no fuera por el carácter inquietante que adquiere a medida que se complican las argucias del protagonista. Un ritmo ágil permite a Lorenzo Silva una historia a caballo entre la comedia, la intriga y el melodrama. Pero acaso su mayor logro sea el retrato de Rosana, una nínfula distinta de todas las nínfulas, más allá de la generación X, Y o Z y que hace flaquear -y perder el equilibrio- al lector más displicente.
Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia (1997)Una familia de inmigrantes polacos va a vivir a Getafe. La gente del barrio la acoge con mucho recelo, a diferencia de Laura, la protagonista de la historia, que se siente atraída por ellos e inicia una amistad con uno de los hijos, Andrés, un chico de dieciséis años. ¿Cómo es ese otro desconocido? ¿Existirá un punto de encuentro entre lo real y lo imaginado por Laura? Con humor, misterio y profundidad psicológica, se relata una historia que no deja de estimular la reflexión.
El cazador del desierto ( 1998)Un nuevo alumno, José María,solitario y corrosivo, dejará una profunda huella en Irene, la chica más estudiosa del curso, una joven sensata que lo tiene todo bajo control. Nadie habría dicho que haría migas con el nuevo compañero, pero Irene cultivará su amistad y averiguará que José María también odia su nombre y prefiere que le llamen Orens, por Lawrence de Arabia. Quedará fascinada ante el desierto y los cazadores solitarios, lo único que Orens no odia.
El ángel oculto (1999)Impulsado por una serie de acontecimientos que él interpreta como señales -la muerte de su perro, la infidelidad de su mujer, un hombre vendiendo pañuelos en un semáforo, un sueño- el protagonista de esta novela decide dejarlo todo e irse a Nueva York, con el vago designio de iniciar algunos estudios o, simplemente, a esperar algo que haga cambiar su vida.
El hallazgo casual de un libro escrito por Manuel Dalmau, un español emigrado a Estados Unidos a principios de los años veinte, le proporciona el primer indicio de cuál era la verdadera finalidad de su viaje. Sus tentativas por localizar al autor le llevarán a conocer a una mujer que le fascina, pero también le involucrarán en una trama de amenazas y misterios. Cuando por fin conozca a Dalmau y las razones que le impulsaron a abandonar España, su destino se verá inexorablemente ligado al del anciano, en un viaje interior que le hará comprender los poderosos vínculos que nos unen a los nuestros y a la tierra que nos vio nacer.
El urinario (1999)
Texto construido desde una advertida ilusión documental y precedido de una nota donde el autor nos invita a leer sus jóvenes palabras conjuntamente con otras dos novelas escritas con posterioridad (La flaqueza del bolchevique y El angel oculto) El urinario, de Lorenzo Silva, nos introduce en el territorio obsceno de dos cartas en las cuales la subjetividad de un exitoso y joven asesor bancario rumia sus frustraciones, sus fantasías, sus sueños y su crítica visión del mundo al que pertenece: "En casi todos los momentos señalados de mi vida, ha habido un urinario", confiesa el personaje; para completar, más adelante"[...] el urinario, donde se vierte la destilación de toda la inmundicia del alma". En efecto, la atmósfera asfixiante del desencanto, la lúcida ironía de la autocrítica y los fantasmas que habitan en la escritura de las cartas, convierten esta novela-urinario en una gran metáfora que reproduce ese momento de intimidad por todos alguna vez (o frecuentemente) experimentado: cuando en la soledad de un pequeño cuarto, vacío como una página, arrojamos rabias, decepciones, ocultos e insatisfechos deseos... contra el rostro mudo que nos contempla, irremediable como la vida, desde el espejo.
La lluvia de París (2000)A Silvia, la chica más guapa del instituto y de todo el barrio, se le presenta por fin la oportunidad de convertirse en una estrella del cine: André, un director polaco afincado en París, la contrata para hacer una película en la capital francesa. Y allí, en París, Silvia roza primero la gloria y después se topa con la decepción que producen los sueños incumplidos. Y todo ello la obliga a hacerse definitivamente mayor.
El nombre de los nuestros (2001)
El nombre de los nuestros es la historia de una trágica equivocación: la de la política colonial de España en el protectorado de Marruecos. La novela se inspira, advierte el autor, "en los avatares reales vividos entre junio y julio de 1921 por los soldados españoles [...] que defendían las posiciones avanzadas de Sidi Dris, Talilit y Afrau, en Marruecos". Dos soldados de leva, Andreu —un anarquista barcelonés— y Amador —un madrileño empleado de seguros, adscrito a la UGT—, y el sargento Molina, con la colaboración de Haddú, un singular policía indígena, protagonizan un relato en el que se describen, no ya los horrores de la guerra, sino el horror del hombre ante un destino irracionalmente impuesto por eso que llaman «razón de Estado».
Ante ellos, la harka, el conjunto de tropas irregulares marroquíes que el torpe mando militar español menosprecia desde sus despachos. Un enemigo invisible en un paraje en el que aparentemente no sucede nada, pero que se prepara lúgubre e inexorablemente para la masacre.
El nombre de los nuestros se plantea como la novela épica de unos personajes condenados al heroísmo, aunque no crean en él o a sabiendas de su inutilidad. Amparándose en la crónica de unos hechos que aún hoy no gusta recordar, Lorenzo Silva construye la parábola desmitificadora de los restos de un imperio de cartón piedra, y nos engancha magistralmente a unos personajes de carne y hueso: responsables, imperfectos, reconocibles, carne de cañón…
La isla del fin de la suerte (2001)En el curso del 2001, Lorenzo Silva decidió embarcarse, junto a Círculo de Lectores, en el desafío de construir una novela con la ayuda y la participación de los lectores. La fórmula era sencila: durante diez semanas y a través de Internet, en la página
http://www.circulo.es/, el público votaría por una serie de alternativas que, paso a paso, irían construyendo la historia. Así fue surgiendo, con el veredicto de la mayoría, La isla del fin de la suerte, una intensísima novela negra, de profundas aristas psicológicas, escenificada en un desolador islote del Báltico. En aquel lugar será congregado un selecto grupo de invitados, quienes se verán sometidos a las veleidades de una mente perversamente traviesa, dispuesta a hacerles pasar una extravagante prueba de muertes y asesinatos. Una experiencia límite, capaz de resquebrajar las fronteras de la realidad y de hacer comprender la vida como un juego, una broma, o incluso, como una gigantesca charada de un mago caprichoso.
Los amores lunáticos (2002) Si ya es malo enamorarse de una mujer inadecuada, las complicaciones son todavía mayores cuando alguien se enamora a la vez de dos mujeres inadecuadas. A Pablo, un chico del barrio de Carabanchel que pensaba que el romanticismo era sólo cosa de niñas atontadas, inesperadamente se le cruza en su camino el amor, y le dispara a bocajarro y por partida doble.
Carta blanca (2004) Esta novela se abre con la Guerra de Marruecos, a principios de los años veinte, y se cierra con la Guerra Civil, en plena década de los treinta. Sin embargo, más allá de narrarnos con nitidez y profundo realismo los avatares del protagonista, Juan Faura, en ambas contiendas, primero como jovencísimo legionario inexperto y desengañado, luego ya como hombre maduro escéptico y baqueteado por la vida, es, sobre todo, la historia de una pasión que va más allá del tiempo, del destino y del dolor, de un desamor tan intenso que le llevará a desahogar su amargura en una campaña suicida en la que no espera siquiera sobrevivir. Pero lo hará, y el hombre despojado en que se ha convertido se reencontrará con su pasado y descubrirá que no puede escapar de él, porque las huellas que deja en el alma la verdadera entrega a otro son las que nos conforman, las que guían nuestro sino, marcado inevitablemente por el desencanto, el conocimiento de los límites de la crueldad humana y el refugio del amor contra todo, frente a todo, como única redención y salida.
Carta blanca, ganadora del VIII Premio Primavera de novela, nos muestra una historia valiente, descarnada, profundamente apasionada, que indaga en nuestro pasado y nos ofrece la figura carismática y apabullante de un antihéroe inmerso en una época convulsa en donde se extreman los sentimientos y la auténtica relevancia de nuestros actos.
Lorenzo Silva, con la franqueza de una prosa madura y directa, sin concesiones, que brilla especialmente por su maestría, ha escrito una novela ante la cual es imposible permanecer indiferente.
Muerte en el 'reality show' (2007)El ‘reality show’ televisivo Pareja abierta bate todos los récords de audiencia. Su principal atractivo radica en las escenas de sexo explícito recogidas por las cámaras ocultas. Hasta que una concursante aparece muerta en un ‘jacuzzi’ del plató. A partir de ese momento, la juez Tortosa y el comisario Fonseca unirán sus fuerzas para esclarecer un crimen que, pese a haber ocurrido ‘en directo’, parece haber burlado a los millones de telespectadores fieles al concurso. Publicado originariamente en 2003 en las páginas de El Semanal, en un juego interactivo con los lectores, que decidían con sus votos el curso de la trama. Lorenzo Silva construye una novela apasionante con profundo sentido del humor, que encierra una crítica a ese fenómeno que se ha dado en llamar ‘telebasura’.
El blog del Inquisidor (2008)‘Intrigante, enigmática, imposible de abandonar.
Una historiadora se encuentra en la web un blog que le llama la atención »Cuaderno del Inquisidor«. Ella ha centrado su tesis doctoral en el estudio del Tribunal del Santo Oficio en la España del siglo XVII, por lo que el apelativo del »Inquisidor « despierta enseguida su interés. El diario digital de este Inquisidor refleja a un hombre atormentado que relata que ha tenido parte en unos polémicos sucesos ocurridos en un convento español en el siglo XVII, cuando se acusa a las monjas y el abad de herejía. Él es el encargado de los interrogatorios a los acusados. ¿Pero, quién hay detrás de este inquisidor que cuelga su bitácora en la red? ¿Qué significa este diario? ¿Utiliza el proceso de unas pobres monjas y su abad a modo de expiación de una culpa que es incapaz de afrontar?
Una historia profunda, intrigante, que subraya que estamos ante puro Misterio de la vida, el juego de apariencia y verdad, la manipulación de la realidad.Una novela que se lee de un tirón, que subyuga absolutamente, y que con el tema central de la culpa y la expiación nos descubre los entresijos del alma humana. Una peculiar historia de amor, rabiosamente contemporánea con el toque de Lorenzo Silva.