Ejem, pero perdida del todo. Ayer me acosté a las dos de la mañana, tenía que llegar al final.
El libro me dejó muy buen sabor de boca, arreglando lo que pasó al final del tercero de Vatídico que me dieron ganas de lanzarlo al otro lado de la habitación en la última página (y lo abría hecho de ser un libro de papel en vez del ereader).
Tan bien me dejó el libro, que no pude dejar de comprobar si mis conjeturas iniciales eran ciertas (soy de las que ojean las páginas del final) y aprovechando que ya está escrito desde hace tiempo pasé por un foro en inglés a ver que comentaban sobre el final de la saga.
¡Y no me lo puedo creer! ¿Es que esta escritora se ha empeñado en jodernos todos los finales?
Ya me fastidió muchísimo cuando terminé Vatídico, algo menos en Las Leyes del Mar (aunque consideré que la mayor recompensa era precisamente para el personaje que menos se lo merecía) y al parecer aquí vuelve a pasar lo mismo.
La visión de los aficionados parece unánime. El final traiciona totalmente el espíritu de la saga y por lo poco que he leído es que voy a dejar la lectura en el libro 4. Me voy a quedar con un Traspiés en la senda de un futuro con perspectivas de ser realmente grande y satisfactorio, que se lo ha ganado, en vez de ver como al final se pifia todo.
Si lo mejor del libro 4 precisamente es darte cuenta de que Traspiés no quedó tan solo y abandonado como él pensaba (y nosotros también). Alguien quedó que no se aprovechó totalmente de él, que le quería auténticamente hasta el punto de ponerle por delante de sí mismo. Porque, admitámoslo, lo que te deja echo polvo de Vatídico es precisamente darte cuenta de que el protagonista es un buen tipo, leal, dispuesto a sacrificarse por el bienestar de su pueblo y sus seres querido; pero es que sus seres queridos son una manada de chacales. Sí, sí, me caes bien, te quiero mucho, pero yo primero y perdona, te quedas echo polvo pero es lo que hay. A Traspiés nadie le quiere y a nadie le importa lo suficiente para sacrificarse por él, por mucho que él se entregue a los demás.
Ok, pues en este libro 4 resulta que al final la cosa no era así, hay una persona que si le quiere, el bufón, aunque Traspiés es tan tonto que no se entera de la misa la mitad.
El caso es que a pesar de que otra vez viajes, maltratos, dolores y heridas acompañan en una aventura, te quedas con la sensación de que AHORA SÍ, Traspiés tiene a alguien incondicional de su lado y al final esta vez va a ganar la batalla y vivir o morir tras saber lo que se siente cuando alguien te quiere a ti más que a nadie, o sea, el amor que todo lo puede.
Pues según los amigos de habla inglesa, al final la promesa no se cumple tal como promete el libro 4, sino que el final llega de forma más prosaica y menos creíble. Vamos, un churro. ¿Seré capaz de resistirme a leer y dejar que Traspiés siga su propio camino en mi cabeza? Por favor, que otro libro se adelante y aparte esta saga de mi camino. Hay cosas que es mejor dejar a la imaginación.
