Por petición popular ahi va la
ODA AL ANACARDO ODA AL ANACARDO ODA AL ANACARDO ODA AL ANACARDO
Te miré fijamente…
¡oh, mi anacardo ardiente!
Al principio arrugado,
parecías enfadado.
Te cogí despacito:
parecías tan solito…
Te puse entre mis manos…
¡y dejaste de ser enano!
Yo miraba desconcertada
porque a ese tamaño no estaba acostumbrada
Y sin entender nada
observé que babeabas…
Te dejé entre mis dientes
mi anacardo valiente
Poco a poco engordabas
mientras yo masticaba…
Te noté un poco frío
Y te di el calor mío
De repente escupiste…
¡y en el ojo me diste!
Me quedé muy parada
cuando aquello pasaba…
Y al final resultó
que tu tamaño menguó
¡Pobrecito anacardo,
Se quedó echo un fardo…!
Y aquí acaba la historia
Que recordó mi memoria