Recuerdo que con unos 8 o 10 años mi madre me llevó al pediatra para la revisión anual y se quejó al médico que no paraba de leer tebeos. Mientras yo completamente extasiada mirando la gran cantidad de libros que tenia en la librería del despacho que cubrian todas las paredes libres, recuerdo que eran forrados en piel de color rojo la gran mayoria. Y va el doctor y le suelta ma mi madre: -muy buena señal, si a esta edad anda con comics, en pocos años no parará de leer libros-
Jajaja, cuanta razón tenia el hombre, empecé con 11 a leer libros de adulto, los que leian mis padres y estaban en casa. Y hasta hoy, que no se vivir sin un libro encima. Y digo encima, porque aunque mi papyre está disponible no lo suelo llevar en el bolso (de por si ya pesa demasiado, mi bolso, claro). Pero esto de tener un mobil... mi blackberry tiembla con la cantidad de libros que le meto.