--Recuerdo todos mis pecados-- (Joe Haldeman)(1977)Otto McGavin es un agente secreto y en su trabajo debe suplantar a otras personas. Para ello se somete a cirugías estéticas completas y, además, a implantaciones de las personalidades que suplantada. Su identidad permanece soterrada y solo se activará cada vez que algo amenace su vida. A medida que se acumulan las misiones se va trastornando su propia personalidad, y solo hay una cura: el olvido inducido.
Esta novela es en realidad un fix-up formado por dos novelas cortas publicadas anteriormente más otra escrita expresamente para completar el libro, al igual que el material de conexión que complementan y unen esas tres narraciones.
La trama está claro que son las AVENTURAS del agente, y algo de investigación en sus peripecias profesionales. No es ningún héroe con superpoderes ni altas tecnologías, en sus misiones ha de pasar desapercibido y, llegado el caso, encargarse del trabajo sucio. En cuanto a la ambientación... la narración está ubicada en un futuro tecnológicamente desarrollado, pero que no se explora en la novela; en lugar de eso al agente lo envían a mundos marginales, un tanto rurales y PRIMITIVOS.
En cuanto a "reflexiones" la novela se la puede interpretar como una crítica implícita a las actividades de la CIA en la Sudamérica de los '70, aunque cambiando el escenario por unos planetas coloniales. El lector acompaña al protagonista en su evolución mental con el paso de los años: desde el idealismo con que se alistó, hasta llegar al cinismo y a un final nada agradecido.
Lectura rápida y sin complicaciones formales. Eso se debe a que en un relato corto no hay espacio para grandes desarrollos literarios; y con una fusión de relatos se sigue manteniendo igual de bajo el listón en todo el libro. Será por eso que hay tantos fixups en mi selección; si me interesara literaturas y dramas no iría a buscarlos al estante de los (sub)géneros fantásticos.