¡Qué par! Al principio no pueden ser más contrarios uno con otro, en personalidad, estilo de trabajo, todo es motivo de choque.
¡Y de los choques velan chispas!
Me encantan este tipo de personajes, tan humanos, donde cada uno tiene fortalezas y vulnerabilidades con las que tiene que aprender a vivir. La trama de suspense sirve de hilo de la narración, y en el progreso de la investigación los protagonistas aprenden a ser compañeros, en más del sentido profesional de la palabra.
La escena del auto me mató. Espero más de estos dos chicos, ¡Muchas gracias por traerlos a nuestras manos!